Apariencias

Capítulo XXIV

~Recital

    Casa de los Lander, 7:00 p.m. Houston, Texas.

La ducha que tome duro más que lo que estoy acostumbrado, porque quería relajar todo el estrés de andar todo el día de compras. Eso nunca ha ido conmigo.

Vi de nuevo el traje que estaba colgado en la puerta del closet, aún no puedo creer que usare uno después de tanto tiempo.

Seque mi cuerpo y me coloque el traje con una camisa de seda blanca que hacía contraste con mi traje Armani en color negro, dude en escoger la corbata, y al final opte por una en color guindo. Aunque con cualquiera que me hubiera puesto me hubiera quedado bien y hubiera reflejado mi perfil griego.

...

Salgo de mi habitación y me voy a la sala para esperar que terminen de arreglarse, a los pocos minutos veo a Chris que está batallando con el nudo de la corbata, me acerco a él y me hinco colocando una rodilla en el suelo para hacerle el nudo de la corbata. Parece más grande con su traje, es similar al mío pero él trae una camisa roja también en seda y su corbata es negra.

Saco de mi bolsillo una caja de terciopelo que tenía guardada en mi cuarto, la abro y saco un par de gemelos de oro y los coloco en los puños de las mangas de la camisa de Chris. Me mira confundido.

    ̶  Eran míos, siempre los usaba para este tipo de cosas ̶   me regala una sonrisa y después se ensancha más cuando levanta su mirada de mí.

Sigo su mirada y veo a Katherine, con un vestido guindo bastante elegante, que le queda hasta los tobillos y traía unos tacones en un tono más obscuro que el vestido, se giro para que la viéramos mejor y tenía un escote en la espalda que le llega hasta poco más arriba de la espalda baja.

    ̶  Te ves preciosa Katherine ̶   dice Chris cuando se acerca a ella.

Yo sólo me le quede viendo, era cierto, en verdad se veía muy bien con ese vestido y le hacía justicia a su cuerpo. De hecho le quedaba increíble y con esos tacones sus piernas lucían más largas. Haciendo alusión a la forma en cómo la llamaba antes de decirle por su nombre; preciosa.

...

    Wortham Center, 9:00 p.m., Houston, Texas.

Nos tomo un poco más de una hora llegar al lugar del evento, demasiado tráfico y está retirado de la casa. Era un sitio muy grande, como debería de ser el teatro de la ciudad.

Veníamos a ver un recital de música clásica, la razón principal de que viniéramos es porque Karla era una de las invitadas especiales.

Salimos del Mercedes y le di las llaves al aparca coches, alcance a Katherine que llevaba del brazo a Chris. Al entrar al lugar las personas se nos quedaban viendo, era más que obvio que nos estaban viendo a nosotros, éramos los únicos que teníamos menos de 20 años, todos los demás parecían viejos y amargados, con esos aires de grandeza que cargan, viéndote como si fueras inferior a ellos

    ̶  Vamos Brandon ̶  dice ella mientras estira su mano hacía mí, la tome y ahora Chris y yo vamos de sus brazos.

...

La orquesta se esmeraba en tocar de una manera pulcra y armoniosa. El sonido resonaba por todo el lugar y dejaba una sensación acogedora. La música clásica siempre ha sido importante para mí, porque me trae muchos recuerdos de cómo era mí familia antes y de cómo pasaba el tiempo junto a ellos.

La que cerraría el evento era Karla, salió al escenario con un vestido largo en color celeste, se veía muy buena y tenía una cara muy seria. Comenzó a tocar en compañía de la orquesta, el sonido que provenía de su violín se escuchaba muy triste y lleno de melancolía. Cuando la mayor parte de tu vida escuchas este tipo de música, puedes llagar a entender la interpretación del que está tocando.

Tristeza y melancolía era lo único que transmitía la interpretación de Karla de uno de los clásicos de Chopin.

Recuerdo una vez que mi padre estaba tocando el piano, yo tenía unos once años, el acababa de llegaba de enterarse de que uno de sus familiares más cercano había muerto, y su manera de tocar el piano no era la misma, esa vez tocaba las teclas muy apenas como si no muy apenas quisiera tocarlas y el sonido era muy triste.

Al terminar la interpretación de Karla, el público se puso de pie para aplaudirle y alabar el recital. Los de la orquesta se pusieron de pie y agradecieron a la audiencia.

...

El camerino de Karla estaba lleno de arreglos de flores por todas partes, llevábamos un rato platicando y le preguntamos que si quería ir con nosotros a algún lado, pero no acepto porque regresaría a México a la mañana siguiente.

Bostece, no porque estuviera aburrido con la plática si no porque llevábamos todo el día en la calle de un lado para otro. Katherine giro a verme cuando volví a bostezar.

    ̶  Nos vemos después Karla, tu interpretación fue muy estimúlate como de costumbre ̶  se acerca a ella y le da un beso en la mejilla.

    ̶  Cuídense chicos ̶  dice Karla.

...

    Adentro del Mercedes, en un punto de Houston.

    ̶  Brandon, si te encuentras cansado podemos quedarnos en algún hotel ̶  dice mientras se quita los tacones y los deja a un lado de ella.

Nos acabamos de subir al Mercedes para ya ir de regreso a casa, apenas nos acomodamos y Chris ya estaba dormido en el asiento de atrás.

    ̶  No te apures, a esta hora ya no hay tráfico, llegaremos pronto ̶  dijo mientras conduzco por las calles casi desoladas de Houston.

El camino nos resultaría más rápido por los pocos carros que había, pues era más que obvio que casi no hubiera nadie, eran ya pasadas las doce de la noche. Mi vista siempre estaba al frente, aunque de vez en cuando veía a Chris por el espejo retrovisor o a Katherine la veía por el rabillo del ojo, ella también se había quedado dormida hace unos minutos.

De pronto una luz intensa se acerco a nosotros a una alta velocidad, y lo que paso después fue muy rápido.

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