Black Soul | SUPERNATURAL [En Pausa]

Capítulo 23: Pérdida

|Horas antes|

Antes de poder abrir sus ojos saboreó el metálico gusto de la sangre en su boca. Mientras su cuerpo iba reaccionando lentamente recapituló lo que había pasado recientemente: habían acabado con Sedna, había visto a Eyra, la habían interrogado, habían resuelto la situación con los cuerpos, Sandy y los hermanos Winchester se dirigieron de regreso al hotel mientras Isobel se alejaba.

¿Cómo la habían dejado ir? Eso no importaba ahora, o… ¿sí?

Se había reunido con Marcus, pero ¿después?

Las palabras de Marcus estaban llenas de mentiras. Cada una de ellas. Sin excepción. El brujo era tan ambicioso como cualquiera. Deseando solo poder.

Fingiendo ser una persona atenta con Isobel, finalmente mostró sus verdaderas intenciones. ¿Por qué se sorprendía?

- Bueno, cariño, si no tienes las agallas para hacerlo morirás. Y ya que lo harás de todos modos… -siseó una voz masculina.

No le dio tiempo a procesar esas palabras, y de golpe la lanzaron por los aires. Isobel salió volando como quien lanza una muñeca de trapo. En los segundos que tardó en darse cuenta de qué estaba ocurriendo, el dolor del bruto e inesperado aterrizaje se expandió por todo su cuerpo, haciéndola sentir mareada. Tomó una gran bocanada de aire. Se apoyó sobre sus manos y volteó a ver con enojo... ¡No! Con inmenso odio al hombre que ahora se acercaba con sonrisa socarrona.

Experiencia con este tipo de gente tenía de sobra:

Rowena era la peor bruja, una total tramposa.

Crowley, Rey del Infierno, era aún peor.

¿Cómo no lo pudo ver antes? Marcus era  igual que ellos. Eran monstruos al fin y al cabo.

Saliendo de la sorpresa, la bruja estiró la mano izquierda, la que quedaba en dirección al hombre, y aún dolida exhaló unas palabras. Palabras que hacía mucho no usaba.

Marcus se detuvo en seco; por un segundo pensó que la fornitura del lugar lo aplastaría, pero ese pensamiento cambió cuando comenzó a sentir pinchazos por todo el cuerpo. De pronto, aparecieron cientos de cortes que comenzaban a sangrar lentamente. El brujo bufó. No habían causado el daño esperado. Se dio cuenta que Isobel había perdido todo el toque. Ahora solo era una bruja con complejo de mártir. Esto solo lo hizo enojar más.

Tanto poder desperdiciado. Cada corte dolía como si le pusieran sal, pero eso no era tanto como el enojo y decepción que sentía. La vio ponerse de pie. La mujer, ante sus ojos, se veía tan débil. Inútil. Seguramente pasar tiempo con los Winchester la había ablandado. Como a Crowley; rodó los ojos con solo pensarlo. Ese solo pensamiento incrementó su enojo. La pelirroja alzó su mano hacia él pero quedo petrificada cuando vio la gran ola de maldad que emanaba el brujo, y en un parpadeo este se había transformado en un gran monstruo, que asemejaba una especie de bestia con rasgos de lobo. Era de gran tamaño, pelaje espesamente negro y enormes ojos rojos.

Isobel no lo pensó dos veces y echó a correr. Pronto la bestia la alcanzó y comenzó a lanzar zarpazos, los primeros en caer fueron los muebles que quedaron destruidos con cada golpe, varios de ellos la alcanzaron y cortaron su piel con completa facilidad. Ella, lanzando alaridos y maldiciones, logró momentáneamente detener a su padre.

¿Acaso esto era una prueba? Pues, si lo era, no le gustaba.

Su cuerpo comenzaba a quejarse, a sentirse débil por la pérdida de sangre, pero su mente y algo oscuro dentro de su ser le pedían, ¡no! le exigían que siguiera. Que le demostrara a este traidor y al mundo quien era y que podía hacer. La culpabilidad, esa parte que la retenía, se fue haciendo más y más pequeña dando así paso a esa parte oscura que hacia tanto tiempo que quería salir.

Habían salido del edificio donde se encontraban y ahora estaban en medio del césped. Isobel se detuvo y lo enfrentó.

Sentía esa presión apoderarse de su pecho, de pronto se sentía más fuerte.

Tomó velocidad, él también lo hizo. En el punto medio de la embestida Marcus estiró uno de sus brazos y con sus garras filosas cortó el costado izquierdo de la bruja. Como si fuerzas ocultas le dieran un empujón logró tocar a la bestia, pronunciar unas silabas y ambos cayeron al suelo.

[Ahora]

Lo último que Isobel recordaba era el vacío que recorría todo su cuerpo sin intención de detenerse. Ahora que comenzaba a abrir los ojos, esa sensación la volvió a llegar pero de manera más rápida. Mientras sus ojos se ajustaban a la poca iluminación del lugar donde se encontraba; pudo percibir el olor a sangre en el ambiente, también olía a azufre y suciedad.

Lo primero que distinguieron sus ojos fue la horrorosa figura de un perro del infierno, pero no cualquiera. A este lo conocía.

Y a su lado se encontraba nada más y nada menos que Crowley.

El envase regordete que contenía al Rey del Infierno le sonrió.

Isobel no pudo evitar rodar los ojos al fijarse en él. Cierto era que seguía aturdida y débil por su reciente enfrentamiento pero se sentía algo más reconfortada. Seguía "viva" y conocía al hombre frente a ella.

- Bueno, querida, parece que te divertiste en la fiesta.

- ¿Dónde está? –quiso saber de inmediato.

- Contenido. Por ahora. Igualmente no saldrá del infierno en mucho tiempo… -comento dirigiéndose a su trono.

- Hizo un trato contigo –no era una pregunta.

- En efecto –sonrió-. Te has perdido de mucho, hermana –dijo después de una pausa-.

- ¿Qué cosa? –se sentía demasiado confusa.

- ¿Sabes en que andan los Winchester en estos momentos?

Odiaba la forma en la que Crowley conseguía lo que quería. Le sonreía mientras acercaba un vaso con líquido ámbar a sus labios. Eso la fastidiaba más.

- Vamos querida, ¿no tienes curiosidad?

El perro del infierno gruñó.

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NdA: ¡Hola! Ya hace bastante tiempo que no subo nada, espero que me disculpen. Me siento mal por no continuar ninguna de mis historias 💔 lo lamento mucho, de verdad... personalmente no he estado bien en muchos sentidos. Lamento si el capítulo no es de su agrado y comprendo si no siguen la historia. Igualmente gracias por sus vistas, votos y comentarios 💕

- Sacha