CAPÍTULO 2

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Permanezco absorta en mis recuerdos hasta que el timbre que indicaba el fin de la clase sonó, tomé rápidamente mis cosas, después de unos minutos llegue a mi casillero, suspiré cuando lo hice, hace mucho tiempo atrás estar rodeada de gente y ser el centro de atención era lo que más me gustaba, pero ahora todo es tan diferente, me gusta estar tranquila, estar en silencio, pero no estar sola, uno de mis más grandes miedos es pasar el resto de mi vida sola, sin nadie a mi lado, me desespera pensar que no hay nadie para mí en el mundo, trato de sacar esos pensamientos de mi mente, pensando en otra cosa, lo logro cuando Dan pasa por mi lado, me sonríe de lado y yo lo ignoro, el chico no es malo, ninguno lo es, sólo que nadie nos puso un alto, crecimos sin restricciones, sin que nadie nos dijera que era lo malo de nuestro comportamiento, ese fue el peor mal que hicieron.

Cuando abro mi casillero reviso mi horario, cálculo, un escalofrío recorre mi cuerpo cuando recuerdo a mi compañero de puesto, aún no entendía su comportamiento conmigo, pero no veía de mucha importancia tratar de encontrarle una respuesta o justificación, tenía ya mucho en lo que pensar para agregarle algo más al carro, así que suelto un resoplido y camin0 en dirección a la sala, nunca había sido muy buena para cálculos, al contrario, era algo así como mi talón de Aquiles, siempre había preferido otras cosas, por ejemplo, amaba la naturaleza, sentirme rodeada por ella, esa era una de las razones por las que vivía pegada al árbol del instituto, amaba la sensación de sentirme parte de la naturaleza.

Cuando llego al salón puedo ver que varios se encuentran sentados es sus puestos, todos conversan entre ellos y suspiro, en algún momento yo fui como ellos, ahora mi único contacto en este lugar es Ann, es la única chica que aún no se cansa de mis actitudes, y es algo que de alguna manera aprecio, a pesar de que somos tan diferentes, ella aún sigue ahí, muerdo el interior de mi mejilla al ver a mi compañero de puesto, suspiro, cuando me siento no me molesto en darle una mirada, el chico me intimida, puedo sentir su mirada sobre mi pero lo ignoro, es lo mejor, prefiero mantenerme alejada de los problemas, y más si estos tienen que ver con cierto chico de ojos negros con mirada de depredador.

Así que sin tomarle importancia a su mirada dedico a mirar por la ventana, desde hace tres años me he preguntado porque la vida se había ensañado tanto conmigo, a pesar de que fui frívola, egocéntrica, y egoísta nunca le hice daño a alguien, nunca trate a alguien mal, pero la vida me había golpeado duro, primero me quitó a mi madre y a mi hermana, luego llegó el desprecio de papá, la manera en la que ha vivido culpándome de la muerte de su familia, porque para él su familia murió ese día, después llegó ese demonio, se encargó de hacerme sentir que tenía esperanzas, que podía ser amada, pero me hizo caer, me rompió, me hizo vivir un infierno, después perdí a la última persona que me quedaba, mi mejor amigo, lo alejaron de mí, y lo único que se quedó conmigo fue el sentimiento de culpa y de soledad, los demonios que me torturaban día y noche, nada más que ellos se quedaron a mi lado, recordándome porque nunca nadie me querrá, porque tendré que seguir toda mi vida de esta manera.

Desde hace mucho he estado viviendo de esta manera, es algo a lo que ya me acostumbré, los primeros meses sentí que me hundía, ahora sólo vivo con ello, aprendiendo a resignarme

Mi familia se murió en ese accidente, cierro los ojos tratando de ignorar a mis demonios, eliminar el sentimiento que quema dentro de mi corazón como el primer día que las escuché, como mi corazón se rompió al saber que papá me odiaba, yo perdí a mamá y a mi hermana, él perdió a su familia completa.

Puedo recordar como si fuera ayer sus palabras, el preciso momento en que papá sacó todo ese odio, resentimiento y me hizo saber quién era la única culpable de ese accidente, que a él ya no le quedaba nadie.

— No puedes seguir así papá — dije tratando de luchar contra el nudo que tenía en mi garganta, si él no podía ser fuerte yo lo sería por los dos, saldríamos adelante, juntos lo haríamos.

Él me miró directamente a los ojos, pude ver tanta rabia en su mirada, tanto dolor — Seguiré así por el tiempo que yo quiera — dijo mirándome con resentimiento — Total, ya no me queda nadie en este mundo, nadie por quien seguir luchando, estoy solo ahora — su voz sonó tan fría y sincera que me congeló por unos segundos, pero me dije a mi misma que podíamos arreglarlo, que todo estaría bien si estábamos juntos.

— Me tienes a mi papá, estamos juntos ahora, saldremos adelante juntos — dije tratando de calmarlo, de hacerle saber que no estaba solo, que estaríamos juntos, traté de acercarme, pero me miró con tanto rechazo, que mis pies se congelaron en su lugar, se alejó unos metros haciendo más grande la distancia entre nosotros, lágrimas luchaban contra salir, pero luche con ellas, no sabía que más hacer.

Papá negó con la cabeza y me miró con tanto desprecio que rompió mi corazón, sabía que algo ya no era lo mismo — Te equivocas, no estamos juntos en esto, estas sola, yo estoy solo, mi familia murió en ese accidente — negué con mi cabeza al escuchar sus palabras — Tu eres la única culpable de sus muertes, tu debiste morir, no ellas, no ellas.

Ese día lo recuerdo como si fuera ayer, y él me lo recuerda con su mirada cargada de reproche y desprecio hacia mí, con su lejanía, sus intentos exitosos de mantenerme fuera de su radar y de su vista, ese día yo también había perdido a mi familia, porque también había perdido a papá, estaba sola contra el mundo, ya no había nadie a mi lado.

— Señorita O' Donnell, ¿se encuentra bien? — escucho la voz del profesor bigotes, el hombre me mira atento al igual que todos en el salón, incluyendo al chico a mi lado, salgo de mis pensamientos y formo una línea recta con mis labios y me dediqué a asentir con la cabeza, debía evitar estos momentos en el instituto, no quería que nadie viera mis momentos de debilidad — Bien — el profesor asiente con la cabeza y vuelve su vista al pizarrón aún un poco dudoso por mi respuesta , al igual que la mayoría de los que estaban en el salón, suspiro y niego con la cabeza mentalmente, había sabido convertirse en una gran actriz, no estaba bien, estaba completamente hundida.

Miro hacia la ventana ignorando cualquier tipo de pensamiento, pero siento una mirada en mi nuca, tenía una idea de quién se trataba, pero aun así me volví encontrándome con unos ojos negros que estaban mirándome fijamente, un escalofrío recorre mi cuerpo por completo, aparto mi mirada rápidamente, no lograba entender porque ese chico causaba esas sensaciones en mí, pero quería evitarlas, sabía que nada bueno podría salir de ello.

El timbre que daba por terminada la clase suena, frunzo el ceño al percatarme que la mayor parte de la hora me la pase pérdida en mis pensamientos, empecé a guardar mis cosas sin tomarle mucha importancia al chico que aún seguía a mi lado, y cuando terminé me levanté, pero lo siguiente no lo vi venir, ya que quede de frente a unos ojos negros que me miraban intensamente, ahora sí que estaba jodida, pensé mientras tragaba saliva y la extraña sensación recorría mi cuerpo nuevamente.

OJOS NEGROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora