Capítulo 5: Volver.

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Hoy tenemos fiesta.

Le envío un mensaje a Cristóbal.

Preparo mi ropa antes de ir a darme una ducha. Hoy va a ser una noche larga, desde que Matías quedó soltero hace dos días, han sido los días más largo desde hace mucho tiempo, de hecho, siento como si yo hubiese terminado mi relación con Agata, es extraño ya no tener que verla todos los días pegada al cuello de mi amigo, no es que no me guste, me encanta que ya no este con él, pero de cierta forma era entretenido discutir con ella.

Ya cállate, me dice mi otra Lilian.

Camino hasta el baño, me saco la ropa frente al espejo y miro mi reflejo en él.

— Vamos Lilian, tienes que ser fuerte — digo en voz alta — Hoy volverá el Matías de antes, por favor no te vuelvas loca.

Escucho sonar una canción a lo lejos, mi celular. Corro hasta mi cama y contesto.

— Oye loca.

Reconozco la voz enseguida.

— Más loca es tu ex novia — me defiendo.

— Ja já — ríe irónicamente — Voy llegando a tu casa, te quiero desnuda frente al umbral de la puerta — aunque no lo tenga frente de mi, sé que el idiota esta sonriendo.

— Pasara mucho tiempo para que vuelva entregarte la flor.

Lanza un agradable carcajada, es bueno escucharle con buen ánimo.

— Llegué, abre.

Un escalofrío recorre mi espalda. Su deseo casi se está volviendo realidad, porque estoy desnuda pero ni loca abriré la puerta en estas fachas.

— Tendrás que esperarme unos segundos — cuelgo. Me cubro con la bata, y corro escaleras abajo para abrir la puerta.

Él está apoyado en el borde la puerta con una sonrisa coqueta, se parece a esos chicos que presumen su sensualidad.

— Te dije desnuda — señala mi bata.

— No sé si recuerdas lo que hablamos esta tarde — jugueteo con mi cabello — pero te lo recordaré, soluciona tus problemas, olvida, y luego vemos si logro perdonarte.

— Ok — levanta ambas manos y entra a mi casa.

Cierro la puerta detrás de mi y me apoyo en ella.

— Entonces ¿puedo ser un chico malo esta noche? — pregunta, su mirada pasa de coqueta a tierna.

— Puedes ser lo que quieras.

Y decir eso, me condena a ver como coquetea con las demás.

— Si quieres que deje de ser un idiota — da un paso hasta mí — puedes pedirlo.

— Lo único que quiero es que no sufras.

Se acerca un poco más para acariciar mi mejilla.

— He sido tan idiota, que nunca me di cuenta de lo que tenía a mi lado — susurra.

— Ya no hablemos de nuestros sentimientos, por favor — le pido.

Se me queda viendo, su mirada está teñida de decepción.

— Si eso quieres — se aleja — Ve a bañarte, la diversión nos espera — finge una sonrisa.

Camino hasta mi habitación, para meterme al baño y encerrarme en él. Otra vez me miro al espejo y observo mi rostro.

Suspiro.

— No caigas tan rápido — insisto.

Saco mi bata y me meto a la ducha, me baño rápidamente, salgo del baño y me visto con mi mejor outfit, maquillo mis labios, un poco de máscara de pestañas y lista.

No se necesita andar tan producida por la vida, si algo aprendí con mis amigos es que a los hombres les gusta más las mujeres al natural, porque cuando nos ocultamos bajo una capa de maquillaje hacemos nada más que mentir sobre lo que realmente somos.

Bajo las escaleras tranquilamente, puedo ver que Mati se levantaba de un salto del sofá y camina rápidamente hacia el último escalón, estira su mano y yo la tomo cuando llego hasta él.

— Te ves hermosa — sonríe.

— Gracias — le sonrío también.

— ¿Estas lista para una noche inolvidable? — pregunta.

— Estoy esperando con ansias ver al Matías de antes.

Quiero verte más © | PA#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora