Capítulo 2

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2 años después...

Abro los ojos en la oscuridad y, asumiendo que no voy a conseguir dormirme, aparto el brazo de Josh de mi cintura, con cuidado de que no se despierte, y me deslizo desnuda entre las sábanas. Alcanzo una de las mantas, que ha acabado en el suelo después de que Josh y yo hiciésemos el amor un par de horas antes, y camino hasta la ventana. Abro el cristal, apenas unos centímetros, y me siento en la repisa. Es uno de los elementos que me llevó a alquilar este piso, entre otras cosas, el pequeño asiento que hay junto a la ventana, ese que me permite pensar con claridad.

Apoyo mi cabeza contra el cristal y respiro hondo el aire proveniente del exterior, abrazándome con la manta al mismo tiempo. Mi cabeza da mil vueltas, no puedo dejar de pensar en lo que ha pasado unas horas antes. Suspiro y observo mi mano, con un precioso, y nuevo, anillo en mi dedo anular.

¿Estoy preparada para casarme de nuevo? Y... ¿estoy preparada para casarme con Josh? No estoy segura de nada, no puedo pensar con claridad. Sin embargo... no he podido decirle que no. No he sido capaz después de que me lo pidiese delante de unas cincuenta personas más, en mitad del restaurante al que me había invitado a cenar. Y es por eso que, en cierto modo, me siento traicionada. No le puedes pedir a tu novia matrimonio en público. Sin duda Josh me ha puesto en un gran aprieto del que no he podido salir.

Y sé que en cierto modo le he contestado que sí, no por los cincuenta pares de ojos mirándome, sino porque en el fondo, necesito empezar de nuevo. Necesito dejar el pasado atrás y, quién sabe, quizás Josh sea la mejor manera de hacerlo. A pesar de llevar solamente seis meses saliendo y no haberme planteado nunca casarme con él.

Todo esto hace que mi gran problema, porque éste no es el peor de todos, resurja de nuevo en mi mente. Castle. Nuestro divorcio. Aunque hace ya dos años que estamos separados, y por más que me he cansado de insistirle, se niega a firmar los papeles del divorcio. Y eso estaba bien hasta ahora. Es decir... no es que sea agradable que se niegue a divorciarse de mí, pero era algo que he dejado pasar todo este tiempo, por Emily. O eso es lo que quiero creer. Lanie me ha dicho cientos de veces que si de verdad quisiera, habría recurrido a abogados o le habría chantajeado de alguna manera para que los firmase; sin embargo no es tan sencillo cuando tienes una hija. No quiero que Emily se vea envuelta en ningún tipo de disputa más entre sus padres.

Así que desde que nos separamos, desde que Rick me puso los cuernos con la zorra de rojo, así es como la llamamos Lanie y yo desde entonces, ya que jamás he vuelto a saber de esa mujer, él está por su lado y yo por el mío. Al principio siguió insistiendo en que le perdonase, y cuando se cansó de escuchar mis constantes negativas, simplemente se negó a darme el divorcio, pero no volvió a insistir. A veces siento que es como si estuviese esperando a que algo ocurriese, algo que me haga volver con él.

Sin embargo eso no va a ocurrir. Rick dejó de existir para mí en el momento en el que me traicionó. Ahora es solamente Castle, el padre de mi hija.

Observo a Josh removerse entre las sábanas. Las aparta inconscientemente hacia un lado, dejando su trasero al aire. Me muerdo los labios, al menos no puedo negar que tiene un gran atractivo físico. Y, aunque a veces no es todo lo que me gustaría que fuese, seguramente porque todavía sigo viendo partes de Castle en el resto de hombres, Josh es una buena persona y ha aceptado muy bien a Emily, al igual que ella a él. Por no hablar de que tiene un buen trabajo como cirujano. Vale, trabaja muchas noches y demasiadas horas, pero yo también.

Él no tiene ni idea de lo del "no-divorcio" con Castle. No es que le haya mentido, sino que simplemente nunca se lo he contado, nunca hemos hablado abiertamente del tema, pero supongo que presupone que estamos divorciados, cuando en realidad no es así.

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