CAPÍTULO 18

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Cuando llego a casa ya son pasadas las 3 de la madrugada, y suspiro pesadamente al recordar que en unas cuentas horas tendría que ir a clase, con sumo cuidado subo las escaleras, no quería despertar a nadie, aunque bueno, dudaba que alguien sintiera mi presencia a esta hora, papá debía estar profundamente dormido y los demás bastante lejos para escuchar.

Al llegar a mi habitación lo primero que hago es quitarme los botines y tirarlos en un rincón sin importarme la arena dentro de ellos , estaba cansada, después de nuestra muestra de afecto decidimos irnos de ahí, así que no tuvimos oportunidad ni de presenciar la carrera ni de disfrutar el gran mambo, fuimos a la playa, en donde nos dedicamos a hablar, y claro, a comer, sonrío al recordarlo, una felicidad inunda mi pecho, tenía un gran amigo a mi lado, y deseaba con todo mi corazón tenerlo por todo lo que me durara la vida.

Dejo cualquier pensamiento cuando me dejo caer a la cama sin molestarme en sacarme lo que traigo puesto, y me voy dejando llevar por el cansancio y el sueño, esperando que esta vez no haya pesadillas, que se vaya todo dolor

Abro los ojos cuando el sonido de la alarma se escucha por las paredes, suelto una exclamación y pienso en seguir durmiendo, pero esa posibilidad sale de mi cabeza al instante, si no quería reprobar el año debía asistir, me bajo de la cama y miro mi atuendo, aún llevaba los jeans de ayer, suspiro y me dirijo al baño, en donde me despojo de la ropa y me adentro a la ducha.

Cuando bajo del auto algunas miradas se posaron en mí, y no se me hizo extraño, desde que Max y yo somos amigos los rumores de una relación entre nosotros han corrido por los pasillos, al principio me incómodo, pero después lo tomé como diversión, es increíble lo que la gente sin nada que hacer puede inventar.

Agradecí internamente por llevar una coleta, hacía calor, por eso mismo había elegido un vestido suelto rosa pálido junto a una bailarinas blancas, algo ligero, entro rápidamente al interior del edificio y al llegar a mi casillero me encuentro con Max, sonrío y lo abrazo, desde nuestra conversación de ayer se convirtió en el único hombre con el que no me siento incómoda a su lado y papá claro, y bueno, a mi cabeza llega el chico de ojos negros y la sensación de calidez que sentí a su lado, frunzo el ceño y me separo de Max, éste me mira confundido pero yo me encojo de hombros restándole importancia, a lo que él solo niega con la cabeza, rodea mis hombros con su brazo y me lleva al taller de literatura, única clase que compartíamos, yo rodee su cintura con una sonrisa en la cara tratando de alejar esos pensamientos de mi mente, y sin importarnos absolutamente nada los malos comentarios que empezaron a escucharse seguimos en dirección a la última sala del primer piso, donde lo único que hicimos en esas dos horas fue dormir y comer manzanas.

Resoplo frustrada cuando recuerdo que mi última hora era de cálculo, frunzo el ceño al pensar que todos los días tenía al menos una clase junto a Ethan, pero me tranquilice al recordar que no lo vi en la hora del almuerzo, así que camino tranquilamente hacia el salón de cálculo, quede sorprendida al ver que no había ni un alma en el salón, pero sin tomarle mayor importancia me siento en mi puesto habitual y me puse a esperar que llegarán los demás, mire por la ventana y pude ver como nubes casi negras cubrían el ahora inexistente cielo azul, claro indicio de una fuerte lluvia, me mordí el interior de mi mejilla por la mala elección, me enfermería.

Todo pensamiento desapareció de mi mente al sentir como alguien se sentaba a mi lado, me volví quedando cara a cara con Ethan, el cual me miraba fijamente, sus ojos negros me hipnotizaron por unos segundos, y de cerca pude ver que sus ojos no eran completamente negros, tenían un no sé que los hacia especiales, frunzo el ceño ante mis pensamientos, aparto la mirada y vuelvo a mirar por la ventana en donde ya se podía ver cómo caían gotas de lluvia, suspire, miré la hora de mi celular, ya iban diez minutos y nadie llegaba.

La luz se fue de la nada, yo exclamé sorprendida, la lluvia cada vez se hacía más fuerte, me levanto de la silla a paso torpe sin fijarme mucho en mi compañero de puesto, salí disparada del salón y no había ni un alma en los pasillos y eso me hizo dudar si aún habían personas en el edificio, aprieto los labios, de repente un trueno se escucha fuerte y suelto un grito, mi primera acción fue esconderme en la primera puerta que encontré que resultó ser el armario del conserje, entre escobillones y muchos productos de limpieza trate de encontrar paz pero antes de que eso sucediera la puerta se abrió, abrí los ojos de golpe, Ethan había entrado en el armario, iba a reclamarle pero un trueno se volvió a escuchar y no le pude reclamar cuando cerró la puerta tras él, dejándonos juntos en el armario, conmigo asustada y con él mirándome atentamente.

Los truenos cada vez se hacían más fuertes e intente con todas mis fuerzas tranquilizarme, pero a cada segundo que pasaba el pánico aumentaba, y la mirada de Ethan en mí no ayudaba mucho que digamos, me miraba en silencio, y yo estaba demasiado desesperada para cuestionárselo.

Intenté moverme, pero mi cuerpo rozo con el cuerpo del chico a mi lado, yo apreté los labios esto era desesperante.

Un gran trueno volvió a escucharse y salté de la impresión, no veía nada, estaba a ciegas - No veo nada - no traté de ocultar la desesperación en mi voz, traté de tocar con mis manos la pared, pero no lo lograba y me estaba comenzando a desesperar, y los truenos cada vez se escuchaban más seguidos, una lágrima cayó por mi mejilla, pero la aparte rápidamente, no podía verme así, aunque dudaba mucho que se hubiera percatado.

Siento como unos brazos me rodean y supe que era Ethan porque era el único a mi lado y además por la extraña calidez que empezaba a sentir a su lado, yo lo miro atentamente, no encontraba respuesta su acción pero no hice nada para apartarme, atribuyéndolo al miedo en mi sistema - Confía en mi Faith - su voz era sería pero podía distinguir una chispa de preocupación, pero lo deje pasar, no estaba en condiciones de examinar el tono de su voz, además, ¿Desde cuándo él se preocupaba por mí? No había razón, y si la había no estaba dispuesta a descubrirla, no cuando sus palabras aún resonaban en el fondo de mi mente.

- Tengo miedo - mi voz era casi inaudible por causa del nudo que se había formado en mi garganta - No veo nada Ethan, esta oscuro, por favor - lo peor era que odiaba verme vulnerable frente a una persona a la que no le interesaba lo que me ocurría, pero era el único que estaba a mi lado, y el pánico lo podía sentir en el aire, apostaba que desprendía sólo de mí, sabía que podía hacerlo a un lado y salir, pero había una fuerza que me atraía a su lado, una parte de mi quería quedarse bajo su protección, además, sería más difícil hacerle frente a la situación sola, así que preferí seguir ahí, junto a él.

Él dirige su mirada hacia mi aun rodeándome con sus brazos y me dedica una mirada que no logre descifrar o no me esforcé lo suficiente por miedo a las conclusiones que podría llegar

- Yo seré tus ojos pequeña - yo sólo me límite a permanecer en silencio, lo miré a los ojos tratando de encontrarle la quinta pata al gato, tal vez debió entender mi mirada ya que apartó la suya enseguida pero no dejo de abrazarme, al contrario, me acerco más a él logrando que mi cuerpo se pegara por completo al suyo, el solo contacto hizo que un escalofrío hiciera un recorrido por todo mi cuerpo, trate de apartar las imágenes de mi cabeza pero me fue imposible, empecé a temblar y no podría controlar mi respiración.

Ethan al verme en esa situación volvió a acercarme a él ya que me había alejado, yo temblaba de miedo, estaba teniendo una crisis, la respiración me faltaba cada vez más y el chico al darse cuenta de la situación puso ambas manos en mis mejillas y su rostro quedó a centímetros del mío, yo trataba de calmarme, pero no podía y menos cuando la lluvia se escuchaba más y más fuerte, las lágrimas caían de mis mejillas sin control, estaba aterrada.

- Tranquila, tranquila - su voz murmurando en mi oído me tomó por la guardia baja, nunca había estado tan cerca de él, después se alejó de mi oreja y volví a tener su rostro frente a mí, su aliento me daba de golpe a la cara- Respira conmigo, vamos, respira conmigo Faith - su rostro estaba a centímetros de mi cara y podía sentir como poco a poco me iba tranquilizando, hasta que un gran trueno volvió a escucharse haciendo que soltara un grito por culpa de la sorpresa que me causó, volví a sentir como el miedo trataba de dominarme y justo cuando estaba a punto de volver a temblar unos labios hicieron contactos con los míos, abrí lo más que pude los ojos totalmente sorprendida, Ethan me estaba besando, y el miedo que hace segundos atrás había sentido había desaparecido y lo único que estaba sintiendo en este momento era tranquilidad.

OJOS NEGROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora