Capítulo 18: Me mintieron.

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18: Me mintieron

Después de que la noche hizo presencia, tuve que ir a dejar a Amaya a su casa; despedirme de un beso en sus labios en frente de Lucas, lo cual me incomodo su mirada... revisé el celular para ver que tenia mas de cien y cacho de llamadas pérdida de mi mamá.

No quiero verle; no quiero ver el rostro de la mentira de mi vida, la cual a marcado una parte de la misma.

Observo la puerta de mi casa, guardo el teléfono para dar un respiro hondo antes de abrir la puerta, ruego que no esté en la sala esperando con su enfado, y recibir un discurso que no tendrá fin y me haga dormir de lo monótono que es.

Mi sorpresa no fue esa sino peor. Estaba con un señor que, se me hace conocido. No decidí preguntar nada, y me dirigí hacia las escaleras.

— ¡Eloy! ¿A dónde crees que vas? — pregunto, mientras iba subiendo el primer escalón. Me regrese y me pose en frente de ella —. Saluda, no seas mal educado.

—Buenas Noches — Salude fríamente —, ¿Puedo irme? —le pregunte, sin quitar la mirada del desconocido que me observaba como tipo estudiando mi comportamiento.

Juro que conozco a ese señor, ¿pero donde lo mire? ¿Dónde?

—Siéntate —ordeno mamá, apuntado a un sofá.

Entonces enfoque la mirada en mi mamá, pero a regañadientes me senté donde me dijo poniendo la mochila a un lado en el piso.

Tras unos minutos el silencio gobernaba, me estaba fastidiando, empecé a subir y bajar la rodilla derecha.

—Bien —empezó a hablar el desconocido —.  Se ve que no me recuerdas —inquirió, con algo de indiferencia.

—¿Tendría que? —Pregunte, viéndolo fijamente. De reojo veo a mi tutora reprimir una risa.

—Claro que tendrías que —Ahora hablo mi mamá, con una sonrisa de burla viendo al desconocido —. Es tu papá, Héctor —Con razón se me hacia conocido.

—¿Tendría que acordarme de usted? —Pregunte con sarcasmo. Iba a contestar pero seguí hablando —. Usted salió de mi vida desde que tenía ocho años, Usted no pertenece a mi vida.

—Wow, para que estés enfadado, no pierdes para nada la postura —Inquirió con asombro, no la he perdido porque no quiero, pero si sigue hablando de cosas que no interesan, lo saco de la casa —. Pero bueno —hizo un movimiento con a mano restándole importancia —. Traigo noticias de Marco.

—¿Oh, enserio? ¿Y cuáles son? — pregunte con sarcasmo, fingiendo algo de ilusión.

—Apareció hace unos meses...

—Que no entendió mi sarcasmo —lo corte —, Marco nunca se perdió, ¿porque me mintieron?, y después de que ya sé que todo el tiempo estuvo con usted y mi madre lo sabe, decide avanzar más con la mentira —hice una pausa, para tomar aire —. No se cansan de ser hipócritas —termine diciendo con enfado, enojo, yo que sé. Con todo el sentimiento junto en un tornado en mi interior.

Que te mienta quien nunca te hiriera lo haga, duele hasta el alma.

—Pero fue fácil para ti, olvidarlo. ¿No?  —pregunto, un poco decepcionado.

—Claro que no fue fácil — lo contradije —. Pero no lo recordaba mucho porque mi mamá, me tenía todo el tiempo en el estudio, que no tenía casi, casi tiempo en recordad.

Ahora que lo pienso, me doy cuenta de que ese método que uso fue fácil para mí, vaya que si, pues me distrajo todos estos años metido en mi mundo; en el estudio, sin poder dar un vistazo al pasado... se podría decir que mamá es una excelente en distraerme con ello.

Pero nunca creyó que alguien me iba a hacer que saliera de mi rutina, y ahora es un gran respiro ver el mundo por otro lado y no sea nada más por ello o no.

—Buena esa —Felicito, Miserable, es un total desquiciado y asqueroso padre que tengo —. Ojala hubiera hecho lo mismo con Marco  el, está hablando como si nada pasara —. Pero es un total rebelde.

—Miserable, te atreves a hablar frescamente de un tema que me mintieron por diez años ¡Diez! -Le recalque con rabia. Poniéndome de pie —, diez años me mintieron, para luego demostrar que nunca hicieron nada, que todo esta bien.

¿Qué este hombre no tiene dignidad? Me mienten como si nada, me dicen casi la verdad —, porque no creo que ahora lo hagan — y actué como su nada pasó. ¿Tan hipócrita puede llegar a ser?

— ¡Cálmate! —Suplico mi madre, al ver cómo veía a mi padre, si aun se le puede llamar así —.Mira te mentimos porque. Am... —Se quedo callada.

Aprieto mi mandíbula y siento mi sangre hervir, mis ojos pican por la rabia.

¡Tuvo diez años poder elaborar una escusa y ¿no puede hacerlo?!

—¡Mejor cállate! —grite, al momento de analizar lo que salió de mi boca, no pude retractarme puesto yo nunca le falte el respeto a mi madre — lo siento —murmure, imbécil ¿Por qué me disculpo?

Pero tanto dolor hace que pierdas la postura, tal vez... tan solo tal vez el amor que le tengo también.

Nunca llegaron a creer que iba a doler mas la mentira, pero duele aun mas cuando te dicen la verdad, porque te das cuenta de que la gente que amas que nunca en tu vida te van a mentir, y son las primeras en dar el paso, lo que más duele es cuando vez que a esa persona que nuca creíste que te iba defraudar, es el primero que hace fila para hacerlo.

Yo se que la verdad duele, pero es mejor hablar con ella, porque con ello unos se hace más fuerte... porque con una mentira, la persona que lo hizo pierde nuestra confianza.

—Eloy, no llores por favor — Dijo mi madre, ¿estoy llorando? Tal vez, pero es de rabia y coraje.

Trato de a cercar sus manos pero yo la aleje con brusquedad, tome mi mochila y me dirigí a mi habitación poniéndole llave.

No voy a llorar.

No llores... se fuerte.

Bueno es que la culpa es de ambos —de mis padres —, Pero que mi padre que lo arregle con Marco, —Si es que le mintió. — y no venga a meterse acá, mi madre tiene que arreglarlo sola ¡Sola! Como lo hizo todos estos años. ¡Sola!

¿Cómo pudieron haberme mentido? ¿Cómo? Soy su hijo y se pretende que no deben lastimar, que incluso me pueden corromper al lapso de romper mi cordura y amor a ellos.

Diez Años me Mintieron ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora