Apreciemos cabalmente el hecho de que nosotros mismos, los espíritus libres, somos ya una "transmutación de todos los valores", una viviente y triunfante declaración de guerra a todos los antiguos conceptos de "verdadero" y "falso". Las conquistas más valiosas del espíritu son las últimas en lograrse; mas las conquistas más valiosas son los métodos. Durante milenios todos los métodos, todas las premisas de nuestro actual cientificismo han chocado con el más profundo desprecio; con ellos se estaba excluido del trato con los "hombres de bien", se era considerado como un "enemigo de Dios", un detractor de la verdad, un "poseído". Como espíritu científico se era un tshandala... Hemos tenido que hacer frente a todo el pathos de la humanidad, a su noción de lo que debe ser la verdad, de lo que debe ser el culto de la verdad; hasta ahora, todo "tu debes" estaba dirigido contra nosotros... Nuestros objetos, nuestras practicas, nuestro modo de proceder tranquilo, cauteloso y desconfiado; todo esto le parecía desde todo punto indigno y despreciable. Pudiera preguntarse, en definitiva, y no sin fundamento, si no ha sido en el fondo un gusto estético lo que durante tanto tiempo ofuscaba a la humanidad; ésta exigía a la verdad un efecto pintoresco, y asimismo al cognoscente que ejerciera un fuerte estímulo sobre los sentidos. Nuestra modestia ha sido lo que desde siempre era contrario a su gusto... ¡Oh, qué bien adivinaron esto esos pavos de Dios"!
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El Anticristo
ClásicosEl anticristo constituye la más dura e implacable crítica jamás lanzada, no ya contra la "buena nueva" de Jesús, sino contra la manipulación que de la figura y el mensaje de éste hizo, según Nietzsche, la Iglesia católica y, en concreto San Pablo. E...