No es posible adornar y engalanar el cristianismo; ha librado una guerra a muerte contra este humano superior, ha execrado todos los instintos básicos del mismo y extraído de dichos instintos el mal, al maligno: al hombre pletórico como el hombre típicamente reprobable, como el "réprodo". El cristianismo ha encarnado, la defensa de todos los débiles, bajos y malogrados; ha hecho un ideal de repudio de los instintos de conservación de la vida pletórica; ha echado a perder hasta la razón inherente a los más altos valores de la espiritualidad como el pecado, extravío y tentación. El ejemplo más deplorable es la ruina de pascal; quien creía que su razón estaba corrompida por el pecado original, cuando en realidad estaba corrompida por el cristianismo.
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El Anticristo
ClassicsEl anticristo constituye la más dura e implacable crítica jamás lanzada, no ya contra la "buena nueva" de Jesús, sino contra la manipulación que de la figura y el mensaje de éste hizo, según Nietzsche, la Iglesia católica y, en concreto San Pablo. E...