Capítulo 20: Simples Pretextos.

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20. Simples pretextos.

Marco...

Respire con alegría.

Por fin estoy en la ciudad de México, aunque que flojera desempacar todo pero valdrá la pena.

Mi mamá dijo que vendría a ver como estaba y llevo un día, donde ni sus luces.

Aunque podría ir a visitarla a su casa, pero no me dio su dirección eso es... raro, y bueno a Génesis le diría que viniera pero... será que voy un día antes de entrar a la Facultad, para darle la sorpresa.

Ahora tengo que ver si Eloy está aquí, sí o no.

¡Ah, Soledad! Iré a su casa, sin embargo... ¿Dónde quedara su casa?

Saque mi celular para marcarle.

A los tres timbres me contesto:

-Hola Mark -Respondió con felicidad -. Milagro que llamas, me tenías abandonada ¿Dónde te encuentras?

Vaya que se soltó.

-En México -Le respondí rápidamente, antes de que me interrumpa-. Puedo ir a visitarte, estoy aburrido y mamá no viene.

-Mejor yo voy por ti, porque te pierdes, ¿bien?

-Bien -después de pasarle la dirección colgué. Mi saldo no sale como agua, aunque el agua también se paga, bueno no cae del cielo mi saldo.

Al menos si hay agua. Mientras espero tomo una ducha.

וו×

-Tanto tiempo sin verte -me dio un abrazo-. ¿Dos años? ¿Tres?

-Cinco Soledad, ¡Cinco!, me viste cuando cumplía los doce -Le aclare.

-Bueno, ¿Qué esperas? Vamos.

Caminamos hasta donde tenía su carro que lo había estacionado a tres cuadras del departamento, me platicaba de su vida, que por cierto no me interesaba pero bueno.

Al llegar a su casa, que estaba con papeles por todas partes de la sala al parecer son exámenes.

- ¿Dónde trabajas? - pregunte tras agarrar un examen, y leer los apellidos era: Gutiérrez Loera, Uriel David.

-Trabajo en la Facultad de Ingeniero Civil, de maestra de Física. Si me hubieras puesto atención, lo supieras -dijo con excepción, un poco enojada.

- ¡Que espanto eres maestra de física! -Seguí examinando los exámenes regados-, oye... ¿Conoces a Génesis? -No estaba de más preguntarle.

-Ah si, llego hace poco... -Empezó a recoger los exámenes con rapidez y apilándolos mal, y quitándome los que yo tenían.

- ¿De quién es este? Paz, A.... ¿¡Es enserio?! -Y no dejo que terminara porque me arrebato el examen de un jalón. ¡Pudo habérmelo pedido, no arrebatármelo!

-Es Paz Alemán - completo rápidamente -, ¿Quieres algo de comer? -cambio el tema raídamente, y llevando los exámenes a quien sabe dónde porque no conozco su casa -. Vamos a la cocina, esta por acá -dijo saliendo y entrando a otra parte. Me encogí de hombros y la seguí, después de todo tengo hambre.

No le creo nada de que haya sido Paz Alemán, estoy seguro que era mi apellido además, le pregunte de Génesis cuando se puso rara y mas cuando dije el apellido Paz, rápido me lo arrebato y de mala gana, que parecía que se rompiera.

Al estar comiendo se me vino a la idea loca, o más bien me llevara a la verdad.

-Podrías llevarme a la tumba de Eloy -eso hizo que me mojara, y se pusiera tensa -. ¡¿Qué fue eso?!- Pregunte enfadado, limpiando mi cara con la chaqueta que también alcanzo a mojarse y mejor decidí quitármela -. ¿Puedes o no llevarme?

-No puedo, tengo muchos exámenes que revisar -que escusa tan mas vaga me ha dado, ya estaban revisados esos ¡Malditos exámenes! Lo mire enfadado -. Lo siento.

- ¡Escusas vagas, esos exámenes ya están revisados! - grite enfadado, más bien exaltado, y ella me miraba sin expresión. - ¡Me largo de aquí! -y Salí de su casa.

