Capítulo 6. La declaración

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Los nervios tomaron el control, presiento que lograron calar hasta sus huesos. ¡Pobre hombre! No podía ir al grano, tampoco quería que llegara, pero era tan angustiante verlo así que deseaba que todo esto acabara. 

Y sucedió. Su mirada se hizo fija en la mía, como si viera dentro de mí. Con todo el valor dijo:

Me gustas como a nadie, en serio. ¿Quieres ser mi novia?

¿Qué puedo decir? ¡Ah! Si, claro que sé qué decir.

¿Sólo te gusto? ¿No te sientes enamorado? — pregunté y rápidamente me arrepentí de lo que dije.

—Ah, si. Me gustas... y puede ser que esté enamorado —respondió inseguro.

Típico de mí. No podía ponerlo en peor situación ¿O si?

—¿Cuántas novias has tenido?

—Mmm... bueno... tres.

Yo sería la número cuatro.

—¿Por qué terminaste con ellas? —continué con el interrogatorio.

—No funcionó.

—¿Por qué no sales con Julia?

— ¿Julia? La veo solo como una amiga.

—Mmm... No te conozco mucho ¿Y si nos hacemos amigos y vemos a donde nos lleva?

Pude ver en sus ojos ¡¡¡FRIENDZONE NO!!! El silencio se apoderó del momento.

Si, ya sé, me fui por las ramas. Decidí romper el silencio.

—¿Qué te parece si te mando un mensaje más tarde y te digo mi respuesta?

¿Quién hace eso? Debo estar loca. Creo que es evidente que nunca he tenido novio y ya veo la razón.

El sólo se limitó a responder:

Ok.

¡Es lindo! Y eso de "me gustas como a nadie" no me lo esperaba. Pensé que saldría con otra cosa. Sigue siendo un chico extraño, pero no más que yo. ¿Qué le responderé?

Amado amigo míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora