ELOY.
Han pasado ya dos semanas, faltando una para que mamá regrese de Canadá. Ya quiero saber la verdad.Génesis no me quiere decir nada, — que yo solo lo descubra, como lo hago con safre. —Además, esta Amaya que cada ves que me ve platicando con ella, llega y la aparta.
Mientras su mirada se torna un poco triste, donde me manda mensajes con una ortografía impecable. De hecho, la e visto con un diccionario en mano.
Y ahora, yo leo un poema de Jonathan.
¿Quién lo pensaría? Que tener comoUna amistad, me lleve a toda de
Ilusionarme, dándole puerta en
Enamorarme...
Respiro con una gran afiche lleno de
Esperanza en mi corazón, dándole a
Sentir una gran y verdadera emoción.
—Ya deja eso —exclama irritado, mi amigo. Tratando que quitarme el papel.
—Quiero leerlo — replique, pero no dejaba leer lo demás.
—¡Deja eso ya, no es para ti! —respondió frustrado.
—¿Qué juego, juegan? —apareció Safre.
Lo que hizo, que Jonathan fue quitarme el papel de mala gana y huyo de la escena.
Y yo que quería saber más del poema, me dejo a la mitad.
Aun Jonathan no le dirige la palabra, aún está enfadado por su decisión.
—Todavía no me va a hablar —respondió resignada. Dio un gran suspiro —¿Qué he hecho mal?
—Este celoso.
—Esta celoso de...
En ello bidé que Amaya venia en camino, mi escape.
—Amaya, no me dio tanto gusto de verte. —No quiero que me pregunte. Debe descubrirlo sola. Sola.—¿Y si vamos a ver una película?—Todo esto es para que no me pregunte. —Vamos... ¿Amaya? —Oh genial, se quedó en estado de shock.
Nunca la había pedido salir.
Baboso que soy.
— ¿Me estas pidiendo una cita? —chilló emocionada... Yo asentí, Me odio. — ¡Oh. Por. Dios! —y luego se desmayo, demasiado dramática la karateca.
—Oh, la mataste —comento Safre divertida. A lo que yo la fulmine con la mirada. —Llévala a la enfermería. —Tenía una sonrisa divertida —, es tu cita, no la mía. —y seguía con su tono divertido.
—Ahora la tendré que llevar yo —debiste de pensar. Me hinque a un lado de ella.
—¡Gracias! —estaba fingiendo —, siempre espera esto. —Me dio un fuerte abrazo.
Estoy confundido.
Esta feliz porque la invite, y porque no me rapto esta vez.
Me di un zape mentalmente... Has lo bien, no lo estropees. Sirve que le doy su famosos helado de fresa.
Safre se fue de mi presencia con una sonrisa divertida en su rostro.
—Bueno, en verdad no puedo ir horita, no puedo, paso por tu casa a las siete, vamos al cine y luego a cenar.
ESTÁS LEYENDO
Diez Años me Mintieron ✓
Novela JuvenilTan solo a los 7 años, los gemelos: Marco y Eloy, fueron separados por una mentira. A cada uno le mintieron con distinta forma. Actualmente tiene 17 años. Eloy: A pesar de todo sigue adelante, su forma de ser es amable, pero también es un poco im...