Capítulo 18: Disculpas.

819 86 20
                                    

He buscado a Cesar en su casa y ahora me dirijo a su trabajo. Necesito hablar con él y pedirle una disculpa por lo mal que me comporte la noche anterior, si Matías se sintió orgulloso por como le trate entonces si que la cagué; a veces mi mejor amigo es como un demonio.

Pienso una y otra vez el discurso que tengo para él, no me gusta romper corazones y hacer sentir mal a una persona así porque sí. Cesar ha sido tan bueno conmigo que no merece haber escuchado todo lo que le dije anoche; aunque mi mente no lo recuerde.

Entro al Servicentro donde trabaja por las tardes, me encamino hacia un chico que esta detrás del mostrador, le dedica una sonrisa a la señora que le esta pagando lo que compro.

— Muchas gracias, vuelva pronto — sigue el protocolo.

Lo observo, su cabello marrón y bien peinado como lo lucia siempre no se le notaba bajo esa gorra verde que por obligación debe utilizar. Bajo sus ojos tenía unas ojeras que delataban que había salido la noche anterior, me dedica una mirada abriendo ligeramente sus ojos cafés.

— Lily — me nombra. Salta el mostrador para que nada le impidiese el paso hasta mí — ¿Qué haces aquí? — pregunta, por su expresión puedo deducir que ni se imaginaba que vendría a buscarle.

— Pues... yo — intento decir algo, pero por la forma que me mira hace que todas mis ideas se fueran volando — Te debo una disculpa; estaba demasiado borracha, es más ni siquiera recuerdo que fue lo que dije — miro mis manos.

Él toma mi barbilla con su mano derecha para que le mire.

— ¿Vienes a pedirme disculpas porque no quieres hacerle daño a nadie o porque de verdad sientes algo por mi?

— Las dos cosas — sonrío.

— Dios Lily ¿Qué haré contigo? — me abraza.

— ¿Entenderme? — acomodé mi cabeza en su pecho, puedo sentir su corazón latir rápidamente.

— Me vuelves loco — me aprieta más contra su pecho.

— ¡Eh! ¡Ramírez! — Le grita alguien — ¡A trabajar!

— Tengo que trabajar, hermosa — se aparta de mi — Nos vemos más tarde — besa mis labios dulcemente.

— Espera — le detengo — ¿Así de fácil me perdonas?

Asiente.

— Yo también estaba ebrio y no recuerdo muy bien que sucedió — se rasca la cabeza — Lo que sí recuerdo este te fuiste con Matías.

— No paso nada — le enseño mis manos, estaban limpias de cualquier pecado.

— ¡Ramírez! — le grita su jefe.

— Ve — beso sus labios por última vez — Te espero en casa.

Cesar sonriente, comienza a caminar de espaldas hacia el mostrador. Su rostro se iluminó apenas escucho que no paso nada con Matías; debe de ser un alivio para él. Me despido con la mano y salgo del local, camino por las calles con las manos en los bolsillos de mi pantalón.

Yo sola me provoco las confusiones en mi cabeza, primero esta Matías con la idea de que ha olvidado a su exnovia, sinceramente un cincuenta por ciento de mí cree que me quiere como dice, pero necesito ver que ha cambiado, no me basta con sus palabras. Y en segundo plano, tengo a Cesar con toda su seguridad por delante creyendo que me hará olvidar a mi mejor amigo, puede que lo haga pero mi corazón actúa de otra forma; con Matías se descontrola por completo mientras que con Cesar solo puedo sentir mariposas volar dentro de mi, pero así se comienza a querer a alguien ¿no?

Quiero verte más © | PA#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora