-Todo estuvo muy delicioso abuelo- dice Derek sonriendo.
-Es por tu visita- toma un sorbo de agua -¿Qué paso con anastasia?-
-Debo ir por ella- me mira -¿Te quedarías aquí mientras voy por ella?- asiento sin entender nada –Le dije que prefería estar con ella a estar aquí- su abuelo comenzó a reír.
-Esa broma ni tú te la crees querido nieto- fruncí el ceño. Los dos estallaron en carcajadas. –Tu hermana con tal de venir aquí hace cualquier cosa- en ese mismo momento me pegue mentalmente.
-¿Era con tu hermana con la que hablabas hace un momento?- Digo avergonzada.
-Si- me dice sonriente –Anastasia tiene once años, casi nunca la veo y siempre que puedo estar con ella lo estoy- apreté mis labios –Bueno permiso, vuelvo en un momento- asentimos.
Lo vi alejarse por las grandes puertas y quede mirando mi plato vacío. Trague saliva, fui totalmente una estúpida.
-Acompáñame a la chimenea- miro hacia el abuelo de Derek, asiento, me levanto para ayudarle.
Caminamos hasta la chimenea, se sostuvo de mi brazo todo el camino. Nos sentamos y en ese mismo instante llego Bladimir con unos cafés. Le eche azúcar a las dos tazas y las revolví. Le entregue una taza y me agradeció con un movimiento de cabeza.
-y Bueno Lenna tus padres deben estar felices de ver donde estas- Estaba por tomar la taza y quede estática. Trague saliva.
-No lo creo- Dije ahora si tomando la taza y tiritona mente sentándome en uno de los sillones. Mire hacia mi café y lo seguí revolviendo. –Es algo de lo que no me gusta hablar señor...- levante mi cabeza, a todo esto no sabía su nombre.
-Eduardo- dice mostrándome una sonrisa –Perdona mi pregunta- le sonrió. -¿Cómo conociste a mi nieto?-
-En mi primera campaña, me ayudo bastante- dije tomando de la taza.
-¿Eres su novia?- levante mi vista y lo quede mirando.
-No- dije de inmediato –Como Derek dijo somos amigos solamente- asintió y bebió de su taza.
Así platicamos por largo tiempo de distintas cosa, la conversación comenzó a ser más amena y debatíamos al mismo momento de temas muy importantes para la sociedad. Me gusta hablar con gente tan culta como Eduardo, hace que me llene más de conocimiento.
-Hemos llegado- grita una niña, solo escucho pasos y a Eduardo reír.
-Mi niña estas aquí- una peli negra se lanza y se abraza a su cuello con gran alegría, en ese mismo momento siento una mano acariciar mi cabello que llevaba suelto.
-Ojala no me hallas extrañado mucho- comencé a reír y luego recordé donde estábamos y me puse seria.
-No mucho- respondí, poniéndome de pie y dejando la taza en la bandeja que estaba sobre la mesa de centro.
-Aní ella es Lenna- la niña con sus grandes ojos cafés me quedo mirando con una gran sonrisa. Muy parecida a su madre pero el brillo de sus ojos las hacen ver muy diferentes.
-Derek me vino hablando todo el camino de ti- lo quede mirando extraña
¿Cómo conversaron si viajo en moto?
-¿No fuiste en moto?- comenzaron a reír.
-Te dije que era mi mayor tesoro, pero no es lo único que poseo Lenna- lo mire seria –Tengo un auto aquí- subió sus hombros.
-Tenemos que conocernos- me dice Aní tomando mi mano y arrastrándome con ella. Algo en común tienen estos hermanos ¡Arrastrar gente!, Derek queda haciendo puchero y yo sigo siendo arrastrada.
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Completamente una Locura #AmantesDeLasLetras
Teen FictionLenna Smith, una chica que vivía solo para ser la sirvienta de su familia. Un día su vida cambia gracias a la maldita decisión de su padre, ella la acepta sin saber que su vida cambiara para bien y que quizás pueda conocer la vida vista desde otro p...