; nine.

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Juntó todas las cosas que tenía sobre el pupitre en una montaña y lanzó un suspiro mirando un punto muerto mientras recordaba lo ocurrido con Jimin el viernes, no había dejado de pensar en ello, estaba contenta de que volviesen a ser amigos, pero los abrazos y acercamientos del mismo le tenían algo incómoda, aún así, decírselo no era opción, temía que se alejase y esta vez para siempre. No quería eso.

Nuevamente parecía estar desganada, YoungJi no se encontraba para ayudarle y Jimin ha faltado. Soltó otro profundo suspiro y dejó reposar su cabeza sobre sus cuadernos, teniendo la perfecta vista al bello campus del instituto. Habían varias personas ahí disfrutando del receso mientras ella se dejaba llevar por sus confusos pensamientos, pero sólo dos personas lograron captar su atención, y... cómo no si uno de ellos tiene el cabello color menta que resaltaba a kilómetros y que estaba corriendo como loco tras un chico aparentemente más alto por todo el lugar. Se mantuvo observándolos por unos minutos hasta que el bajito fue el primero en detenerse por el cansancio, tirándose en el césped boca arriba, a su vez que el adverso volteaba para tirarse al lado suyo.

Sonrió por alguna razón, aquello le recordaba a YoungJi y ella cuando eran más pequeñas, solían correr por todos los pasillos y recibir uno que otro regaño, pero todo pensamiento bonito desapareció cuando su mirada chocó con la del pelimenta y sintió un vuelco en su estómago, ¡la había descubierto! Y eso no era todo, sintió su rostro arder a mil cuando se percató del gesto que le hizo al castaño para que viese en su dirección.

Ambos adolescentes le estaban viendo, y no sabiendo qué hacer, con su rostro sonrojado, su estómago dando vuelcos como loco y su mente colapsada intentando procesar tanta información en cosa de segundos, optó, más bien, su cuerpo actuó por sí sólo, tomando sus cosas, levantándose y huir lo más rápido que pudo de allí.

El castaño estaba sin palabras, su estómago parecía tener un zoológico repleto de animales y todo su alrededor desapareció en cuanto sus ojos chocaron con los de la chica. ¿Había sido todo real...?

. . .

Sus ojos aún estaban abiertos de par en par por la sorpresa que se llevó cuando ambos chicos le descubrieron observándoles. Aún trataba de asimilar lo que ocurrió y con torpeza, abrió el casillero para sacar el corazón de papel que se encontraba a simple vista y meter su cabeza, completamente avergonzada de sus actos, dentro del locker. Gimoteó queriendo retroceder el tiempo, convenciéndose segundos después de que es imposible hacer aquello y, resignada a lo que pasó, abrió el origami manteniendo sus labios abultados.

"Ese amigo tuyo... ¿reparte abrazos a la gente? Reitero, no me gusta, y no sabes lo molesto que estoy de no ser capaz de ir y decirte todo frente a frente. Tengo miedo sabes, tengo miedo de que me rechaces, tengo miedo de alejarte, tengo miedo de decepcionarte cuando me conozcas, tengo miedo de que cuando tenga el coraje para ir y confesarme ya tengas a otro. Quiero que me veas a mí, que me abraces a mí, que me toques a mí, que me beses a mí, a mí, a mí, a mí. A nadie más. Imaginarlo me hace sonreír inconsciente e instantáneamente."

paper hearts ; jjk.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora