Capítulo 10: ¿Quién es el jefe?

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Rowena estaba de pie, frente a una mesa donde los materiales usados para un hechizo reposaban, humeantes. La bruja estaba molesta. Era el quinto hechizo que hacía para encontrar a Isobel que en aquel momento era una bomba a punto de detonar, si ella no canalizaba poco a poco el creciente poder en su interior. Cada dos por tres Rowena chequeaba (mediante proyección astral) a Amara. Rowena dejó caer sus brazos a los costados, sus puños se apretaron al punto de dejar sus nudillos blancos. Si no podía localizar a Isobel, tal vez podría localizar a alguien que la pudiese encontrar.

Con eso en mente la bruja rehízo el hechizo localizador.

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Dean salió del bar acompañado de la joven mujer que había pedido su ayuda. El hombre estaba recostado a un lado del Impala mientras la muchacha permanecía de pie a unos pasos de él con expresión preocupada.

Él la miraba con los brazos cruzados, esperando que hablara.

- Hace un tiempo trabajé con Garth, él me habló de ustedes. –comenzó diciendo la muchacha.

- Eso no explica cómo sabes quién era.

- Bueno, su sutil técnica de hacerse pasar por federales los delató. –contradijo ella levantando una ceja. Dean rodó los ojos. – El punto es que mi compañero de caza me dejó sola en esto. Está a medio día de aquí en otro caso y… estoy estancada.

Dean Winchester observó a la chica unos segundos. Preguntándose donde estaría Sam.

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Como si de una guerrera se tratase Isobel soltó un grito haciendo que el demonio que estaba en su habitación saliese volando por los aires y chocara contra la pared, siendo allí aprisionado con una fuerza invisible más poderosa que la suya. Las luces de la habitación explotaron. La pelirroja no tuvo que hacer nada más que recitar unas palabras en latín y el cuerpo del hombre comenzó a convulsionar haciendo que a borbotones cosa negra saliera por los orificios de su cara. Mientras eso sucedía, los ojos de Isobel cambiaban por un breve instante.

La joven de melena rojiza poco a poco fue bajando el brazo que tenía estirado y deshizo el puño. En cuestión de segundos volvía a ser consciente de sus actos. Su mirada se dirigió en dirección a la puerta. Seguramente otros demonios habían escuchado los gritos que habían salido de la habitación.

Los de ojos negros podían pensar que los gritos provenían de las torturas, porque cuando Isobel caminó por el húmedo y frío piso, saliendo de la habitación, no se encontró a nadie.

Por unos segundos.

Las luces parpadeaban pero no era por aquellos seres que poseían personas inocentes, fue así como se dieron cuenta que ella estaba suelta por el lugar. Varios demonios llegaron desde diferentes direcciones.

Isobel era diestra en algunas disciplinas de defensa personal (pues había tenido siglos para aprender) así que cuando aquellos seres intentaron detenerla, no pudieron. Sus poderes fueron anulados por cierto marco de tiempo; cosa que la pelirroja aprovechó para escurrirse entre ellos, dando pelea.

La joven MacLeod, se llevó una sorpresa cuando salió al exterior del edificio, estaba rodeada. Demonios por doquier. Los montones de pares de ojos negros la observaban; pronto los demonios decidieron lanzarse al ataque.

Isobel estaba perdida.

Afuera estaba oscuro y llovía fuerte, así que el cuerpo de la muchacha temblaba. Todo sucedió rápido y casi le costaba a la pelirroja asimilar lo que pasaba; un enorme perro negro (a sus ojos) se paró frente a ella, creyó que la atacaría pero el enorme perro se dio la vuelta y encaró a los demonios. Tres perros más se le sumaron, rodeando a los de ojos negros. Los poseídos se detuvieron en seco y después de un aullido proveniente del perro que estaba frente a Isobel, los caninos atacaron.

Black Soul | SUPERNATURAL [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora