Capítulo 48. Lindo encuentro

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Acabo de salir del trabajo. Deseo llegar rápidamente a casa y echarme a dormir.

Estoy sentada en el banco de la parada de bus y para mi sorpresa llega él y se sienta a mi lado.

—Gracias por guardarme el puesto —dice.

—¡Ah! De nada...jeje.

Nos quedamos en silencio por unos diez segundo que parecieron eternos.

—Nos encontramos otra vez

—Si —sonreí.

—No me estarás vigilando ¿verdad?

—¡Ja! Para nada.

—¿Sabes? La otra noche agarré un resfriado. Todo gracias a una chica a la que tuve que cederle la mitad de mi paraguas.

—¡Oh! ¿En serio? Lo siento mucho.

—No es cierto —dice y luego se ríe.

—Gracioso.

—¿Trabajas por acá?

—Si ¿Tú también?

—Si.

En ese momento llega el bus y está algo lleno. Logro entrar y quedar justo en la puerta, pero no queda nada de espacio para él. La puerta se está cerrando y alcanzo a escucharle:

—Seguramente nos veamos mañana.

No sé cómo explicarlo, pero me sentí algo triste por dejarlo en la parada mientras el bus se alejaba.


Amado amigo míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora