20.

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Ryann.

—Lo siento.—susurró mi hermana, echándole una rápida mirada a Logan. Él se encontraba frente a mí, con su cabeza prácticamente adherida a su móvil. Supuse que hablaba con su noviecita.

—Púdrete. Y de paso vete con tu novio y déjame en paz—contesté, alejando mi asiento del de ella. Su mirada desaprobatoria me expresó que me había excedido. Pero ni tenía el derecho de quejarse; había invitado al idiota frente a mí.

Mi hermana decidió vencerse conmigo, comenzando a hablar con su novio. Deseaba con todo mi ser largarme de allí. Esfumarme del mundo, ya que al parecer todos estaban en mi contra. No tenía con quien desahogarme, porque no tenía amigos. Ni tampoco un hombro en el cual llorar, porque mi hermana había decidido ignorarme por una estupidez. Y la odiaba, tanto que deseaba destruir con mis propias manos los genes que nos unían. Era tan frustrante, doloroso. Tan típico en mi muy pasado yo. Debería de estar acostumbrada a sufrir, ¿o no? En el pasado había vivido tantos momentos que deberían haberme acostumbrado a sentirme rota. Pero, al parecer, Logan me había impactado de otra manera. Y cada vez que lo miraba a él (mayormente con su novia), sentía un fuerte nudo pronunciarse en mi garganta. Pero era imposible dejar de hacerlo, y mis ojos se clavaban en su persona mientras pensaba esto.

Sus labios estaban entreabiertos, demasiado rojos por una razón que no deseaba imaginarme. Pensé en todas las chicas que él besó apasionadamente antes y después de mí, como la inolvidable Cindy. Esa chica la odiaba con todo mi ser. Aunque, para su suerte, había pasado a segundo lugar de mi lista negra. La primera, feliz y zorra, era la novia del hijo de puta frente a mí. Ella, definitivamente, encabezaba todas mis listas de odio existentes y por existir.

—¿Se te perdió algo?—preguntó una voz ronca, logrando que reaccionara. Mi corazón dejó de latir, dejando a mi piel sin color alguno. Sus ojos azul grisáceo estaban fijos en mí, despertando mi cuerpo como si un bote de agua fría cayera encima mío.

—No, lo siento—farfullé, dándome millones de bofetadas mentales.

¿Eso fue lo mejor que se me ocurrió?

—Mejor así—añadió, bajando su mirada instantáneamente.

¿Eso fue todo? Imaginé meses y meses que nuestra primer intercambio de palabras después de todo iba a ser una disculpa entre ambos y a continuación de eso un buen choque de labios, como en las películas. No esto. No podía ser tan orgulloso. Tan hijo de puta. Primero me dejaba por una zorra cualquiera y después apenas podía cruzar palabra conmigo. ¿En serio, Logan?

—¿Disculpa?—Mis ojos volvieron a fijarse en él, notando que había dicho todo en voz alta.

Mierda, mierda y mierda.

Miré hacia los lados, intentando excusarme hablándole a Chase. Pero, al mirar a mi lado, los tortolitos habían desaparecido. Mucha más mierda. Dirigí rápidamente mi mirada hacia el interior del local, viendo a ambos pidiendo no sé qué cosa en el mostrador. Serán hijos de puta. Ahora no hay manera de desaparecer; siquiera enterrando mi cuerpo tres metros bajo tierra iba a poder salirme de esta.

—¿Y bien?—preguntó Logan, logrando que mi atención callera en él nuevamente—. ¿Llamas a mi novia "zorra" y luego no puedes defenderte?

—¿Novia o mala sustitución de mí?—solté, quedando sorprendida por mis propias palabras. Se puso de pie de repente, expresándome todo tipo de odio que pudiera existir. Aunque, en cambio, su respuesta me dejó desconcertada:

—Tienes razón—Una sonrisa ladeada se formó en su rostro. Él solía parecer una muy buena persona antes, pero su sonrisa lo hacía parecer un monstruo. Y sentía que su siguiente presa iba a ser yo—, pero ella nunca me haría el daño que tú me hiciste a mí.

Bad Girl (B.G. #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora