EXTRA 1: Desprecio al mundo.

593 24 5
                                    


Fawn.

Iba por el segundo calmante, pero nada podía sacar el dolor producido en el fondo de mi pecho.

¿Por qué a mí?

Él no podía hacer esto: no podía besarse con otra en mis narices. Tampoco justificarse luego con que estaba pasado de copas, porque todo era mentira. Todo era una falsa y débil mentira.

Pero, sin embargo, yo lo había perdonado. Él era muy importante para mí, y probablemente seguiría amándolo aunque me matara. Deseaba que esa persona de aquel día no fuera el verdadero Chase, porque verlo así me partía en mil pedazos.

Por eso vivía con desprecio. Mi vida se estaba yendo de mis manos, mientras que la de mi hermana menor era casi perfecta: un lindo novio, un dulce noviazgo y palabras de amor que Chase nunca me diría.
Y esto me enojaba: ¿por qué ella era feliz y yo no? ¿Acaso arriba había alguien que decidía quién iba a ser feliz y quién no?

Esa niña no sabía nada de amor para ser bendecida de esa manera. Era tan injusto. Yo siempre deseaba salir de la sombra de nuestros padres, destacar entre los demás. Pero ella se había adelantado, y sentía que ahora era tapada por la sombra de Rosie.

Odiaba que, después de todo, simulara estar herida porque nuestra relación cercana de hermanas no existía. Repudiaba el hecho de que fuera capaz de hacerme creer que se sentía mal, porque sabía que todo era una mentira. Era un manipulamiento. Esa niña no quería a nadie, sólo a su mejor amiga muerta que le trajo posteriormente un carácter asqueroso y antisocial.

Entonces, ¿por qué la antisocial siempre conseguía al chico perfecto sin siquiera pedirlo? Yo siempre había deseado uno, y me sentía agradecida al conocer a Chase, pero luego el infierno empezó. Y yo fui arrastrada junto a ello.

Sentía mi cuerpo pesar día a día. Mi mundo cargaba a mis espaldas, conllevando así todos mis problemas y los de los demás.

Ya no podía seguir adelante así, deseando despertarme a la mañana y que todo estuviera realmente bien. Pero, al despertarme, nada bueno pasaba. Era la misma rutina; la misma porquería de siempre. Y sentía que ya no podía con eso.

No, no lo sentía. Lo sabía.

No podía soportar más tanto dolor, lo que logró que diera un paso adelante. El ardor en mi pecho hizo que diera otro. La envidia... el engaño... el sufrimiento...

El simple dolor de sólo despertarme día a día hizo que saltara al vacío, deseando que en otro mundo la felicidad no fuera algo engañoso.

Bad Girl (B.G. #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora