167- Señor Plutón

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Especial del Padre–


HAZEL


Luego de que toda la locura de la guerra de Gea había terminado, Hazel por fin había encontrado un pequeño minuto libre, donde podía sentarse en una de las colinas a dibujar tranquilamente, la mayoría de sus compañeros aprovechaba el día libre para practicar un rato en la arena o mejorar sus ya mejorados movimientos de batalla, ella solo quería terminar su dibujo para mandárselo a su hermano, Nico, lo más rápido posible.

No fue hasta que el animal hecho sus babas sobre su dibujo, que Hazel noto al caballo negro delante de ella, se le quedo mirando un rato, todo en él era completamente negro, incluyendo sus ojos, tanto que apenas podía notar donde se encontraban, levanto la cabeza por completo y tuvo que parpadear varias veces para hacerse a la idea de que eran cuatro caballos negros.


— ¿Cuatro caballos negros? — frunció el ceño y se levanto poco a poco


Los cuatro parecían prestar suma atención a sus movimientos, porque apenas dio un paso adelante, ellos se acercaron, no le tomo mucho comprender su significado.


— Cuatro caballos negros, Plutón


Los caballos relincharon y dieron un salto quedando sobre sus patas traseras, antes de comenzar a correr, se movían como las sombras, rápidas y dejando una estela oscura detrás de ellos.


— Así que ese es su juego — guardo todas sus cosas en su bolso y hizo aparecer varias pipetas de oro del suelo, Arión apareció para comerlas una a una — Vamos amigo, tenemos que seguir a unos tramposos


Los caballos de Plutón eran rápidos, pero no tanto como Arión.

No supo cuanto tiempo llevaba jugando con los caballos al 'las llevo y tu las traes', pero supo distinguir que estaba bastante lejos del Campamento Júpiter y el sol se estaba escondiendo, la figura de los caballos pareció solidificarse con la llegada de la Luna, no eran un simple borrón, eran algo real y su presencia no se pudo sentir más fuerte.


— Veo que mis muchachos cumplieron sus ordenes — su cuerpo pareció congelarse ante la fría voz de su padre, se giró poco a poco, solo para comprobar que era él, en verdad, era él — ¿Cómo estás Hazel?

— Ho-hola papá, eh quiero decir... eh... señor Plutón — no sabía si ese era el momento de una reverencia o de salir corriendo a esconderse junto a Frank, deseando que Mors no vaya por ella y la arrastrara a los Prados Asfódelos

— Papá esta bien, Hazel — una pequeña sonrisa pareció bailar por sus labios, pero tal vez las sombras la estaban engañando


Una especie de silencio los rodeo, ¿qué se supone que le dices al señor de las riquezas? "Ey! ¿Sabes que me vino la regla?" si, esa era la clase de cosas que ella no compartiría con un inmortal, ni con un mortal, ni con su padre.


— Padre, no quiero ser irrespetuosa, pero, ¿para qué me busco? — sus palabras parecieron causar algo en el dios, porque se le quedo mirando un largo rato, como si no tuviera idea de que decir

— Solo quería verte — algo se sacudió en el interior de Hazel — No siempre interferimos en las vidas de nuestros hijos, pero, a veces, solemos reunirnos con ellos, no porque necesitemos algo o porque les queramos advertir que van a morir en una batalla, cosa que no es el caso — ella asintió, no muy tranquila — A veces, solo queremos verlos, y decirles que estamos orgullosos de ellos


Bien, esa era la clase de cosas para la que Hazel no estaba preparada, ¿por qué no mejor la hacían enfrentarse a 50 monstruos? Para eso, si estaba preparada. Tal vez Plutón pensó que su hija, merecía más que esas palabras, porque siguió hablando.


— Se que viniendo de nosotros, no tiene ningún valor, después de todo, los dejamos por su cuenta toda su vida, pero siempre tenemos un ojo en ustedes — se detuvo un segundo — Siempre tengo un ojo en ti, solo para asegurarme de que estas bien — muda, congelada, sorprendida, eran las palabras para la postura de Hazel en ese momento, Plutón busco en su saco negro, y de unos de los bolsillos, saco una hoja doblada en varias partes — Eras muy pequeña para recordarlo, pero cuando tenías tres años, hiciste un dibujo, donde presentabas a tu padre y a ti, luego te quedaste dormida y... — él dios termino de desdoblar el papel — No pude resistirme — una pequeña sonrisa se formo en sus labios mientras le mostraba el dibujo — Lo llevo siempre conmigo, por más que a Proserpina no le guste


Hazel se acercó un poco y observo el dibujo, era un papel medio amarillento, donde parecía verse a un hombre y a una niña con enormes rizos marrones, estaba hecho con la tinta de uno de los bolígrafos que había tomado de la habitación de su madre.


— Hazel, solo...


No supo si lo que hizo fue muy tonto o muy arriesgado, pero corto la distancia que tenía con él dios y le dio un abrazo, al principio solo se quedo tieso en su sitio, pero luego, le correspondió el abrazo con una sonrisa, que no la vio Hazel, pero todos nosotros si.

One Shot. Percy Jackson y los héroes del OlimpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora