Capítulo 11

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N/A: Sé que es típico decirlo, pero de verdad, muchas gracias por cada review, por cada follow en la historia, y a quienes solamente la leen. Gracias. No seguiría escribiendo de no ser por todo eso.



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Agarro la mano de Emily y le ayudo a escalar una de las rocas que nos llevan hasta la cima de la montaña, mientras Castle nos sigue a escasos centímetros.

Hace un buen día por lo que hemos salido a hacer algo de senderismo en lugar de quedarnos encerrados en la cabaña. De todas formas, no hay mucho más que hacer por aquí.

Respiro hondo cuando llego a la parte más alta, disfrutando del aire fresco, del olor que nos rodea en ese magnífico entorno natural, y de las impresionantes vistas. Casi me cuesta creer que estemos en el estado de Nueva York.

Emily se sienta a mi lado, cogiéndome la mano, mientras que Castle se sienta al lado de ella. Los tres disfrutamos, casi en silencio, de un momento de tranquilidad.

-Es increíble - dice - Que estemos los tres juntos, en un rincón del mundo, donde nada ni nadie puede hacernos daño...

-Pero falta el abuelo, la abuela Martha, la tía Lanie y el tío Javi, y el tío Ryan...

Observo a Emily, quien con sus palabras nos devuelve a la realidad. La realidad de que no nos quedaremos aquí para siempre, que en cuanto resolvamos el caso volveremos a nuestras vidas, a la ciudad... Pienso también en las palabras de Castle y se equivoca, nos podemos hacer daño nosotros mismos si esto sale mal.

Miro al vacío y casi me asusta menos que nuestra situación.

-Papi, me cansooo - Emily vuelve a quejarse por enésima vez, en nuestro camino de regreso, con la diferencia de que esta vez, su padre carga con ella en brazos.

-Castle... - le digo en tono de advertencia y reproche al mismo tiempo.

-Tranquila - me corta él - Estoy bien, la herida no se va a abrir, ya está curada.

-Ya lo veremos - le digo yo, para nada convencida de eso. Es cierto que su herida está prácticamente curada, pero todavía no lo está del todo, cualquier mínimo tirón en esa parte podría abrirla de nuevo.

Salgo del dormitorio de nuestra hija, después de arroparla y darle un beso de buenas noches. Estaba agotada, se ha quedado dormida casi antes de ponerla en la cama. Deberíamos salir a caminar más a menudo, pienso, sonriendo, mientras dejo la puerta entreabierta.

Camino hacia las escaleras, sin embargo un quejido en el baño me detiene. Me acerco hasta allí, comprobando que la puerta está entreabierta. Un nuevo quejido me advierte de lo que seguramente está pasando, así que asomo la cabeza unos centímetros, lo justo para confirmar mis sospechas. Castle está intentando despegar la gasa que cubre su herida, la cual, obviamente, se ha abierto y está sangrando. Los puntos no eran los más adecuados para una herida de bala, Josh hizo lo que pudo con lo que teníamos en casa, pero por eso mismo hay que tener más cuidado, Castle no debería hacer cierto tipo de esfuerzos.

Abro la puerta y me apoyo en el marco, cruzándome de brazos y observándole con una ceja alzada.

-Eh... esto... - me observa desde el espejo con cara de circunstancias.

Aprieto mis labios, intentando esconder la sonrisa que amenaza con escapar de ellos.

-No digas "te lo dije" - dice él.

-Es que es verdad - digo, ahora acercándome hasta él para observar mejor el estado de la herida - Si me hubieses hecho caso no se habría abierto.

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