21.

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Ryann. 

Pasé mis manos por mi cabello, intentando arreglar vagamente lo enmarañado que estaba éste. El poco maquillaje que me había colocado la noche anterior, ahora corrido en mis mejillas, lo fui quitando poco a poco con un algodón con agua. Aunque finalmente no salió, ya que mis ojos estaban muy pesados para hacer siquiera un esfuerzo. Mi alma, también. Lo de anoche había acabado tan mal que me pesaba el corazón al siquiera recordarlo. Su única respuesta ante lo que dije fue "Tenías razón a lo que habías dicho antes: esta es la vida real. Y ahora la seguiré sin ti".  Y, antes de que pudiera responder, Fawn y Chase aparecieron con medio kilo de helado de chocolate. Ahí finalizó la discusión, y supuse que también terminó todo lazo amoroso que quedaba de nosotros. Mi hermana no me dirigió la palabra en ese momento. Y hasta hoy siguió sin hacerlo.

Tomé con delicadeza la botella de alcohol que mi hermana escondía en el baño, detrás de algunos artículos de limpieza. Necesitaba un buen trago. Por lo menos una dosis que me hiciera olvidar momentáneamente de todo. Lo que estaba viviendo en ese momento era un infierno, y eso era suficiente para necesitar con locura un corto escape de la realidad. Aunque, cuanto menos quería beber, mis manos estaban ayudando a la botella para dar un trago intenso.

Mis ojos estaban comenzando a parecer raros, borrosos. Mi reflejo en el espejo comenzó a distorsionarse, eliminando todo el desastre en el que me había convertido. Mis pensamientos empezaban a cambiar mientras más tomaba, y unas grandes ganas de llamar al celular de Logan me invadían con locura. Algo no cerraba en mí, y debía de admitirlo. Estaba comenzando a desesperarme: quería recuperarlo. Ahora. Ya. Necesitaba sus labios contra los míos, como anoche, y su sonrisa ladeada luego de decir "nunca serás una loca para mí. Eres perfecta seas como seas". Quería recordar cosas que él me había contado sobre sí mismo, pero éstas no existían. Yo no sabía casi nada de su vida. Y Logan tampoco sabía de la mía. 

Por eso, él necesitaba saber de mí. Y viceversa si era posible. Debía llamarlo, aunque esa excusa era demasiado estúpida para cualquiera que la escuchara. Pero, igualmente, necesitaba su voz, algo para sacarme del tanto alcohol que estaba consumiendo. 

Mis manos temblorosas empujaban las cosas mientras tomaba el teléfono del lavatorio. Sabía que era un gran riesgo lo que estaba haciendo, aunque la cantidad de alcohol que había consumido me hacía creer que daba lo mismo lo que hiciera. Nada iba a poder ser peor que ésto.

Logan.

Tenía la mirada perdida. Casi no podía ver una mierda a causa de los rayos del sol que me daban en el rostro. Mis párpados pesaban al ponerme de pie, y recordé instantáneamente que anoche no pude pegar un ojo. Sabía que mi rostro daba asco de lo tan cansado que estaba, pero en lo único que pensaba era en darme un baño de agua fría para quitar lo idiota que estaba siendo. Mi espalda estaba adolorida, y todo mi cuerpo se encontraba en alerta no sé por qué. 

Me dirigí aburrido hacia el baño, para así lavarme los dientes. Mis ojos estaban fijos al lavatorio mientras lo hacía, sin poder pensar nada en concreto. Mi cabeza daba vueltas, lo que me hacía sentir jodidamente para el asco sin razón. Y debía mejorar, porque una de las mejores fiestas del puto año se acercaba y no podía estar en este estado penoso todos los días. Ya había perdido la cuenta de las semanas que amanecía con expresión de mierda. Pero, aunque estaba seguro de por qué pasaba esto, no hacía nada para cambiarlo.

Ayer, por el increíble enojo que albergaba a mí, había cometido el (para nada error) de cortar con mi novia. Estaba tan furioso que quería mandar todo lo falso en mi vida a la mierda, y mi novia era parte de esa lista. No me sentía para nada mal con eso, y sabía que ella tampoco lo haría, así que fue algo que solamente duró pocos segundos y después conllevó a como estoy ahora, pensando sólo en ella. 

Bad Girl (B.G. #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora