POV ANASTASIA
-ya bebé... no llores tanto... ya estoy aquí...- le digo a Lily. Últimamente ha estado tan demandante que casi no tengo tiempo de hacer nada. Hace unos días llegaron las telas que Cristian compro en la cuidad. No me di cuenta en ese momento la gran cantidad que eran, solo cuando tuvieron que mover bastantes muebles para dejarles espacio, me fije.
Desde que paso la intoxicación de Cristian no hemos hablado más del tema, de hecho Amelia esta presa por intento de homicidio en calidad de homicidio involuntario. Aun así tiene que cumplir 3 años en la cárcel y luego de eso tiene que pagar 100 horas comunitarias. Las pagara en el centro de animales que hay en la región. Pobre de ella, yo creo que hasta las uñas va a perder.
Cristian ha estado más atento que nunca. Ya han pasado 3 semanas desde que volvió a la vida conmigo. Tengo casi 11 semanas de gestación. Una pequeña guatita comienza a aparecer en mi vientre. Es pequeña pero dice <<aunque no nos veamos, aquí estamos>>. Me emociona tanto que estén hay aunque también me aterra.
Hemos estado trabajando en una idea y quiere hacer un invernadero que quede más cerca. La idea es que haya de todo un poco, así cuando quiera comer algo, no tenga que tomar la camioneta y recorrer casi media hora en ella.
Lily pues es una niña adorable, tierna y tranquila. Claro cuando le estamos prestando atención y duerme. Pero cuando esta despierta hace sus rabietas y madre mía que hay que tener paciencia. Tiene unos buenos pulmones así que cuando llora se escucha hasta fuera de la casa.
He pensado en comprar un cachorro, el me ayudara a cuidar a este bello angelito que esconde unos hermosos cachitos de diablito. Aún no he hablado con Cristian del asunto pero pienso que todo niño debe ser criado en la compañía de una mascota, le enseña responsabilidades y los hace más humanos. Cosa que en la actualidad hace mucha falta y va para la extinción.
Tengo a la pequeña en mis brazos y le estoy dando su biberón. Es tan glotona. Pesa casi 5 kilos y no quiero ni imaginar cuando este con la barriga enorme y ella de 8 meses. Creo que tendré que hacerme a la idea de que tendré que hacer más brazos o pedir ayuda.
Miro cada parte de su pequeño cuerpo. Sus pequeñas manos que son capaces de agarrar tan firme algo y no soltarlo. Unos dedos pequeños pero finos, como los de una dama y sus uñas, sus minúsculas uñas, que son capaces de rasguñar a cualquiera e incluso a ella misma. Dios. Cuando me han pasado el corta uñas casi me dio un infarto. No tuve el valor para hacerlo. Al final Cristian lo hizo, mientras hacía que la bebé riera.
Sigo observándola y llego a su cara. Tiene unas mejillas gorditas que dan ganas de apretarlas todo el tiempo. Unos labios finos y delgados. Una sonrisa que es capaz de derretir el más frio de los corazones, salvo el de su madre. Unos ojos divinos que con el tiempo están tomando una tonalidad verde grisácea y el color de su cabello, bueno el poco cabello que tiene por ahora es de una especie de distinto tonos castaños y por ahora no sor capaz de decir el color. Es tan pequeña y abrazable.
-¿Qué hacen la mujeres más importantes en mi vida?- dice Cristian desde la puerta. Volteo a verlo y me sonrojo al verlo. Lleva la camisa abierta dejando ver todos sus músculos. Dios que ganas de hincarle el diente. Esta afirmado en el marco de la puerta con los brazos cruzados asiendo que los músculos de sus brazos se hagan notar. Santa madre. Este hombre es tan comestible y yo estoy tan caliente. No se di maldecir o bendecir a las hormonas.
-Lily está comiendo y yo estoy pensando que también tengo hambre- le digo.
-y ¿hambre de qué?- me sonríe y hace que una descarga llegue al centro de todo mi placer. Que poder tiene este hombre en mí.
-de mucha cosas. Empezando por un trozo de la rica tarta de frutas que hace Lara hasta de la comida que hacemos en la cama. Es tan difícil elegir. Y es tanta el hambre que tengo- digo lo último suspirando.
-nena no me hagas esto, por favor te lo pido. Menos cuando esta Lily presente- veo que traga y eso hace que sonría.
-no he hecho nada todavía, Cristian. Solo digo que tengo hambre nada- le digo haciéndome la inocente. Veo que se acerca a mí. Queda justo en frente de mí. Coloca un mechón que se ha fugado de mi coleta y acaricia mi mejilla hasta llegar a mi cuello. Suspiro. Se acerca más a mí, como si pudiera más, me besa y es un beso suave. De esos besos que te hacen desear más. Seguimos así hasta que Lily se queja haciendo ruiditos y frunciendo el ceño. Nunca la había visto así.
-¿Qué? ¿No te guste que bese a Ana?- le dice Cristian a Lily. Ella solo lo mira y aun su ceño esta fruncido. Esta niña va a ser muy celosa.
-con eso te ha dicho que no le gusta- le digo mientras Lily toma las ultimas gotas de leche que quedan en el biberón.
-creo que tú y yo, pequeña, vamos a hablar seriamente de esto. Si a ti no te gusta compartir a mi menos pero solo por tu bien te estoy pasando a Ana- lo miro sorprendida.
-Cristian. No me hagas sentir como un objeto que no lo soy. ¿Cómo es eso de estar pasándome?- le digo. Tengo ganas de llorar, malditas hormonas. Mi labio inferior tiembla, estoy intentando controlar las lágrimas que quieren salir sin control.
-no... nena... solo estoy bromeando... tu nunca serás un objeto para mi... eres... como explicarlo... eres como una llave- me dice. Ahora sí que quiero llorar.
-una llave es un objeto- digo mientras hago un puchero.
-pero no es cualquier llave- dice mientras le limpia los restos de leche a Lily. Me la quita, se coloca el paño en el hombro y comienza a sacarle los chanchitos. Sonrió porque se ve tan doméstico. Además que con la bebé en sus brazos se ve más sexy.
-¿Qué tipo de llave entonces?- le pregunto.
-es la única llave capaz de entrar en la cerradura de mi corazón y hacer latir. Nena, desde que llegaste a mi vida todo cambio. Imagínate, si no hubieras estado conmigo, lo más probable es que hubiera hachado a Mia de la casa sin importarme realmente este belleza- indica a Lily.
-yo no te he cambiado. Lo has hecho solo-
-eso es mentira. Yo cambie por ti. Cambie porque me encanta hacerte sonreír, me encanta estar a tu lado y se seguía siendo ese patán que te hizo llorar a los días de haber llegado a la casa, seguro que te perdía y eso habría sido lo peor. Mi vida sin ti ya no tiene sentido- me dice.
-¿tanto me amas?- digo en un susurro, ya que mis hormonas revolucionadas hacen que tenga más ganas de llorar.
-si se contaran todos los granitos de arenas, más las estrellas del cielo y si le sumamos el número de árboles que hay en el mundo, ese número sería igual al resultado de mi amor. Entiéndelo, eres lo más importante para mí-
-para mí también. Te amo, mi señor Grey- le digo.
-yo también te amo, señora Grey, mi Ana, mi amor, mi vida y mi todo- le sonrió mientras el sigue sacándole los chanchitos a Lily. ¿Se podrá querer a alguien más cada día? Yo lo hago siempre.
SE QUE LES DEBO TRES CAPÍTULOS MAS, ESPERO PODER ESCRIBIR DURANTE LA NOCHE...
CON EL TRABAJO ES MENOS EL TIEMPO QUE TENGO PARA PUBLICAR...
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO...
LOS QUIERO MUCHO Y NOS LEEMOS PRONTO
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El Perdón: Miradas de amor, Cristian y Anastasia (2 T)
FanfictionAnastasia destrozada por las palabras de Cristian, toma la decisión de irse de su lado, de su casa y amigos. Llevándose con ella a la pequeña Lily. El único que la puede ayudar es Ray. Lo busca y la esconde. Un escondite en un lugar que esconde sec...