Capítulo 19

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El hecho de que las vigorosas razas del Norte de Europa no hayan repudiado al dios cristiano ciertamente no habla en favor de su don religioso, para no decir nada de su gusto. Debieron haber dado cuenta de tan morboso y decrepito engendro de la decadence. Por no haberlo hecho, pesa sobre ellas un triste sino han absorbido en todos sus instintos la enfermedad, la decrepitud, la contradicción. ¡Desde entonces ya no han creado dioses! ¡En casi dos milenios ni un solo nuevo dios! ¡Impera todavía, y como a título legítimo, como ultimum y maximum del poder creador de dioses, del creator spiritus en el hombre, este lamentable dios del monótono-teísmo cristiano! ¡Este ser híbrido hecho de cero, concepto y contradicción en el que está sancionados todos los instintos de decadence, todas las cobardias y cansancios del alma!

El AnticristoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora