Al levantar la vista veo una siluta sentada frente a mí. Él estaba sentado en forma de indio, y sus ojos verdes me miraban con intensidad, pero noté en la parte superior de su mejilla y cerca de su respingada nariz, un moretón.
—¿Q-Qué haces aquí?- pregunté con la voz quebrada.
—Sólo escúchame, es lo único que te pediré- tomas mis manos, pero las quito luego de segundos.
—No quiero perder mi tiempo, volveré a clases- trato de pararme, pero vuelve a tomar mis manos.
—Hubieras pensado eso antes de venir acá y perder tres clases seguidas.
¿Ouch?
Ouch.