Tampoco es tan difícil de que me pierda aquí ¿O sí?, ¡No importa! ¡Tomo un taxi! Hachís, no recuerdo la dirección que idiota soy ¿Por qué no me la aprendí?

Y ni loco me regreso adentro, ¡A claro que no! Que gran forma de perder la paciencia lo mejor es sacar mi teléfono para marcar a mi madre. Al marcar número lo llevo a mi oído.

-Te fui a buscar a tu departamento y no estabas, ¿Dónde te encuentras? -dijo al responder.

-¡Estoy a las afueras de la casa de Soledad! -Le informe enfadado.

-No me grites, voy para allá -y colgó.

¿Eso quiere decir que no me mueva de aquí? ¡Claro que sí! Mientras que hago.

Mi celular se está quedando muerto. Y mi frustración se esta convirtiendo en enojo.

וו×

Al ir en el auto con mi madre que me miraba con preocupación. ¡¿Y eso para qué diablos lo hacía?! Solo me hacia enfadar mas.

Sin más, llegamos al departamento que por suerte el auto fue estacionado en la afueras del edificio, mientras bajaba del auto y me dirigía al departamento ella me seguía.

-Haber dime, ¿Por qué estas enfadado? -Pregunto tras entrar.

No estoy enfadado, estoy realmente furioso.

-Quiero que me lleve a la tumba de Eloy -ordene, viéndola directo a los ojos sin responder a su estúpida pregunta.

-No puedo, me encontré ocupada -desvió su mirada.

Miserables pretextos.

-¡Ahora!

-Tengo que ir a la oficina -dio la vuelta para dirigirse a la puerta.

-¿Por qué te empeñas en seguir con tu ingenua mentira? -Pregunte con enfado, impidiendo su salida.

- ¿De qué mentira hablas? -Nos dirigimos a la sala.

- ¡No te hagas la ingenua mamá!, ¡Sabes de qué hablo!

¿Hasta dónde llegara con la mentira? ¿Y a donde la lleva? ¡A ningún lado!

-. Se que su... muerte duele.

¿Duele? ¿En qué? a mi me duele que mis padres me mientan, eso duele. Eso no me rompía toda confianza que algún día le tenia sin chistar, y ahora... La vida es injusta.

- ¿Hasta dónde vas a llegar? Sabes, ya lo sé, escuche a mi padre decirlo.

-Es que a veces hay que tomar decisiones que en verdad duelen en el corazón, para tranquilizar el alma.

¡Ja! Al menos al mite que si mintió, sus ojos se cristalizan no importa, no eso para mí no... No es nada de chantaje o me ara parar, como algo tan tonto para llorar.

-No me preocupa que me hayas mentido.

-Marco... -Dijo en un hilo de voz, tratando de acercarse a abrazarme, pero yo simplemente la evadí. No soy tan frágil como cree.

No ahora que no se si sus lágrimas son verdad o no.

-Si no que, de ahora en adelante ya no puedo confiar en ti -Eso hizo que decayera en llanto, sentándose en el sillón.

Simplemente yo la veía, hay rompiéndose en llanto, sin tratar de consolarla, lo aria. pero... me mintió. Me rompió cuando era un niño con tal mentira que termino con toda sutileza que algún día tuve.

No soy frágil al caer de nuevo en su llanto cuando me dijo que Eloy había "muerto", donde ahí si me rompí con fuerza y mi vida dio unos giros que no me dejaban respirar.

Me hizo quebrarme por una mentira, ahora, la verdad ya no me puede quebrar. Ya no se que es real para ella o simplemente una mentira mas que invento en mi vida. ¿Su cariño también será una mentira? ¿Sus lagrimas serán reales? ¿Lo son?

¿En verdad le dolió? Porque a mi me rompió.

Sin saber si se marcharía o no, yo me dirigí a la habitación donde encontraría refugio de ella.

#Retafinal

Diez Años me Mintieron ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora