CAPÍTULO 19

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Sus labios se movían sobre los míos buscando una respuesta, y yo, entre sorprendida y espantada abro los labios, quizás tomó ese acto como un sí, porque me aferró más a su cuerpo, yo trago saliva e intento apartarme, el chico al ver mis intenciones afloja el agarre que tenía en mí, yo lo miro totalmente confundida, ¿Por qué lo hacía? niego con la cabeza y una lágrima solitaria cayó por mi mejilla, era lástima.

- No lo vuelvas a hacer nunca más Ethan - mi voz se escucha casi inaudible por la impresión y por las sensaciones que llegó a causar en mí, pero yo no tenía nada que dar, no había nada en mí que fuera bueno, estaba rota, no había razón para cambiar eso.

Nos quedamos mirándonos en silencio por unos minutos, hasta que la luz llegó y la lluvia se tranquilizó, sabía que esa era la señal para irme pero quería permanecer ahí, a su lado, al procesar mi pensamiento apreté los labios, que rayos me estaba ocurriendo, sin pensárselo más, paso por su lado logrando que su cuerpo y el mío se tocarán, ignoro la calidez que sentí y abro la puerta ignorando por completo al chico a mi lado, no podía mirarlo nuevamente, el pensamiento de su lástima hacía que una extraña sensación apareciera en mi pecho, salgo del pequeño cuarto y a paso rápido también del edificio, no podía estar otro segundo más a su lado.

- Idiota - digo mirando a Max, el cual me miraba con cara de cachorrito regañado - ¡Eran mis manzanas! Te las comiste todas - dije reprendiéndolo nuevamente.

- Podemos ir a tu casa y listo, más manzanas y los dos felices - dice sonriendo como si eso fuera lo más hermoso del mundo, rodo los ojos y suspiro, este chico terminaría matándome.

- No, además, aún no olvido que me dejaste sola ayer - frunzo el ceño al recordarlo, el idiota de Max creyó que había salido, así que salió en mi búsqueda, no se le pasó por la cabeza que podría haber seguido en el instituto, después de huir me lo encontré en la puerta de mi casa, el resultado, un Max completamente mojado y yo, demasiado confundida.

- Nena, ya te pedí perdón cien veces por eso, olvídalo - me mira con ojos de borrego abandonado y con un puchero, además, con la nariz roja como señal que pronto se resfriaría me conmovió, desvergonzado.

- Esta bien, ahora apártate un poco que no quiero que me pegues tus microbios - arrugo la nariz cuando el chico estornudo en mi cara, éste me mira y sonríe fingiendo inocencia, terminaría matándome.

Max se levanta del árbol y me mira con una pequeña sonrisa en la cara, cobarde - Creo que escuché a una de mis nenas hablarme, hablamos caramelito - sin decir nada más se esfumó como si su vida dependiera de ello, niego con la cabeza mientras que una sonrisa va creciendo en mi cara, ese chico lograba alegrar mis días, aunque sabía que si terminaba resfriándome por su culpa lo mataría, o bueno, no, pero tendría que ser mi esclavo personal, ese pensamiento me hizo sonreír con más fuerza.

Pero la sonrisa se apagó cuando vi al chico que no me dejo dormir en toda lo noche, me miraba fijamente, aprieto los labios pero al instante me arrepiento de ello, el recuerdo de sus labios sobre los míos me hizo mirarlo con curiosidad, seguía sin entender sus acciones, frunzo el ceño cuando lo veo acercarse a mí, sus pasos eran lentos y su andar tranquilo, cuando llegó, se sentó mi lado y yo no hice nada para impedírselo, al contrario, una parte de mi ansiaba volver a sentir su calidez, aprieto los labios obligándome a permanecer en silencio, él estaba ahí, le tocaría hablar.

- Faith - la forma en la que dijo mi nombre me hizo mirarlo, como si lo estuviera degustando en su boca - Tenemos que hablar - yo solo suspiré y volví mi mirada al frente, sentí su mirada en mi pero no dije nada, no sabía que podría salir de su boca y lo mejor era hablarlo.

, - Si, definitivamente tenemos que hablar - dije esta vez mirándolo fijamente.

OJOS NEGROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora