Todo se me sale de las manos.
No puedo continuar.
Simplemente no puedo.
Siento que decepciono a todos.
Que nunca soy suficiente para nadie.
Lo que hago está mal.
Lo que digo está mal.
Yo estoy mal.
Siento que asfixio a mis amigos.
Siento que les hago daño.
Siento que soy un estorbo para ellos.
Siento que debería alejarme para que estén felices.
Estoy segura que la sonrisa que llevas en este momento no es por mi.
Yo no le doy alegría a nadie.
Nadie se alegra por mí.
Más bien doy pena.
Soy demasiado molesta.
Creo que la mejor opción para mi es quedarme callada y así ya no molestó a nadie y dejo a todos vivir en paz.
El mundo será un mejor lugar si yo decido desaparecer.
En fin, nadie lo notará.
Sólo notarán un peso menos encima.
Sentirán más felicidad que antes.
Porque yo no estoy.
A veces pienso en qué hubiera pasado si no hubiera nacido.
Nada relevante supongo.
Aceptémoslo: no soy lo suficientemente importante para alguien como para influir en su vida.
Simplemente pasaré desapercibida para todos.
Como una memoria rápida.
Como una foto más en el anuario.
Como un nombre más.
Como si fuera la nada...