Me da miedo todo.
Salir con otras personas me aterra.
Nunca me he atrevido a invitar a alguien a la casa para otra cosa que no sean proyectos.
Mi mamá termina invitando a mis amigos para que conviva.
Simplemente no puedo.
Pedir comida a domicilio es demasiado difícil: cuándo contestan el nerviosismo se apodera de mi y debo colgar.
Cuando alguien ajeno a la familia habla es muy difícil contestar.
Preguntar algo en una tienda es difícil.
Mandar un mensaje a alguien me puede llevar días.
Debo negar invitaciones porque me da miedo ir a lugares nuevos.
No me gusta salir a centros comerciales.
Me apanico.
Prefiero quedarme en casa, leeyendo o estudiando, cualquier cosa que no sea salir.
No quiero ser así.
Me pierdo de demasiadas cosas.
Quiero disfrutar una tarde con mis amigos.
Quiero sonreirle a extraños.
Quiero ser feliz.
Quiero dejar de preocuparme por todo.
Pero simplemente no puedo.
La ansiedad le gana a la diversión.
Algo puede ser increíble para los demás, pero angustiante, molesto e irritante para mi.
Y la gente se harta.
Nadie quiere acercarce.
Saben que nunca voy a ceder ir con ellos a algún lado.
Y me botan a un lado.
Y me quedo sola.