Al contrario de lo que puedan llegar a pensar, no tomé al holocausto judío como inspiración para escribir acerca del odio y el asesinato a los magos, sino en el genocidio de Ruanda de 1994, en el que murieron alrededor de un millón de Tusis. Después de leer el increíble libro de Immaculeé Ilibaguiza (que tuve el honor de conocer en persona el año pasado), me quedé pensando que si algo así había sido capaz de ocurrir en Ruanda, podía pasar en cualquier parte del mundo. No hacía más que reafirmar la frase de Suzzanne Collins: "Los humanos somos seres estúpidos con un don para la autodestrucción" (o algo así). Les recomiendo que, si tienen oportudidad de leer el libro de esta extraordinaria mujer--porque, después de conocerla, no puedo decir otra cosa de ella--lo hagan, porque no se van a arrepentir.
ESTÁS LEYENDO
Los Reinos de Aden II: Promesa #WSAwards
FantasyDesde que había llegado a Aden, la vida de Arleen había cambiado radicalmente. Magia, engaños, secretos, amor y corrupción muchas veces no son una buena combinación en una persona de dieciséis años. Para salir de todas las complicaciones en la que...