Sonríe, y dí que me amas (Sonríe y dí que me amas #1) [TERMINADO]

Capítulo 2

Eric

Sexy regresó a la oficina con unas toallas desinfectantes y le pidió a Piernas que se llevara mi plato vacío. Las mejores alitas de mi vida, vendría a comer con Sexy más seguido si esto era lo que me esperaba. Parecía menos gruñona cuando se sentó frente a mí y sacó varias toallas y las pasó por mis manos.

—Briggs, quiero que entiendas que estoy dándote más tiempo del que alguna vez le permití a alguien, así que por favor, por favor, ayúdame.— murmuró con suavidad, viéndome a los ojos mientras limpiaba mis dedos. Sexy tenía bonitos ojos verdes, brillantes, cansados.

—Entiendo.— murmuré en voz baja. Ella me dio una sonrisa tímida y me limpió el rostro con una nueva toalla. ¿Qué era yo, un bebé?

—Entiendo que, como hombre, podrías desear un legado, una familia antes de que sea demasiado tarde.— comentó, como si intentara jugar a la psicología conmigo. La dejé, mientras estuviera así de cerca limpiándome con atención.— Pero como famoso, supongo que no quieres dejar de tener sexo, estar en fiestas ni preocuparse por estar con la misma mujer todo el tiempo.

—Diablos, no. Eso fue lo primero que me dijiste, tener un legado sin abandonar mi vida.— contesté, lanzando hacia atrás mi asiento para reclinarlo. Sexy asintió y se fue a sentar del otro lado del escritorio, en su asiento, a revisar en sus cajones.

A decir verdad, cuando mi representante me dijo que alguien en una revista para mujeres llamó, le dije que la mandara al diablo. Richard creyó que era una buena idea una entrevista para una revista tan famosa, solo que no esperaba que Piernas me dijera que la Editora en jefe quería hablar conmigo. Entonces entro en la oficina y ella es todo amabilidad cuando me pregunta si quiero un café y entonces ¡Bam! Sale con esto de "Un legado sin dejar la buena vida".

—Esto es lo que pasa, Briggs. Necesito casarme y tener un hijo por lo menos. Compraremos una casa, como una familia normal, viviremos juntos, saldremos a eventos, nos sacaremos fotos, etcétera, etcétera, etcétera...— bien, eso sonaba a una vida normal, pero era dejar mi vida perfecta por eso.

—¿Por qué yo accedería a eso? Se oye a que esa vida no me va a gustar, Sexy.— crucé mis brazos sobre mi pecho y ella sonrió maliciosamente.

—No dormiremos en la misma cama, Briggs, va a ser una cubierta, ¿Entiendes eso?— preguntó, inclinándose sobre el escritorio y una de mis cejas se elevó en curiosidad.

—Te escucho.— balbuceé, inclinando mi cabeza y Sexy se puso de pie para girar y sentarse en el frente del escritorio, justo frente a mí.

—Yo necesito un esposo, tú podrás complacer a todas las fanáticas que adoran acostarse con hombres casados. Necesito tener un hijo y tú podrás dejar que tu legado continue en él. Necesito la imagen de un esposo, pero tú puedes continuar acostándote con quien quieras.— dijo con una sonrisa radiante y bueno, esto se volvía interesante. ¿Sexy como esposa y además permitiéndome acostarme con cualquier mujer?

—Espera, ¿Estás diciendo que puedo serte infiel cuando yo quiera y tú no harás nada al respecto? ¿Nada de gritos, dramas o divorcios para ganar dinero?— pregunté sin poder creer, una vez más, lo que ella me decía.

—Briggs, cariño, mira a tu alrededor. Esta oficina es mía y yo misma puse cada centavo para que lo construyeran a mi gusto y antojo. Necesito tu imagen. Si nosotros nos casaramos, no solo me beneficiaría con fama para mi revista, sino que ganarías fama para tu banda y una buena cantidad de tiempo en los medios cuando sepan que quieres formar una familia. Vas a ser invitado en cada fiesta, vas a ser nombrado en todas partes y vas a ser deseado por cientas más de mujeres cuando aquí, una servidora, comente de tus buenas habilidades en la cama.— se señaló a sí misma con un guiño y le sonreí inmensamente.