One Shot. Percy Jackson y los héroes del Olimpo

147. Segunda Oportunidad

CHARISSE.

— No — murmure cuando lo vi dar un paso hacía mi — Chris quiero que te vayas

— ¿De qué hablas? — pregunto mientras intentaba dar un paso hacía mí

— Ya me escuchaste, esto... nosotros ya no podemos seguir — aún con la poca luz que entraba en la habitación, pude ver su mueca de dolor — 

Ahora... quiero que te vayas de mi cabaña y no me vuelvas a dirigir la palabra en lo que te queda de vida

— Clarisse...

— ¡No! ¡Veté!

Él dio un respingo en su sitio, y luego salió de la cabaña, cerrando la puerta tras sus pasos, lentamente fui cayendo al suelo, los hijos de Ares no eramos fáciles de romper, solíamos soportar todo, pero esa vez, me permití llorar, deje que las lágrimas bañaran mis mejillas mientras ahogaba los sollozos que intentaban salir de mi garganta.

Sabía que estaba haciendo lo correcto, si dolía, era porque era lo correcto.

No podía seguir haciéndole eso a Chris, no podía seguir estando con él, ya no. Al principió no quería aceptarlo, pero luego, fueron sus muecas y suspiros, su rostro inexpresivo, el brillo que había desaparecido en sus ojos, lo que me había hecho darme cuenta de que Chris Rodriguez, estaba agotado. Lo que nosotros teníamos, lo que nos había unido, había desaparecido, y aunque al principio intentamos llevarlo de la mejor forma posible, ya se había vuelto una carga.

Aunque lo amara, tenía que darle la oportunidad de ser feliz, tenía que dejarlo seguir con su vida, ya no podía atarlo, no entiendo como funciona el amor, creo que jamás lo entenderé.

— No te olvidare — murmure para nadie en general

Tenía ganas de preguntarle a alguien si lo que hacía era lo mejor, pero no iba a pedirle consejos de amor a nadie tampoco, y no permitiría que alguien opinara sobre mi vida, y fue así como note que yo misma complicaba las cosas, era buena peleando, en la guerra y utilizando armas, pero sin lugar a dudas, no era buena con los sentimientos, había usado a Chris más como mi muñeco de practica, como a un ser humano por el que sentía un amor infinito.

Verlo después de que rompí con él, fue aún más complicado, él se sentaba en su mesa y yo lo veía desde la mía, sonreía y hablaba con sus hermanos, todo parecía normal, como si yo nunca hubiera existido en su vida, no esperaba verlo retorcerse del dolor, pero en sus ojos se podía ver que estaba verdaderamente feliz. Por un momento, sus ojos claros como el cielo se posaron en los míos, y juraría que vi sus labios moverse en un susurro: "Te Amo". Entonces parpadee y todo volvió a la normalidad.

— Tenemos practica — me soltó uno de mis hermanos mientras se ponía en pie

Una vez en la arena de entrenamiento, tome mi arma y comencé a golpear el muñeco de practica. Un golpe al centro.

— ¿No lo entiendo? — comento parándose a mi lado

— ¿Qué cosa? — pregunte mientras me giraba sobre mis pies para verlo

— Cómo puedes verte tan hermosa... torturando a alguien — yo sonreí y él se acercó a mi,paso su brazo por cintura y me acerco a él de un tirón para luego besarme