30.

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Ryann.

Nunca quise culpar a nadie, ni deducir que otros han hecho cosas de las que no tenía confirmado si realmente las han llevado a cabo. Pero, pasado el tiempo, era inevitable. Mis ojos escudriñaban mentalmente a cada persona en su vida que lo había dejado de lado, maltratado o hecho pasar por un mal momento. No podía evitar ponerme en su lugar y sentir que el mundo estaba en contra mío. Aunque, sin embargo, yo también lo había sufrido. Me escondía pensando que era la única que había vivido cosas tan terribles, que nadie me superaría en ese caso, pero él lo hizo. No consideraba esto una lucha entre quién tuvo la vida más penosa, porque eso era más que cruel. Y no iba a permitir más que su pasado lo pisara como lo hacía hace años ya. Él debía sacar ese fuego que solía tener para esconder tanta miseria, de alguna manera u otra. Pero esta vez derrotando el dolor, y no escondiéndolo. No podía quedarse sufriendo, en espera de un milagro. El milagro sería un avance de su parte para destruir toda la mierda que se había acumulado dentro de él.

Acaricié su torso desnudo, centrándome en los tatuajes que él tenía. Nunca había prestado especial atención a ellos, y ahora que lo hacía, notaba algo sospechoso. Cada uno de estos tenía un sentido para Logan, claramente, pero lo extraño era en la manera que estaban. Parecía haberse tatuado partes muy específicas, donde en realidad escondía algo. Estaban demasiado separados el uno del otro, lo que quizá no tenía un significado tan profundo, pero viniendo de él todo tenía una historia profunda detrás. Siempre ocultaba algo, y sabía que esta era otra cosa más de la que esperaba enterarme algún día.

🌙

Oí el ruido de la ducha lejanamente, causando que me espabilara con rapidez. Me fijé en la hora, sintiendo–ahora realmente sí– la molestia de los rayos del sol en mi mirada. 7 de la mañana y Logan ya se había levantado. No esperaba que se despertara en muchas más horas, suponiendo que su estado de la madrugada iba a hacerlo dormir como un bebé. Pero, ¿qué me esperaba? Vivía modificando su personalidad según el momento del día. No me sorprendían ya sus cambios bruscos, porque al final del día éstos lo identificaban. Y si pasaba algo malo, esperaba que desde ahora me lo contara.

Tomé mis prendas del suelo con la pesadez de mi cuerpo a estas horas, dejándolas sobre la canasta de ropa sucia. Deseaba poder seguir durmiendo, pero ya tenía la cabeza en dos cosas: Logan (obviamente) y en dónde carajo se encontraba mi hermana, Fawn. Y para poder sacarme el problema con Fawn de encima, cogí el móvil distraídamente para enviarle un mensaje:

Ro*: ¿Hola? ¿Darás señales de vida?

Lo envié, bloqueando el celular para dirigirme al baño. Necesitaba una buena lavada de rostro, pese a que Logan estuviera allí duchándose. Di pasos inseguros hacia la puerta, dándole dos golpecitos a ésta.

–Oye..., Logan. ¿Puedo ir a lavarme un segundo el rostro?–Intenté que mi voz sea lo más agradable posible. No tenía idea si éstas horas también eran sensibles para él.

Pasaron unos segundos de silencio, en los que realmente no sabía si él dijo algo y no lo he escuchado o si realmente me estaba ignorando. O hasta quizá no me había escuchado. ¿Debía repetírselo? ¿O no deseaba hablarme después de lo de anoche? Carajo, estaba paranoica, pero ahora todo me ponía de los nervios.

–Pasa.

Suspiré. ¿Por qué ponía tantos dramas, al fin y al cabo?

Abrí lentamente la puerta, sin saber qué encontrar. Una ola de vapor me envolvió por completo, causando que me mareara a causa de la poca vista que obtenía. Contra mis deseos clichés, él seguía dentro de la ducha, y lo poco que deseaba se fue al demonio. 

Bad Girl (B.G. #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora