15.

1.5K 78 15
                                    


Ryann.

—Vete al carajo, maldito aprovechador—le dije. Él me miró con desprecio, mientras se pasaba las manos violentamente por su cabello.

—¡Que no soy un puto aprovechador! ¡Eras consciente de lo que hacías, mierda!—exclamó.

Me miré las uñas, simulando desinterés. Me incomodaba bastante lo que había pasado anoche, por lo que estaba fingiendo que estaba borracha como una cuba en el momento que todo... pasó. Y al parecer, lo que estaba haciendo logró sacarlo de sus casillas, y más cuando le dije que iba a difundir en todo el Instituto que era un aprovechador de mierda.

—¿Y cómo lo sabes, eh? Dime, porque yo no tengo idea cómo puedes meterte en el cuerpo de alguien y "adivinar"—Hice comillas con mis dedos— qué mierda pasa por su cabeza.

Él suspiró, volviendo a pasar sus manos por su cabello. Iba a volverse loco, y lo sabía. Pero amaba el hecho de hacerlo enfadar, así siempre sería un punto más para mí.

Para mi sorpresa, no contestó. Y por eso mismo yo seguí irritándolo:

—Ya me imagino todo: llegas al Instituto y todo los amigables alumnos comienzan a mirarte raro. Después descubres que la gente habla a tus escondidas, por lo que te sientes escoria, una puta y miserable escoria—Noté que iba a empezar a gritar, pero lo callé—: Espera, no he terminado.

>> Pero te intentas hacer el fuerte, porque ya has sido humillado años antes. Fuiste tratado como la mierda cuando eras niño, ¿no?—Le sonreí con suficiencia—. Maltrato familiar...—Saboreé las palabras en mis labios, notando como sus puños se ponían duros—. Una vida muy jodida, ¿cierto? Y la verdad que siento lástima por ti, eh, porque debe de ser doloroso que nadie quiera a un niñato lastimado como tú.

Me crucé de brazos, y con eso, me dirigí hacia la puerta de la habitación.

—Sinceramente, no quiero siquiera escuchar tus mierdas—confesé—. Tengo muchas cosas importantes para hacer, así que me largo de aquí—Le guiñé un ojo, intentando con toda mi alma no abrazar a ése chico frente a mí, que tenía la guardia por los suelos—. Adiós, niñito.

🌙

Logan.

Mierda—pronuncié en voz baja, corriendo con mis manos sudorosas las putas lágrimas que salían de mis ojos.

La muy hija de perra me había golpeado bajo, sin piedad de clavarme dagas por todo el jodido cuerpo. Y cuando se fue, comencé a llorar como un marica.

¿Cómo supo que se trataba del maltrato familiar?

Pero llorar no era lo que me sorprendía, sino que lo que me dejaba atónito era que ella me había herido. No sabía cómo, pero que lo que dijo salga de sus labios dolía más que de cualquier otra persona que conozca. Y era una mierda que me gustara una jodida insensible. Claramente, yo también lo era, ¿pero qué mierda ganaba Rosie haciendo daño sin puto sentido?

¿Por qué hieres a alguien que quieres?

Me pensé un segundo una respuesta a esa pregunta, apretando mis manos alrededor de las sábanas. Era difícil: querer era como amar, odiar y desear a la vez. Destruyes pero amas; amas y deseas. Pero siempre hay un puto límite, ¿por qué complicar más las cosas? Sólo quería que las deje estar, y ser feliz por una puta vez en mi vida.

Pero ella no quería, porque para Rosie Campbell el amor era un juego, y no dudaba en que siempre quería ganarlo sin piedad. Sabía perfectamente que me estaba mintiendo en la cara, simulando no haber estado consciente de lo que hicimos probablemente por dos cosas: se arrepentía—que era la más lógica— o porque todo era un maldito juego. Yo también creía ésta última al principio de todo; jamás habría sentido algo por alguien tan intensamente, y no esperaba que ella fuera la excepción. Sólo quería fastidiarla, pero todo acabó siendo tan jodidamente distinto...

Me levanté de la cama, sintiendo la cabeza arder más que el puto infierno. Necesitaba pensar algo bueno, así evitaría lo que sea que ella quería hacer contra mí. No me gustaba ya tanto la idea de volver a pelear en su contra, porque una vez que te enamoras simplemente quieres dejar de pelear. Inevitablemente te dejas caer, y te sientes..., mierda, libre. Pero sabía que a veces la libertad era peligrosa, y ya no iba a dejarme caer.

Me tragué una pastilla con agua, dejando que parte de mi peso caiga sobre la mesada. A través de la ventana, podía ver casas lindas, con juguetes y detalles que le hacían ver como una amigable familia. Un auto se estacionaba en la casa frente a mí, y una pareja con tres hijos bajaban del auto. Un bebé, una niña y un niño que parecían ser gemelos.

Ellos quizá no lo saben, pero tienen mucha suerte. No tuvieron un padre drogadicto, ni una casa descolorida y repleta de agujeros. Su madre no estaba muerta, ni tampoco presenciaron alguna vez a ésta siendo golpeada por su padre. Nunca sintieron el sentimiento de estar solos en el mundo, ni mucho menos llegaron a un punto límite. A veces me preguntaba por qué mierda me había tocado vivir eso. Porque mientras mi madre era golpeada, en otra parte de la ciudad se encontraba una feliz familia viendo películas o cenando en paz, como gente normal y completa.

Eran felices y yo sufría.

Sentí la necesidad repentina de acabar con todo este infierno de una vez, pero antes de cometer una puta locura, caminé rápidamente hacia el baño. Abrí bruscamente el grifo del agua fría, apurando a que se llene la bañera. Me desnudé rápidamente, tirando a la mierda todo lo que llevaba puesto. Cuando se llenó, me coloqué rápidamente sobre el agua fría, sintiendo como me congelaba. Cerré los ojos, sintiéndome como un estúpido marica. Me estaba hundiendo, otra vez, y lloraba.

Quería detenerme, secar mis ojos o cualquier otra cosa, pero no podía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Quería detenerme, secar mis ojos o cualquier otra cosa, pero no podía. Estaba hecho un ovillo, sollozando sin parar. Era patético el hecho de que haya vuelto a los viejos tiempos. Soy patético, un marica patético. Había vuelto a permitir que alguien se convierta en mi sangre, tocarme hasta los huesos. Dejé que ella me enamorara, como un iluso, pensando que las cosas irían bien. Pero mi vida nunca fue así, ni jamás lo sería. Cuando estaba con estos ánimos, recordaba que siempre tenía algo que aceptar:

La vida no es para todos.

🌙

n/a: Puse otra vez el mínimo para seguir, porque ahora ya NO voy a aceptar dos o más comentarios de la misma persona. Si escribes 4 veces lo contaré sólo como un comentario. Y es así, porque ya todo tiene un límite.

Capítulo dedicado a la persona que comentó muchas veces, la quiero♥

Y bueno... no tengo nada más para decir, estoy muy cabreada con esto del escaso apoyo.

Espero que les haya gustado el capítulo.

- A.

Bad Girl (B.G. #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora