33.

655 32 2
                                    

Ryann.

18:35 P.M.

Ro: ¿Podrías contestar, por favor? Desde la madrugada que no sé de ti. ¿Sigues enojado?

Lo: Sí.

Me sentí aliviada al tener una respuesta instantánea de él que siquiera me preocupé tanto por lo que contenía el mensaje. Había estado buscándolo desde hace horas, esperando pacientemente a que me contestara hasta llegar a mi punto máximo.

Ro: ¡Logan, maldición, ¿qué te había sucedido?!

Lo: Dormí todo el día.

Su respuesta fue seca. No sabía por qué estaba enojado, a lo único que había hecho de malo ya le pedí disculpas. ¿Qué demonios había pasado ahora?

Ro: Vamos, dime.

Comenzaron a pasar los minutos, y él no contestaba. Sin embargo, en la pantalla seguía figurando "en línea". Repiqueteé mis dedos
los costados de la pantalla, sintiendo nervios ante su inexistente respuesta.

Ro: ¿Logan, sigues ahí?😥

El mensaje apareció leído al instante que se envió, y supe que estaba allí, esperando a algo que no sabía. Siempre me había costado meterme en su cabeza, pero ahora era imposible. ¿Qué se suponía que debía hacer?

Lo: ¿Puedo ir a tu apartamento?

No sabía si alegrarme porque había respondido.

Ro: ¿No puedo ir a tu casa mejor?

Lo: No.

Ro: Vete al diablo.

Ro: No sé qué te pasa, pero no te la agarres conmigo si ni siquiera me das razones, Logan. Me vuelves loca.

Lo: ...

Ro: Esta vez tus puntos suspensivos no harán que me arrepienta. Sé sincero o dejamos de hablar.

Lo: Ok.

Decidí responder algo ante eso pero, antes de siquiera escribir una palabra, se desconectó. Mis labios se abrieron en forma de "O". ¿Esto era una puta broma? ¿Era un definitivo "entonces dejamos de hablar"? No sabía qué carajo le pasaba, pero me estaba enfadando ya. ¿Qué problema tenía conmigo? Lo único que deseaba era estar bien entre nosotros y así me trataba. Bloqueé mi celular, dándole un trago al vaso de cerveza a mi lado.

–Maldito idiota estúpido–susurré entre dientes, sintiendo los ojos lagrimosos.

Seguí bebiendo del vaso, dejando por fin caer las lágrimas. ¿Por qué hasta con el más mínimo plan todo acababa saliendo mal? ¿Era una señal? Una señal de que era patética. Y, por primera vez, estaba de acuerdo en eso. No podía dejar de culparme por todo ésto, sentía que estaba causando desastres, lastimando a Logan, usándolo. ¿Qué carajo pasaba conmigo? ¿Por qué era tan jodidamente débil? ¿Por qué él era tan susceptible? ¿Por qué ambos no podíamos ser felices y sin tantos problemas? Pensaba que, teniéndolo a él, todas las desgracias de mi vida iban a desaparecer, pero éstas se aferraban a mí como goma de mascar. Y, en este caso, no podía despegarla de mí. Era un camino de mala suerte, un infierno. Mi sufrimiento era tan prolongado que ya no podía saber nada; en dos noches, todo se había ido al diablo. Yo me estaba dejando caer, él se estaba deprimiendo, ambos nos estábamos separando. Nos necesitábamos mutuamente para salvarnos, y ahora que no lo estábamos, todo estaba causando efecto. Yo sin él, no podría seguir adelante y ser feliz. Él sin mí, no podría liberarse y vivir sin un gran peso. Y yo sabía la razón de esto: el mundo estaba jugando en nuestra contra. Quería acabar con ambos, y aunque pareciera una loca por pensar eso, era la realidad. Nos quería lejos porque, juntos, comeríamos al jodido mundo de un bocado. Arrasaríamos con todo.

Pero antes de arrasar, de ser libres, reírnos y amarnos, el mundo nos habría comido a nosotros.

En un momento, entre tanto jaleo mental, me pareció oír mi móvil vibrar, o quizá el timbre de la casa. Mi hermana estaba duchándose por lo que, confundida, fui desbloqueando mi móvil mientras me dirigía hacia la puerta.

Caminé por la casa, con el vaso vacío en mi otra mano. Dejé este sobre la mesa, tambaleándome un poco a causa del alcohol. Estaba más que segura que mi rostro y cabello eran un desastre, pero no me importaba. Cualquiera que era digno de tocar mi puerta, iba a presenciar en primera fila mi desborde emocional. Menudo suertudo el que la presencie, sea quien sea.

Cuando al fin llegué a la entrada, abrí la puerta sin siquiera preguntar quién era–o mejor dicho, asegurándome si siquiera era alguien–. Y, antes de poder correr mis lágrimas, o de por lo menos asegurarme de quién era, unos labios chocaron contra los míos.

Lo único que pude recordar en ese momento fueron sus ojos azul grisáceo observarme con lo último que esperaba encontrar: arrepentimiento.

n/a: Sólo tengo algo para decir:

NDDJDDKDIDKDKDNDNDKSK💕

Y decía en serio cuando eso es todo😂

- A.

Bad Girl (B.G. #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora