Capitulo 27: Suspenso

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POV ANASTASIA

Tiempo después.

No puedo creer como el tiempo avanza y nosotros no nos damos ni cuenta. Ya han pasado más de dos meses de la pedida de mano de mi amiga. Ella ha estado viniendo constantemente a la hacienda. Pero no por lo que creen. Resulto que en la noche de celebración por el compromiso mi cuñado se quedó sin condones.

Por lo que la muy descarada de Kate me conto, es que tuvieron relaciones varias veces y por más que ella le pidiera que no se viniera dentro de ella, él ni caso le hizo. No sé si decir si es peor o mejor pero el pueblo tiene una ley anti aborto extrema. Si una mujer queda embarazada se cuida el embarazo hasta el final de sus días y si la madre no lo quiere, se entrega en una casa hogar para una futura adopción.

Cuando le conté esto a Kate dos semanas después de esa noche fogosa, se quería morir, porque dijo que era muy pronto y que no se sentía preparada. Yo le dije que estaba en las mismas. Pero ¿Quién está preparada para ser madre? Nadie y eso es una verdad dolorosa. Al final terminas aprendiendo con el bebé lo básico pero ningún bebé se comporta igual a otro. Debo de reconocer que estoy aterrada, ya que los míos son dos.

Así que con todo lo anterior, Kate estuvo casi dos semanas con la incertidumbre y para prever un embarazo mientras no se confirmara lo contrario obligo a Elliot a comprar cajas y cajas de condones. El problema es que debido a lo bruto que se ponen varios se rompieron. Así que hace un mes o un poco más los exámenes de sangre dijeron que estaba embarazada de 4 semanas. Sacando cuentas nos llevamos casi tres meses de diferencia. Así que se siguen sumando bebés a la hacienda.

Con Cristian hemos discutido mucho sobre el tema del sexo de los bebés, el por un lado queriendo saber y tener todo controlado, en cambio yo, lo quería dejar como una sorpresa. Que en medio de la sala de parto me digan <<su primer bebé fue niña o fue niño>>, me gusta ese suspenso pero Cristian no quiere. Al parecer los bebés están de acuerdo con mami porque en la ecografía anterior no se dejaron ver, bueno dejaron ver unas pequeñas y gorditas nalgas, cosa que a la doctora le dio risa.

Pero no todo es felicidad. Mi padre no ha estado muy bien. Desde que Amelia está en la cárcel, Carla le ha hecho la vida imposible. Le ha ido hacer escándalos en la alcaldía, lo llama constantemente exigiéndole que saque a <<su>> hija de la cárcel. Así que decidí tener un día de padre e hija con él. De hecho me siento en parte un poco mal por la separación, antes nos veíamos siempre. Ahora solo como tres veces al mes.

Así que ahora estamos en la casa donde me escondí cuando deje a Cristian. Lily se quedó con Lara en la hacienda y Cristian estaba en los establos supervisando los trabajos de un nuevo comedor para los animales. Estamos acostados en una manta en el pasto mirando el cielo que este comenzando a jugar con colores anaranjados, rosa y rojo, señal de que está comenzando a anochecer.

-¿aun la recuerdas?- le pregunto. Lo escucho suspirar.

-ahora más que nunca- dice desanimado.

-¿Por qué?-

-porque estoy solo. La única luz que tenía se fue con la persona que ama y no puedo hacer nada para impedirlo. Es la ley de la vida- dice mirando el cielo.

-nunca me has dicho como te has sentido con todo esto de mi boda-

-nunca estuve de acuerdo pero debo confesar que estaba aterrado de que Cristian se fuera contra la familia. Es un hombre poderoso y con solo mover el dedo puede tener lo que quiere en tan solo segundos-

-pero eso ya paso y ahora mírame. Estoy embarazada y feliz- mientras sonrió.

-sé que eres feliz. El problema radica que cuando pienso en tu embarazo me doy cuenta que ya no eres pura ni casta. Dios, el solo hecho de pensar que tenga relaciones me ponen la piel de gallina. Aun te sigo viendo como mi niñita. Mi pequeña- dice con una media sonrisa.

-pero aún sigo siendo pequeña. Mira- me acomodo en sus brazos gigantes, y él también me atrapa con ellos gustoso. Quedo acostada y mi vientre que está más grande que nunca, ahora sí que ya no se puede ocultar mi embarazo queda junto a su cuerpo.

-si tienes razón, aun eres mi pequeña- dice pero su voz suena triste.

-papá...- no alcanzo a decir más ya que un movimiento en mi vientre me deja sonriendo. Ray también lo siente porque me mira asombrado. Luego con su mano acaricia mi barriga pero solo con las yemas de los dedos.

-eso es... mi nieto- dice con la voz entrecortada.

-si- le digo sonriendo. No es la primera vez que lo siento pero es la primera vez que mi padre hace contacto con ellos a través de mi piel –aunque no sé cuál de los dos fue- le digo

-sabes, aun no me puedo acostumbrar a la idea de que estás esperando a mellizos. Dos pequeños son bastante trabajo y más con Lily. ¿Has pensado en algún nombre?-

-si. Si llegan a ser dos hombres se llamaran Theodore Raymond y Cristofer Alejandro. Y si son niñas se llamaran Pheobe Rose y Mia Alexandra. Y si son la pareja ganan Theodore y Pheobe-

-vaya pensé que con lo controlador que llega a ser Cristian, mi nombre iba a estar en la última lista-

-papá, estas demasiado sensible. Deberías buscarte una novia- le digo.

-también he pensado en eso y ya le he echado el ojo a alguien- me dice. Salgo de sus brazos y me siento. Lo miro perpleja y asombrada o alguna de las dos cosas.

-¿Quién es?- le digo.

-no la conoces. Llego hace poco al pueblo. Es más si vinieras un poco más pueblo la conocerías. Es mi nueva secretaria- me dice sin pudores.

-¡Papá! Por eso Carla te ha hecho tantos escándalos- le digo.

-no. Ella esta haciendo escándalos porque cancele sus tarjetas. No iba a seguir pagando excesivas cantidades de dinero por cosas sin sentido como maquillaje, ropa y no sé cuántas cosas. Ella me va a dejar en la quiebra. Así que decide cerrar la llave que está provocando la fuga de mis pocos pesos- sonrió.

-pobrecito- le digo.

-bueno señora- le arrugo la nariz –es hora de volver. No quiero que tu controlador esposo se enoje conmigo y no me deje verte de nuevo-

-papá Cristian nunca me alejara de tu lado-

-lo sé perfectamente. O sino esos dos bebés que llevan en tu vientre serán tus únicos hijos- sonrió por las palabras.

-para no ser celoso estas muy bien encaminado- el solo niega con la cabeza pero me ayuda a levantarme. Dos horas más tarde me estoy despidiendo de él, en la entrada de la casona. Cuando lo veo subirse en la camioneta y volver al pueblo, me largo a llorar. He sido mala hija. No he pasado el tiempo que se merece. Lo malo es que cuando lleguen los bebés menos tiempo tendré. Eso se siente tan mal. ¿Cómo podre evitarlo?


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El Perdón: Miradas de amor, Cristian y Anastasia (2 T)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora