~Segundo intento
Instituto Harrison, 8:30 a.m., Houston, Texas.
Después de haber despejado mi mente con la fiesta del fin de semana, ya tengo un poco más claro como me acercare a la "presa".
Sabes casualmente aquel día que se fue a mitad de clase de Química, el anciano dejó como deberes hacer una réplica de la tabla periódica con no sé qué mierda más y como los trabajos los dividió por mesas me toco con la "presa". Creo que el Dios del whisky esta de mi lado.
Así que la excusa con la que me le acercare será que tenemos deberes por hacer.
Ahora mismo me encuentro recorriendo los pasillos para dirigirme hacia su casillero, y cuando ya me encuentro llegando logro ver a una escena un poco usual en este instituto, si adivinaste, me refiero al hecho de que Brithany y su sequito de seguidoras están molestando a la "presa", tal vez si fuera otra la ocasión habría sido muy probable que me les hubiera unido, pero como estoy tratando de ganar la apuesta tengo que quedar bien con la "presa".
̶ Es vestido te hace ver más zorra de lo que ya eres Brithany ̶ me hago notar con ese comentario tan sutil y escucho como todos los que están alrededor se vuelven locos.
Brithany Hall, capitana del equipo de animadoras, cabello rubio y liso hasta por debajo de los hombros, con un cuerpo esbelto y unas piernas que lucen infinitas por esos tacones de 10cm. que siempre lleva. Trae un vestido con estampado leopardo pegado al cuerpo que le queda apenas dos centímetros debajo de las nalgas. He aquí a lo que hace alusión mi comentario.
Verás, Brithany es una de la que nosotros llamamos las regulares, así llamamos a las chicas con las que hemos tenido sexo más de una vez, quizás porque son más fáciles o porque no se tiran tanto al drama, es que pienso, ¿por qué estarse tirando a las mismas si más de la mitad de las personas en este instituto son mujeres?. Pero Brithany tiene una especie de obsesión conmigo, así que se que al hacer este tipo de comentarios ella no responderá y se alejara por donde vino.
Escucho el traqueteo de los tacones alejarse por aquel suelo de concreto, me acerco a la "presa", aún con la mirada de todos puesta en nosotros.
̶ No era tu obligación interferir con el monologo que estaba llevando a cabo la compañera que estaba presente antes ̶ y aquí vamos con esa manera de hablar – De todas maneras agradezco tu intención, pero te exhorto a que no lo hagas de nuevo ̶ y sin más que decir se aleja por aquel pasillo por donde se fue la rubia.
Todavía de que la ayudo, esta se ofende, que chica tan más rara, esto me tomara un poco más de lo que había pensado.
Saco el móvil y le envió un mensaje a Aiden.
"Necesito que me hagas un favor, ¿puedes mandarme la dirección de la "presa"?"
Aiden es experto en conseguir direcciones, él es quien consigue las direcciones para las fiestas que monta Chase. Unos minutos después mi móvil vibra avisándome que he recibido la contestación.
¡Este tipo trabaja rápido!, me ha llegado la dirección con una nota al final, que dice, "suerte con la casería" - ruedo los ojos ante el intento de apoyo de mi querido amigo. Como si lo necesitara.
Para antes de terminar la jornada escolar, ya se había extendido como la pólvora el rumor de que, este semestre la "obra de caridad" realizada por la triada de desmadre sería ni más ni menos que la más empollona de la escuela, Katherine Robinson.
...
Casa de los Robinson, 4:50 p.m., Centro de Houston, Texas.
Al estacionar la Harley en la acera, frente a la casa que según las señas que me dio Aiden es la casa de los Robinson, me encuentro con un casa estilo americana, de dos pisos, con la fachada azul marino, con las paredes y las ventanas en color blanco, y un camino de piedra que divide el jardín el cual te dirige a lo más llamativo de la casa, que es esa puerta de un rojo intenso.
Primera fase del plan en marcha.
Una vez ya en la puerta toco el timbre, espero unos segundos a que alguien se digne a atender. Y al momento de que se oye el sonido de la puerta abriéndose, me encuentro con esas gafas tan horribles que abarcan casi toda su cara, cuando se abre por completo la puerta, logro observar el conjunto que lleva puesto, un suéter gris holgado de esos que usa, que son como 3 tallas más grandes de lo que debería, un pants negro con dos franjas grises a los costado, también como dos tallas más grande y unos nike blancos con el símbolo de la marca en color negro.
̶ ¿Requerías algo de mí a esta hora de la tarde? ̶ pregunta con ese acento que aún no logro descifrar.
̶ Cuando te fuiste en Química el anciano dejo unos debes y nos toco hacerlos juntos, preciosa ̶ le respondo con una sonrisa que trato de que salga lo más inocente posible.
̶ Ya veo, con que ese es el motivo de tu visita, pasa por favor, estaba a punto de degustar mis alimentos, ¿te gustaría hacerme compañía mientras dialogamos de la tarea a realizar? ̶ Sabes, creo que nunca me voy a acostumbrar a esta manera de hablar.
̶ Me parece bien, preciosa.
La sigo por el pasillo con suelo de madera y paredes adornadas por cuadros con fotografías de lo que parece ser su familia, pero no me da tiempo a verlas mejor debido a que ella ya no se encuentra aquí, al buscarla con la mirada, se escucha algo que me descoloca por completo, es una especie de risa estridente, giro a la derecha en un pasillo y me la encuentro con su móvil en mano y escribiendo lo que pudiera ser un texto al momento de que levanta la cara de la pantalla dejo de escuchar aquella risa estridente. Eso fue extraño
Al poner atención a donde estoy, puedo notar que es un comedor, justo al centro del salón hay una mesa mediana de madera con seis sillas a su alrededor y sobre ella dos platos de lo que parece ser lasaña.
̶ Toma asiento por favor ̶ me siento en una de las orillas del comedor – ¿El vino tinto es de tu agrado o prefieres otro tipo de bebida para acompañar tus alimentos? ̶ la escucho preguntarme mientras sostiene una botella de vino entre sus manos, La verdad es que yo soy más de whisky y cerveza, pero recuerda hay que sumar puntos
̶ Con el vino está bien, preciosa.
̶ Y ¿qué tipo de tarea debemos de realizar para la asignatura de química? ̶ me pregunta una vez que se ha sentado en la silla que está enfrente de mí.
̶ Hacer una tabla periódica con todos sus elementos, preciosa.
̶ Con que solamente es eso.
̶ ¡Sí! ̶ pruebo un poco de lo que está servido en mi plato y tengo que admitir que no está nada mal, hace mucho que no pruebo comida hecha en casa, desde que, bueno dejémoslo en hace mucho. Y con el vino le da un toque distinto.
̶ Y dime Lander ̶ desvió mi mirada a Ella, que me está mirando de una forma extraña ̶ ¿Quieres realizar el acto del coito conmigo?
Me atraganto con el vino que estaba bebiendo y pongo los ojos como plato, sintiendo como si estuvieran a punto de salirse, me paso el vino que aun estaba en mí boca y la observo fijamente, luce una cara muy serena, como si lo que me hubiera dicho antes sea lo más normal del mundo como para decirlo durante una comida.
¿En qué me he metido?
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Apariencias
Teen FictionApuesta + chica = confusión. Esta es la historia de Brandon Lander y de cómo paso de ser el mujeriego número uno, a una persona totalmente atenta. Mentira esta es solo la historia de este chico cuya vida es deseada por muchos, claro solo la vida que...