Capítulo 3: Búscame

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Sam observó a la chica pelirroja, que estaba sentada frente a él, con sorpresa en el rostro. Nunca pensó que la chica actuara de esa manera y mucho menos volvérsela a encontrar.

Lo que lo llevó a pensar en la vez que Meg y él se conocieron. ¿Sería posible que su mala suerte volviera a repetirse de tal manera?

Sus ojos verdes la observaban detenida y detalladamente mientras la veía hacer gestos y reír con los argumentos de Dean sobre Dr. Sexy MD. Por los gestos y aseveraciones de la muchacha Sam supo que Isobel no conocía mucho del programa pero sabía lo básico, suficiente para molestar a Dean con sus comentarios. ¿Cómo habían llegado siquiera a ese tema? Sam no lo sabía, pues trataba de encontrar alguna señal de maldad en la chica que le hiciera ver lo patético que era...

Entretenidos, el trio comía plácidamente.

Súbitamente las carcajadas de Isobel pararon, captando la atención de los chicos.

- ¿Estás bien? -Sam tomó la mano de la muchacha. Esta lucía pálida, sudorosa y fría al tacto. - ¿Isobel?

- Disculpen -pidió levantándose de golpe de la mesa. Les dedicó una sonrisa falsa y señaló los baños dando a entender a donde se dirigía.

Sam la observó alejarse, con el ceño fruncido y una clara expresión de preocupación.

- Me agrada -soltó de pronto Dean, robando papas fritas del plato de la pelirroja.

- ¿Desde cuando alguien te agrada? -preguntó con humor su hermano menor.

- Cállate -ordenó el mayor. - ¿No deberías ir a ver qué le pasa? -con el ceño Dean le preguntó a su hermano.

Sam hizo una mueca y se levantó de la mesa en dirección a los baños.

• • •

Isobel se encontraba parada frente al espejo del baño del restaurante. Se había mojado la cara provocando que su maquillaje se deshiciera, pero eso no le importaba. Lo que rondaba su cabeza eran ciertas imágenes que habían sido parte de su pasado. De uno cruel e inhumano.

Eso solo podía significar una cosa: estaban cerca.

Había jugado con fuego al llegar tan lejos y llegar hasta el pueblo donde se encontraban pero debía hacerlo. Debía evitar que dañaran a personas solo por placer. Debía matarlos. Acabar con ellos. Seguramente el gran coven, los había envidado para encontrarla y llevarla de vuelta con ellos.

Y ahora era inútil sin sus poderes.

Cerró los ojos y suspiró pesadamente. Secó su cara. Se arregló un poco.

Toques en la puerta la sobresaltaron.

- ¿Isobel? -la voz de Sam llegó desde el otro lado de la puerta.

- Ya voy -se sonrió a si misma fingiendo estar bien.

- ¿Estás bien?

- Sí, estoy bien -dijo más para sí misma.

• • •

Cuando Sam e Isobel regresaron a la mesa, Dean había hecho de las suyas. Sonrió como niño travieso al ver a la pareja acercarse. Antes de que cualquiera de los dos recién llegados reclamara donde estaba su comida, a una mesas se escuchó una radio policial.

Un joven policía de unos treinta y tantos salía rápidamente dejando su café a medio terminar. Afuera estaba su compañero ya en la patrulla, una vez dentro, la pareja de policías se fue a gran velocidad.

Los cazadores se dedicaron unas miradas antes de salir a gran velocidad del local para ponerse a trabajar.

A unos pasos detrás de ellos se encontraba Isobel. Aunque ella no tuviera su pode completo debía hacer todo lo posible para proteger a los hermanos. No porque les importaran sino porque eran la conexión con Crowley y Rowena.

Black Soul | SUPERNATURAL [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora