25.

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Ryann.

Sus dedos acariciaron la tela de mi camisa mientras dormía. Bueno, no era precisamente mi camisa, sino que era la que él llevaba puesta antes de irnos de dormir, lo que significaba que era suya. Y eso era tan jodidamente sexy, porque su aroma estaba impregnado en ésta. Era como una droga, y llegaba a un punto tan elevado que no podía dormirme. Mi mente maquinaba a mil por segundo mientras Logan se encontraba en el séptimo cielo, apróximadamente.

Siendo sincera, en lo único que vagaba mi mente era en lo tan feliz que estaba. Tenía al maravilloso idiota a mi costado, abrazándome con sus fuertes pero a la vez cálidos brazos. Su respiración se encontraba calma contra mi cuello y mejilla, causando que toques de electricidad recorriera todo mi cuerpo. No sabía cómo sentirme con respecto a eso: si disfrutarlo o tomarlo como una acción que viviré miles de veces. Aunque, sabiéndolo perfectamente, cada vez que él me tocaba, era como si fuera la primera vez que lo hiciera. Y, aunque sonara cursi, cada vez que Logan hacía eso era enamorarme de él una y otra vez. Como si, simplemente, cada segundo lo amara más y más, a pesar de sus y mis grandes errores.

🌙

Se tronó los dedos, mirándome fijamente mientras sacaba los libros de mi casillero.

—A veces me pregunto por qué tardas tanto—dijo, probablemente buscando que me enfadara.

No le presté atención con algo de fastidio, aunque en realidad era casi imposible que me enfadara con él. Podía decirte ese tipo de cosas y, cuando luego lo mirabas con expresión de pocos amigos, te hacía ojitos como el Gato con Botas que te derretía de pies a cabeza. Quizá no lo hacía a propósito—aunque no estaba muy segura de que no fuera con intenciones— pero era tan capaz de quitarme la furia en pocos segundos que me sorprendía a mí misma abrazándole o besándolo de tal manera que los besos esperados de las películas se quedaban cortos. Pero a la mierda, la cursilería sólo era capaz de salir a flote con él.

—Un día de estos te ganarás una patada en las pelotas—afirmé con simpleza, cerrando mi casillero. Una sonrisa estaba plasmada en mi rostro, sabiendo que quizá toda la inocencia que irradiaba desde que éramos pareja se iba al diablo cuando me escuchaba hablar. Pero yo era así: la educación no estaba en mi diccionario.

—No te tengo miedo, pequeña...—comenzó, pero indignada lo interrumpí antes de que continuara:

—Lo de "pequeña zorra"—Hice comillas con mis dedos— ha quedado en el pasado. Ahora no soy eso, soy tu puta novia y no una chica con la que solías pelear y organizar guerras mundiales cada vez que la veías—dije, guardando mis libros e instantáneamente poniendo los brazos en jarra. Clavé mis ojos en él, esperando una respuesta.

—¿Mi puta novia?—cuestionó, arqueando las cejas. Solté un suspiro dramático, mirándolo con tal cara de rabia fingida que me podía permitir.

Y con fingida me refiero a que no me enojé con cosas de ese tipo, joder. No me molestaba en lo más mínimo que me dijera "pequeña zorra", porque sabía que lo hacía sola y exclusivamente para fastidiarme.

—¡No te lo tomes tan literalmente, idiota!—exclamé, suspirando otra vez. Simulando estar echando humos por las orejas, pasé por su lado empujándolo y seguí mi camino por el pasillo.

Al instante, sus pasos me persiguieron por todo el pasillo, llamándome en súplica y quejido entre los alumnos. Sabía que iba a alcanzarme, por lo que apuré mi paso hasta el baño de mujeres. Allí podía acabar con mi fingido enojo y reírme por un buen rato de que se la haya creído. Y, agradecí millones de veces a mis pies rápidos, ya que no tardé ni veinte segundos en llegar al baño y cerrarle la puerta en las narices.

Al entrar, el baño se encontraba con dos chicas: una, con una mirada tan fija en la pileta del lavamanos mientras quitaba repetidamente algo azul que tenía en las manos y, la otra, haciéndose uno que otro retoque en el espejo de éste.

Camino libre.

Arrastré mis pies por la baldosa blanca, riéndome en voz baja hasta llegar al lavamanos. Estaba perfectamente consciente de que Logan estaba afuera esperándome, porque en todos estos meses él nunca se había rendido cuando nos peleábamos. Claramente, éstas peleas casi eran inexistentes, porque de una manera u otra, convivíamos bien el uno con el otro.

Saqué con rapidez una hoja y un indeleble negro. Comencé a escribir unas pocas palabras en la hoja, sabiendo que esto se lo entregaría a Logan ni bien saliera del baño. Tenía que ser algo para que supiera que todo ese enojo era broma, y tenía la idea perfecta. Hice un dibujo bastante infantil, pero haciendo algunas características pobres que lo hacían ver vagamente  como una rata. Desgraciadamente, el indeleble al tener una punta tan ancha, hizo que el dibujo quedara más raro de lo que ya era. Aunque el resultado final fue milagrosamente bueno y hasta divertido. Era increíble que una clase de Español con un animado profesor y una alumna muy preguntona sobre los supuestos memes que había en Latinoamérica, acompañado de una corta búsqueda en internet que hice, me ayudara tanto a hacer esta buena broma. Doblé la hoja, dejando a la vista sólo el lado en el que no había escrito. Guardé el indeleble en mi mochila y, mirando hacia los lados, me dirigí hacia la puerta. Sabía que habían pasado algunos minutos, porque las chicas que estaban cuando entré ya no estaban, y lo más gracioso de ésto es que no me había dado cuenta que se habían marchado.

Me reí unos últimos segundos antes de reemplazar mi expresión por una de enojo desmesurado. Abrí la puerta con el cuerpo rígido, sosteniendo la hoja con tanta fuerza que pensé que quizá mi talento era ser una perfecta actriz. Pero ese talento lo teníamos todas las mujeres, hasta las más masculinas de todas. 

Logan clavó al instante su vista en mí al salir, reincorporándose de la pared en la que al parecer estaba apoyado. Poca gente se encontraba en el pasillo, por lo que posiblemente ya iba a tocar el timbre para ingresar a los salones de clase.

—Rosie, yo no quería...—comenzó al instante, pero yo lo interrumpí moviendo de manera robótica mi brazo con carta en mano.

—Tómala y leela—dije fríamente y, antes de que la abriera, pasé por su lado y comencé a caminar. El pasillo carecía de gente, ya que acababa de tocar el timbre. 

Caminé tranquilamente por el pasillo, oyendo el ruido de la hoja al abrirse. Sonreí de lado, evitando no presentar señales de risa. Pero fue casi inevitable al oír un quejido de su parte.

—¿"Te la creíste we xd"? ¿Qué mierda es esto, una rata?—Solté una carcajada sin darme vuelta—. ¡Rosie, maldita sea!

Me reí nuevamente, y las únicas palabras que dije fueron las últimas antes de entrar:

—Esta vez yo te he ganado, pequeño zorro.

n/a: 

Nadie que no haya tenido capítulo dedicado ha comentado en el capítulo anterior, so, no hay dedicación en este. 

No soy de decir tanto, así que... ¡Espero que les haya gustado el capítulo! Yaa sé que parezco algo de malhumor, pero nop, sólo estoy cansada. Hoy es viernes y... bueno, acumulo sueño de toda la semana.

Este capítulo ha sido algo humorístico, y por su parte no ha aportado tanto a la historia a simple vista. Pero en los últimos días aprendí algo: no todos los capítulos tienen que estar CARGADÍSIMOS de drama, de rompimientos y de todas las cosas dramáticas que te puedas imaginar. Las mujeres amamos el drama, sí, pero esta novela quiero que sea lo más realista posible, y en nuestras vidas no hay drama cada día. Así que, no sé, habrá drama como a ustedes tanto les gusta xD, pero sepan respetar los capítulos que son simplemente... calmados. En las que Logan y Rosie pueden vivir sin que algo malo les pase. Porque, gente, así es la vida. No pasa algo malo todos los días, ni tampoco algo bueno. En el caso de ésto último, hay veces que algunos tienen suerte de tener más días buenos que malos. Y en el caso de #Losie *me gusta ese shippeo jfkjfkf*, en este capítulo y quizá en otros la felicidad sea algo que se implante de manera notable.

Y bueno, al final sí tuve que decir algo jfnkfmfl. Espero que les haya gustado el capítulo x2

Los ama♥

- A.

Bad Girl (B.G. #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora