173- El Águila

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N/A: Desperté en contra de los romanos, no se porque.


JASON


Él águila hizo su quinta vuelta alrededor de la casa, antes de meterse en la habitación y apoyarse sobre la barra de madera, se quedo viendo por unos minutos al pequeño bebé que descansaba tranquilamente en su cuna y luego se marcho. A lo largo de los días, el águila siguió dando sus vueltas alrededor de la casa, y observando al bebé que dormía de forma calmada todos los días.

Un día descuido, despertó al pequeño, quien comenzó a llorar con la suficiente fuerza como para despertar a todos los humanos del estado, su madre entro corriendo en la habitación y tomo al pequeño en sus brazos, para luego comenzar a mecerlo y intentar calmarlo. Él águila observaba a la mujer con el niño desde las sombras, en un rincón donde no podían verlo, pero él a ellos si.

Con el correr de los años, él pequeño fue creciendo, su madre lo llenaba con tanto amor, que parecía triste pensar en su futuro, corría con tanta emoción por el patio de su casa, iba a la escuela muy emocionado para cualquier niño de su edad y leía historias, que ningún niño debe leer. A pesar de que siempre le falto un padre, supo aprender a pelear gracias a su madre y desarrollo su propio lado de líder, con la imagen de su padre.

Aun cuando su madre intentaba protegerlo, el niño no podría esconderse mucho tiempo, así que hizo lo más sensato que pudo hacer, mando a la loba Lupa por él, cuando tenía solo 8 años y luego ingreso al Campamento Júpiter, donde todos los días le recordaban las grandezas de su padre, quien nunca llego a conocer.

Cuando él joven cumplió 18 años, estaba listo para volver a casa de su madre, no de forma temporal, sino a pasar unos días con ella y luego volver a sus labores. Al llegar a su casa, la encontró sentada junto a la ventana, leyendo uno de esos libros viejos sobre historias de héroes Griegos, su cabello castaño estaba recogido y llevaba ese collar de cuentas de toda la vida.


— Hola, mamá — ella levantó la vista del libro y le dedico una gran sonrisa en cuanto lo vio

— Miren quien volvió, Marko, ¿hace cuanto no nos vemos? ¿3 meses, 5? — él negó con la cabeza, su madre nunca cambiaría — Si, supongo que es una de esas cosas que ocurren cuando Júpiter te reconoce, ¿si hubiera sido Afrodita hubiera sido una diferencia?

— Madre...

— No, hijo contesta, ¿hubiera habido una diferencia? Digo, por lo menos habría podido educar a mi hijo — él se levanto y ella igual — ¿Debo llamarte Marko? ¿O tengo que decirte soldado? ¿Si te digo hijo se siente raro para ti?

— ¿Por qué tienes que hacer esto? — pregunto molesto

— Porque cuando tenías 8 años te deje jugando en el patio de la casa, fui en busca de tus medicamentos y cuando volví mí niño no estaba, ¡ni te pienses que tuve una carta de tus benditos dioses para enterarme! — ella dejo ir el aire y miró a su hijo con dolor — Eres casi un desconocido, siempre que fui a verte estabas muy ocupado para verme y cuando quise quedarme a tú lado, fui vista como lunática

— Así son las cosas en Roma, Piper — ella asintió


Volteo su cabeza con rapidez, como si sintiera su presencia, el águila se encontraba en la rama del árbol, observando con atención la escena madre e hijo. Piper miró al joven frente a ella y luego al águila.


— ¿Alguna vez te dijeron algo sobre tú padre?

— Solo me contaron de sus grandes misiones, ¿por qué nunca hiciste eso? — los ojos indefinidos de Piper, se posaron sobre él y lo miraron con dulzura

— Porque yo me enamore del hombre no del soldado — ella le señalo el sillón y ambos tomaron asiento — Además, si te hubiera contado las misiones y grandes cosas que hizo tu padre, habría llegado al momento antes de que nacieras...

— La misión de Júpiter — dijo él observando el tatuaje en su piel

— ¿Así lo llaman? Yo creería que fue la condena de muerte de Júpiter, pero como sea, tú abuelo vino y le dijo a tú padre que tenía una misión, aún sabiendo que nacerías en semanas, tú padre le hizo caso al Dios, yo decidí volver al Campamento Mestizo y entonces Rachel, ella me dijo que jamás volvería a ver a Jason — su madre apretó los puños — Júpiter le prometió a Jason que cuidaría de ti siempre, y desde entonces tenemos a ese águila metida cerca


Del otro lado de la calle, el águila emprendió vuelo, Marko vio cada movimiento del animal y luego volvió a ver a su madre.


— ¿Por qué jamás me lo dijiste? — su madre acarició su mejilla y luego se puso en pie

— Porque eres romano y te pareces a tú padre — ella camino hasta la cocina y él se quedo viendo por la ventana



One Shot. Percy Jackson y los héroes del OlimpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora