CAPÍTULO 3

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Siento como el aire se va de mis pulmones al cruzar miradas con ese chico, trato de volver a respirar con normalidad, pero su miraba, esa mirada que daba la sensación de poder descubrir e internarse en lo más profundo de mi alma, trago saliva por la intensidad de su mirada, aún no podía entender como alguien podía observar de esa manera, estaba segura que debía ser prohibido, sentí una extraña sensación cubrirme, y no me gustaba, no podía ni quería verlo ni un segundo más, no me gustaba la forma en la que me observaba, ni mucho menos la idea de que pudiese ver a través de mí, no estaba dispuesta a que descubriera la mierda que traía encima, menos alguien que parecía no tenerme mucha simpatía, no quería que nadie supiera todo lo que pasaba por mi mente, todo eso que trataba de ocultar, no toleraba la mirada de lástima de la gente, llevaba todos estos años recibiendo esa mirada de parte de todos las personas que trabajaban en la gran casa, no la aceptaba aquí, podía aceptar la mirada curiosa por parte de todos aquí, pero prefería esa mirada, que aquella que recibía los primeros después del accidente que le arrebató la vida a dos personas que amaba, aparté la mirada y tomé mi bolso con la intención de largarme de ahí, no estaba dispuesta a jugar su juego, pude ver un cambio en su mirada, pero no me quedé a verlo, así que sin darle otra mirada me limité a pasar por su lado, provocando que nuestros hombros se rozaran, apreté los labios ante mi torpeza pero no me moleste en pedir disculpas, y estaba segura que él tampoco quería escucharme, lo único que quería era salir de ahí, alejarme de él y de lo que eso podía conllevar, dejar atrás esa sensación que sentía cada vez que me miraba, ese extraño sentimiento que se instalaba en mi pecho y que no sabía cómo parar, y que me asustaba como un demonio, cuando salí del salón pude volver a respirar con normalidad, me quedé unos segundos ahí parada para volver a la normalidad, aunque aún podía sentir su mirada puesta en mí, pero no me volví, no le iba a dar ese gusto, porque ahora más que nunca trataría de mantenerme lejos de él, no quería volver a ver sus ojos, mucho menos ser observada de la manera en que ese chico lo hacía, tenía que alejarme lo más posible, volver a la zona segura y olvidar esa sensación, no quería nada más que eso en este momento.

Las últimas horas de clase pasaron sin problema, no recibí miradas asesinas de parte de ese chico, y lo agradecía, él tenía algo que me causaba una extraña sensación, no sabía si era algo bueno o malo, pero sabía que causaba algo, pero eso no era importante ahora, habían muchas cosas más importantes.

Me encontraba caminando hacia el estacionamiento, pero unas voces y risas me detuvieron por un instante, iba a seguir caminando pero unos sollozos y las risas de Ann hicieron que detuviera mi paso, pensé por un instante en seguir, en ignorarlo, pero los sollozos se hicieron escuchar más fuerte, apreté los labios y tomé el camino por donde se escuchaban las voces, cuando llego lo primero que atino a hacer fue llevarme las manos a la boca, un pequeño grupo se encontraba rodeando a una chica en el suelo, mientras que Ann estaba frente a ella, esto era cruel, no podía entender cómo podía existir gente que se aprovechaba de su situación, que humillaba y maltrataba a gente inocente, no lo entendía.

La chica rubia se encontraba en el suelo, sucia, con los ojos hinchados y rojos de tanto llorar, yo niego con la cabeza dispuesta a ayudar a la rubia, esto era despreciable, me quedo mirando a Ann que aún tenía su mirada puesta en la chica, la miraba de una manera que a cualquiera le pondría la piel de gallina, pero a mí no, ella no lograba intimidarme, había pasado por varias cosas para intimidarme por una simple mirada de ella, al sentirse observada quita la mirada de la chica y la fija en mí, dándole a la chica la oportunidad de levantarse, ella inconsciencia se acerca a mí, yo no digo nada, mi atención está puesta en la chica en frente de mí, yo frunzo el ceño, no sé en qué nos hemos convertido, cada una de nosotras eligió su propio camino, tomó sus propias decisiones, y eligió como quería vivir, creí que podía llegar a entenderla, pero esto sobrepasa mis límites, siempre vi su rechazo hacia la gente que no estuviera en su mismo nivel, pero no la creí capaz de hacerle eso a una simple chica que no le había hecho nada, estaba segura que al verla sola y vulnerable se había aprovechado, asumía que la chica se encontraba sola por el simple hecho de que no había nadie peleando por ella, o estaba la posibilidad de que hubieran sido lo suficientemente cobardes para dejarla sola, pero yo misma me encargaría de ayudar a esa rubia, no me importaba tirarme encima a la chica frente a mí, no dejaría que se convirtiera en su nuevo juguete.

OJOS NEGROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora