Capítulo 28

6.4K 304 5
                                    

Eric

Me miré en el espejo retrovisor una vez más y luego salí del auto. Había prometido comportarme y, aunque me costó, resistí toda la noche en casa de mamá. Había tomado una ducha, dormido lo suficiente, vestí una camisa y peiné mi cabello. Todo para, al menos, lucir más responsable. Estaba aquí por Aspen, y necesitaba ser un hombre, responsable y firme. Sé que no podía transformarme de la noche a la mañana, pero comenzaría intentándolo, y comenzaría ahora mismo.

Recogí el recipiente con brownies que mamá había preparado, el ramo de gardenias que había comprado para Aspen y me dirigí hacia la entrada, casi ignorando la patrulla de policía estacionada junto a la puerta. Esperaba que no hubiese mucha gente amontonándose solo porque hubo algun tiroteo de un robo de banco o algo así. Esquivé a la gente, la normal que habitaba un hospital, y subí por el ascensor hasta el piso en que Aspen estaba. Justin me había enviado un mensaje el día anterior, y le había dado el teléfono a Leti para evitar leerlo y salir disparado en cualquier momento de la noche.

El inconveniente fue que Leti salió y se olvidó de devolver mi teléfono, así que esta mañana había llamado y me había dicho el contenido del mensaje, ya que había exigido en recepción que no dieran información de Aspen. Pero ahora, cuando finalmente llegué al piso correcto, la preocupación hizo que mi estómago se revolviera por completo, y todo se intensificó cuando llegué a la habitación y vi a la policía en la puerta. Mi sonrisa se borró por completo.

—Disculpe señor, no puede estar aquí.— una oficial intentó alejarme y eso llamó la atención de una enfermera dentro, la enfermera que el día anterior me había permitido entrar a ver a Aspen.

Su rostro se tiñó de preocupación, temor y tristeza mientras salía y me sostenía del hombro, alejándome de la oficial.— Señor Briggs, oh, señor Briggs. Algo terrible ocurrió.

Eso era obvio, joder. Mi bilis subió a mi garganta pero respiré profundo para alejarlo. Aún ni siquiera entendía porque seguía de pie, cómo no me había desmayado.— ¿Qué demonios pasó?

Un hombre con traje se acercó a nosotros y miró de la enfermera a mí. Un oficial, de seguro. Movió su cabeza en señal de saludo y sus ojos quedaron en la enfermera, en busca de una confirmación, puesto que cuando ella asintió, me miró a mí.— Señor Briggs, soy el oficial Ryder, lamento decirle que su esposa ha sido secuestrada.

Y ahí, sí pude haberme desmayado. Pero algo dentro de mí, algo cerca de una furia incontrolable, con la estúpida sensación de que ¡Yo sabía que debía estar aquí! estaba haciendo que mi cabeza se pusiera a mil y quisiera golpear a todo el mundo. En su lugar, solo grité,— ¿¡¡Y por qué demonios nadie está buscándola!!? ¿¡Por qué nadie la salvó!? ¡Les dije que debía protegerla! ¡Si tan solo hubiesen dejado que me quedara...!

—Tranquilo, señor Briggs, relájese. Estamos haciendo lo mejor que podemos, pero no tenemos demasiado pistas. Ya hemos identificado al agresor, pero nos preguntamos si usted puede verlo, y decir si lo conoce.— pidió el oficial y, como el hombre responsable que intentaba ser, aplaqué al niño que hacía un berrinche, para ayudar a que la encontraran.

Me llevaron al estación de policía, dentro de una que parecía la sala control y un técnico repitió el video de seguridad del hospital. Un hombre entró en la habitación, pero no se le veía el rostro. No había audio, pero estaba seguro que habló cuando Aspen se retorció. Por su reacción, ella no lo esperaba y en cuanto vi el arma en su mano, respiré profundo para no tirar esa maldita computadora. Aspen debió haber sufrido mucho miedo, cuando yo pude haberme quedado para cuidarla. Ignoré eso por completo cuando el rostro llegó a un sitio en que la luz le dio por completo y mis puños se apretaron tanto que mis manos dolieron.

Sonríe, y dí que me amas (Sonríe y dí que me amas #1) [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora