Capítulo XVIII

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~25 de diciembre.


     Casa de los Lander, 11:30 p.m., Houston, Texas.


El tiempo pasa muy rápido cuando siempre haces lo mismo; instituto, fiesta, follar, ir a algún bar, fiesta, alcohol. Lo mismo cada semana. Desde cuando se volvió tan aburrida mi vida.

Por el momento estamos en vacaciones de invierno y agradezco porque en el instituto solo me estaban fastidiando con preguntas como; ¿a qué universidad iras?, ¿seguirás estudiando?, ¿qué quieres ser de grande?, ¿en qué vas a trabajar?, y preguntas de ese tipo, todos los días de clases.

Se supone que porque ya estoy en último año ya tendría que tener una idea de lo que quiero. Pero yo no tengo necesidad de trabajar, no es que mi familia sea millonaria pero pobres no somos. Y en cuanto a estudiar, no me veo soportando más años a profesores amargados o pasando más horas de clases.

Simplemente no me veo haciendo nada de eso. Así que aquí estoy, tirado en mí cama, aburrido de la vida y sin muchas cosas por hacer ya que los chicos se largaron con sus familias a festejar estas fechas, me dejaron tirado un día antes de mi cumpleaños, y lo que es peor que eso, es que cae en 25 de diciembre, cuando casi todo en la ciudad está cerrado o lleno de demasiadas personas.

Cuando era pequeño me encantaba esperar por mi cumpleaños, porque siempre hacíamos fiesta doble, por navidad y mi cumpleaños. Mi padre siempre procuraba estar en casa para esas fechas y mi madre siempre preparaba un festín para alimentar a unas 20 personas. Me la pasaba jugando con Aiden y con casi todos los de la cuadra. Conforme iban pasando los años mi padre a veces llegaba dos días después de navidad y festejábamos hasta entonces, a mi no me importaba esperar dos días para hacer mi fiesta, mientras estuviéramos todos juntos.

Pero desde el accidente las cosas no volvieron a ser las mismas, mi madre lo intento los primeros tres años cuando Christian aún no podía hacer muchas cosas porque siempre se encontraba enfermo, pero después se dio por vencida y nos dejo de lado para dedicarse de lleno al negocio familiar. Y paso a convertirse en una desconocida que solo vemos unas veces al mes, se convirtió en Victoria directora de las galerías de arte de toda la costa este y dejó de ser mi madre y la de Christian.

...


Después de estar pensado todo esté tiempo mi estomago exige que lo alimente. Me paro de mi cómoda cama y me dirijo a la cocina a ver si hay algo decente para comer.

Al llegar ahí busco en el refrigerador, en los cajones y en todos lados pero no encuentro nada más que unos cereales de chocolate, pero no hay leche. Tomo la caja y la abro para comerme el contenido, aunque sea solo.

   ̶  Justo a tiempo Lander, te estaba buscando ̶   me atraganto un poco con los cereales y los dejó de lado para verla parada en el umbral de la puerta, ¿cómo es que siempre llega sin que me dé cuenta?

   ̶  ¿Qué quieres? ̶  tomo una botella con agua, para terminar de pasarme lo que aún queda en mi boca.

   ̶  Quería recompensarte, por esa vez que me hiciste un favor.

Cuanto ha pasado desde esa vez, ¿3 semanas?, ¿un mes?, ni siquiera lo recuerdo, esta chica tiende a desaparecer por largos periodos de tiempo y siempre reaparece de la nada.

    ̶  ¿Cómo lo harás?

    ̶  Te dejare que practiques el acto del coito conmigo, de la forma en que mejor te parezca.

No quise esperar a que se arrepienta o a que me digiera que es una broma. La cogí entre mis brazo y la cargué para ponerla sobre la isla. Me costó un poco de trabajo porqué pesa más de lo que esperaba, y si a esto le sumamos que me había tomado por sorpresa, pues más aun.

Inicie besando su cuello para dejar marcas por donde iba pasando, junto con rastros de saliva. Estaba a punto de detenerme porque no traía condones en cima, pero ella me dio uno y yo seguí con lo mío.

Y se lo hice, me la tiré. Me la tiré como lo hago con todas, de una manera arrebatada, rápida y sin el más mínimo pudor. Pero ella ni reacciono, si a caso uno o dos gemidos se escucharon por parte de ella, pero nada más.

Me termine de arreglar bien el pantalón del pijama, mientras veía como ella se bajaba de la isla y se acomodaba su ropa que básicamente solo consistía de su jersey de los vaqueros de Texas y unas bragas blancas. Se acerca a la estufa para prenderla y colocar una olla con agua, para prepararse un té.

    ̶  Dime Lander, ¿te pareció satisfactorio?

    ̶  Para nada ̶  se sirve el agua hirviendo en una taza, y se lo lleva a su boca mientras le sopla.

    ̶  Me parece perfecto ̶  dice mientras una amplia sonrisa se asomas en sus labios.

¿Cómo es que le puede parecer perfecto eso?, quizás se golpeo en la cabeza, o quizás le gusta de esa forma. Yo que sé.

    ̶  Hoy es tu cumpleaños, ¿cierto? ̶   Voltie a ver el reloj del microondas y veo que pasan de las 12:00 a.m., ya era mi cumpleaños.

    ̶  ¿Qué hay con eso?

    ̶  Qué te proporcionare el mejor regalo alguien te puede dar; el conocimiento.

Con ella nunca se puede saber, qué es lo que está pasando o en que es lo que está pensando. Dejó su taza en el lavabo y se volvió al refrigerador a tomar algo. Después de seguir sus movimientos, aparte la vista de ella hasta que sentí su mano en mí brazo izquierdo para después bajar lentamente hasta mi mano y tirar de ella para guiarme a donde se dirigía.

...


Estábamos en habitación, y tras cerrar la puerta con el pestillo, me recosté en la cama y ella se coloco encima de mío. Comenzó a besar mí cuello y se sentía distinto debido a que podía sentir el calor del té que se había tomado, después paso un hielo por donde me está besando y la sensación era completamente nueva, era un choque entre el calor de su boca y el frío que producía el hielo al chocar con mi piel. Sentí como la piel se me erizaba.

Me estaba emocionando, mis manos recorrían su cuerpo, de abajo hacia arriba y ella también hacia lo mismo, continuamos un rato así repasando cada centímetro de nuestros cuerpo, hasta que la ropa comenzó a estorbarnos.

    ̶  Lander, tomate tu tiempo en ver todo lo que quieras ̶   esa voz que usaba cada vez que estábamos en situaciones de este tipo, se hizo presente.

Hice lo que ella me dijo y observe su cuerpo detenidamente. Sus piernas eran inmensas y torneadas, su vientre no estaba plano y tenía unos kilos de más, su pecho era de una copa grande, sus brazos eran un poco más largos de lo normal y algo rellenos, también puede ver un tatuaje en el antebrazo izquierdo, y el tono de su piel era algo bronceada.

Casi nunca me tomo el tiempo en ver bien a quien me voy a tirar, solo lo necesario para saber si esta buena o no, nada más.

Lo estuvimos haciendo por un buen rato, con posiciones distintas cada vez, con movimiento muy sensuales por su parte, lo más destacado fue en la forma en que nos estábamos besando, tampoco casi nunca duro tanto besando a alguien pero ella menciono que la forma en cómo besas es la base para saber si en verdad eres un buen amante. Y yo siempre quiero demostrar que lo soy capaz.

Quizás esperabas que te mencionara todo lo que hicimos y como lo hicimos, pero no quería eso, quería que supieras que en la forma en que lo hicimos y el tiempo que nos llevo, fue algo totalmente nuevo para mí. Termine totalmente cansado y satisfecho, como nunca en mi vida.

Cuando terminamos me recargue en su pecho y podía escuchar su corazón que estaba totalmente acelerado. Lo último que sentí antes de caer rendido fue su mano sobándome la cabeza.

...




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