Capítulo 33.

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Cameron

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Cameron.

Eric me ayuda en terminar de armar los últimos detalles de la cuna para la bebé, cuando terminamos con eso coloco las cortinas que van junto a la cuna dándole el toque que buscaba Valentina. La habitación había quedado perfecta, con colores rosa y blanco, el mueble era del mismo color de la cuna, la madre de Madison nos regaló ropa para Melanie confeccionada por ella y es que Valentina estaba tan ilusionada ya con que nuestra hija este aquí con nosotros.

―Compre esto.―Eric me entrega una bolsa y yo saco lo que está en su interior.―Son para ponerlas sobre el mudador, son pañaleras.―Sonreí.―Tal vez no sea mucho pero se que a Valentina le va encantar.

―Gracias hermano.―Entonces colgamos las pañaleras sobre el mudador, cuando ya estaba todo listo me siento satisfecho con el trabajo.

Christopher seguía ordenando la ropa de su hermanita en el cajón aunque sé que Valentina lo va a volver a ordenar, pero mi hijo quería ayudar.

Le pido a mi amigo que salgamos un momento de la habitación, no quiero que mi hijo escuche nada porque se aun lo quiere y a veces pregunta por él.

―¿Sigues preocupado, cierto?―No dormí bien en toda la noche pensando en ese par.

―¿Y cómo no? No me sentiré tranquilo hasta que vea ambos tras las rejas.―Contesté obvio.

Valentina no es tonta y sospecha que algo no anda bien, desde que desperté esta mañana he actuado muy extraño no solamente con ella sino con todos en realidad. Lo menos que deseo deseo es que ella se preocupe por mi, porque si le digo algo ella será capaz de ir a buscarlo y ese infeliz saldrá de su escondite con tal estar cerca de ella.

No puedo permitir que la lastime ni a ella ni a mi hija...no podría soportarlo si algo malo les llegara a suceder.

―Cameron deja de pensar en ellos, lo único que quieren es que les tengas miedo y por lo que veo lo han conseguido.―Eso no sonó para nada reconfortante.―Escucha, Jonathan puede ser lo que quieras pero dudo mucho que sea capaz de lastimar a Valentina y a tus hijos.

―Necesito hacer algo, no puedo quedarme a esperar que ese imbécil aparezca de las sombras y haga lo que tiene pensado hacer.―Eric suspiró.

―Lo haremos juntos, ¿vale?―Yo asiento.―Ahora debo irme, mis hermanos quieren que vayamos al cine y April no deja de preguntar por mí.

―Gracias por ayudarme, cualquier cosa no dudes en avisarme ¿ok?―Suspira y pasa por mi lado para irse.

Vuelvo a entrar a la habitación y Christopher estaba mirando por la ventana que daba justo a la calle, estaba saludando a alguien entonces me pongo detrás de él y veo al mismo chico de ayer, quien me había apuntando con la pistola.

Mierda, no.

―Hijo, ven aquí.―Christopher se despega de la ventana y se voltea a mirarme, me pongo en cuclillas y lo tomo por los hombros.―¿A quién saludabas?

Un Papá Rebelde: El Despertar. (TheHistoryAwards2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora