CAPÍTULO 21

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Su mirada estaba puesta en mí, acarició mi mejilla, cerré los ojos y me dejé llevar, era agradable la calidez que el chico desprendía, esto era agradable, me sentía tranquila, sin miedo, sentía que podía desafiar al mundo y ganar, pero como todo lo bueno se acaba, me fue inevitable recordar sus palabras y las dudas volvieron a mí, ¿Qué es lo que buscaba Ethan verdaderamente?

Me aparte un poco de él y mi cuerpo extraño al instante su calor, apreté los labios y lo miré - ¿Qué es lo que intentas? - susurré, lo miré confundida, quería saber que estaba ocurriendo, yo no era de las chicas que aceptaba las cosas porque si, y si esto no significaba nada quería saberlo, tenía que saberlo para defenderme, alejarme, mi corazón no estaba para juegos, y si significaba algo, si significaba algo lo tomaría, porque como él, yo no lograba saciarme.

Ethan me miró unos segundos y suspiró, no dijo nada, sólo se mantuvo en silencio, y en el momento en el que pensaba mandarlo todo a la mierda, habló - Intente, joder sí que lo hice, ignorar esas ganas de estar a tu lado, pero cuando tú y ese chico estaban juntos, tu reías, reías y te veías tranquila - dijo lentamente - Y te imaginé sonriendo a mi lado, sonriéndome a mí - se acercó nuevamente a mí, yo lo miraba en silencio tratando de encontrar algo malo en sus palabras - Y joder, te juro que mi deseo fue tenerte conmigo, que tus sonrisas fueran para mí, desee que fueras mía - no articule palabra, no dije nada cuando volvió a acariciar mi mejilla, pero que iba a decir, si el chico me había dejado sin palabras, sólo sentía como mi corazón latía fuerte y tuve miedo, joder, tuve tanto miedo, porque sabía que yo nunca podría ser como otra novia, no podría vivir tranquilamente sabiendo que podría caer en cualquier momento, no era libre, mis demonios en algún momento saldrían a la luz y terminaría dañándolo, y a mí en el proceso, cerré los ojos con fuerza, había sido una ilusa al pensar que podría tener esperanza, no la había.

- Terminaré dañándote, juro que después de todo terminarás odiándome - dije lo más lento que pude, después de unos segundos de ignorar su mirada puesta en mi lo miré, sus ojos me observaban fijamente, me analizaba, aún seguíamos a una distancia pequeña, y sabía que lo mejor era salir lo antes posible de ahí, era lo mejor.

- Lo acepto entonces - lo miré sin entender, mientras que él separaba la poca distancia que quedaba entre nosotros, sus labios casi rozaban los míos - Si para tenerte a ti conmigo debo pasar por ello lo acepto, acepto todo eso y más solo si eres tú la que después me cura, sólo si eres tú la que después de cada batalla me besa y está a mi lado - dijo ésta vez uniendo sus labios suavemente con los míos, yo a pesar de mi aturdimiento ante sus palabras le respondí de la misma manera, ese chico demostraba ser todo menos lo que yo pensaba, y al parecer, todo lo que estaba queriendo.

Ethan aparcó la motocicleta fuera de mi casa, el chico había insistido en traerme, acepté, hoy me había traído Max así que no había tenido problemas con mi auto, me bajé de la moto con el casco aún en la cabeza, me lo saqué con cuidado, Ethan se bajó y con cuidado volvió a acariciar mi mejilla, sonrió, y juro por dios que mi corazón se paró y volvió al instante al verlo sonreír.

Me besó lentamente y al separarse me miró intensamente - Desde este momento eres mi chica Faith - dijo para darme un beso rápido y subirse a la moto, le sonreí y me di la vuelta para ingresar a casa, su chica.

Estaba a punto de irme a la cama cuando un fuerte mareo logró de estabilizarme, me senté rápidamente en la cama tratando de aligerar la sensación, pero unas ganas de vomitar me hicieron salir de mi zona de confort y dirigirme al baño, logrando que terminara por deshacerme de todo lo que ingerí en el día, me lavé los dientes desganada, me mordí mi labio inferior y pensé en algo que me pudo haber hecho mal para causar mareos y vómitos en mí, pero una idea que logró que mi cuerpo se pusiera helado llegó a mi mente, tan poca atención le había puesto a mi periodo estos casi dos meses que no me preocupe al ver que estaba retrasado.

Sentí como si un balde de agua fría me cayera encima y negué con la cabeza repetidamente, no podía ser, lágrimas bajaron por mi mejilla al considerar la idea, la idea de poder estar embarazada de ese demonio.

OJOS NEGROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora