Diez Años me Mintieron ✓

Capítulo 6: Problemas.

GÉNESIS

Bueno, esto es algo raro, veo a una persona que guau, no creí ver aquí, dijo que no se vendría de intercambio— No me quiso decir el por qué,—para acá, para la Ciudad de México, y aquí esta...

¡Qué mentira más grande me ha dicho!

Alto, él estudia leyes, no puede cambiar de carrera así como así ¿o si se puede?

Me siento enfadada. Me mintió, a mí, una de sus amigas, pero eso él lo prefirió, bueno le aplicarte la ley del hielo, me ignora, me tiene que hablar. Pero dos pueden jugar ese juego ¿A qué no?

Creo que, voy a aguantar dos o tres días sin hablarle, eso es muy probable, si eso es.

Pero es extraño, el me despidió en el aeropuerto, no le encuentro lógica que se allá cambiando de carrera si a él le encanta su vocación y odia la mía.  Aun así, puedo cambiar en enero de carrera y pasado a la facultad, el siempre quiso estar a un lado de mí.

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—¿Por qué te viniste a la ciudad? —me pregunto ¿Linda?, hay no me acuerdo de su nombre. Soy muy olvidadiza, o estoy pensando demasiado en Marco.

—Es una pregunta tonta, ¿no lo crees?

—Oh, sí— bajo su cabeza —, mejor me voy a comer algo, ¿no bienes?

—No, gracias. Prefiero quedarme aquí, en las gradas.
—Está bien, nos vemos—se puso de pie —, o tal vez no—musitó para sí, misma.

— ¿Por qué tal vez no? —le contraataque. —Responde, no te quedes callada—le orden después de estar callada por unos segundos.

—Ahorita, tal vez no, porque voy con mi novio David. Después de comer—sonrió dulcemente.

—Ah—creo que mal intérprete sus palabras. —De acuerdo, entonces nos vemos —hice un movimiento con mi mano.

Bueno, su forma de comunicarse es algo, no muy común, así que por eso malinterprete. Pensé que no le caía bien. Bueno, ahora entiendo el por qué, no tengo casi amigas, porque soy demasiado exigente y desesperada.

La veo detenerse en las puertas con esa chica que no quita la mirada del chico pelirrojo y ahora se ve exaltada.  Quisiera preguntarle a Linda lo de ese chico, pero sonaría muy acosadora.

* * *

(Ciudad de Monterrey N. L.)

MARCOS

Vaya que tengo que ir a la dirección de nuevo, pero esta vez no he hecho, ¿o sí?

— ¿Ahora qué hiciste, problemas?  —escuche la fachosa voz de Abraham, que diablos le interesa a él. — No vas a contestar ¿he? — que hable solo, él es el que se va a frustrar yo no.

Entre a la dirección, sin antes "tocar la puerta" la directora me hizo una señal de que me sentara, puse los ojos en blanco y me senté.
Pasaban varios segundos sin hablar y realmente me estaba desesperando, literalmente, para mí la paciencia se me agota rápidamente.

— ¿Va a hablar o no? — le cuestione fastidiado, ella no cambiaba su postura ni sus emociones.

—No has cambiado nada — respondió fríamente, hace cuando la bidé, Ah sí, el viernes, nadie cambie de un día para otro. — Bueno, a lo que viniste, me está informando tu padre que quieres hacer intercambio al Ciudad de México ¿Eso es cierto?

—Así es. — Le afirme — Pero eso lo hablamos el viernes, que rápido llego la noticia a usted, y usted agradecida de la vida que me valla, ¿Verdad? — le respondí con una sonrisa de burla.

Ella sonrió como respuesta, claro quiere que me largue para dejar a su hijo Esteban, tranquilo, eso debe de ser. Y por primera vez sonrió la vieja.

— Me voy tengo examen —le avisé y me puse de pie. Además, no quería soportarla.

Salí de su oficina para dirigirme a mi clase, y al maldito examen que me esperaba.

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Vaya que ese examen estaba hecho un fiasco, pero bueno, de que lo paso lo paso.

—Que te vas a ir a la ciudad de México— afirmaba Elías, en serio los chismes sí que corren rápido en esta facultad.

—No me voy, por ahora. — le remarcaba con una sonrisa arrogante. —Aunque quisiera.

—Te quieres ir alejando de tu hermano Alex.

Arrugo mi frente y lo fulmino con la mirada, ¿Cómo se atreve a decir que esa florecita de campo es mi hermano?

—Primera no es mi hermano, segundo nunca lo menciones. Tercera eres un estúpido igual a Alex. — le respondí fastidiado y enojado, ¿Qué nunca va a entender que no me gusta que lo menciones?

—Bien ya. — levanto las manos en defensa. —Eres demasiado agresivo.

Ya me lo han dicho, pero no le digo.
Camino por la calle en cuidado que no me lleven los autos de encuentro.

—Ahí viene la chica… —escucho canturrear a Elías, giro mi cabeza a la derecha donde aparece. Elías me da una palmada en el hombro y se aleja guiñando el ojo, dice algo que logro leer en sus labios.

¿Me acaba de decir tigre el miserable gusano rastrero?

—¿Qué quieres Melissa? —interrogo de mala gana. Ella simplemente me sonríe y con la mirada me indica que reanude la caminata.  Doy un bufido para caminar.

—Ya te he dicho que me llames Mel.

—Para mí eres Melissa y se acabó —digo rechazando su petición, porque si le llamo como ella quiere va a tener una confianza que no quiero que tome. —¿Y qué quieres?
Vuelvo a repetir.

Ella se encoje de hombros, y yo pongo los ojos en blanco. Genial, solo va a joderme en el camino.

—Supe que tu novia se fue…

Ahora entiendo porque va a mi lado.

—Génesis no era mi novia, es mi amiga —indico. La miro de reojo donde un brillo brota de sus ojos, así que agrego más para que se calle y no empiece con su sermón —, pronto la veré para empezar nuestra relación —dijo sonriendo, para que se convenza.

Veo que su alegría se desinfla y hago mi sonrisa un poco más grande. Triunfe.

—Ahora si me disculpas… —dijo checando que no me arroyen.

—Tengo que seguir preparando una conferencia.

Ella asiente y dobla a la esquina, mientras yo cruzo la avenida Carranza. Donde mi madre me está esperando, ya que vino a visitarme antes.