Suelta mi mano al entrar a la escula, y camina hacia su casillero dejándome atrás algo confundido.
—¿Ruben?- pregunto tímido, el me observa y gira su cabeza hacia izquierda.
—¡Lisa!- exclama y camina hacia ella, dándole un beso en sus labios.
¡¿Qué, demonios?!
