- Quizás solo necesita reflexionar.- respondió Beth ante mi veinteava respuesta negativa.
La mire como si de verdad estuviera loca y trate de negar con la cabeza, lo cual casi me mato del dolor.- No. Adam no necesita reflexionar lo que pasó, no es algo difícil de entender, lo bese, punto. Solo me queda rezar para que me perdone.- respondí como una niña pequeña a la que no le compraron un juguete.- Y tú te vas a quedar rezando aquí hasta que yo pueda explicarle y él me perdone.
Beth iba a negar, seguramente porque tenía que hacer algo con su estupido novio, esas escupidas cosas que hacen los estupidos adolescentes en esta estupida era para satisfacer su estupida... Ya, ya.
La mire y se dio cuenta que conmigo, aún así, sin poder salir de la camilla y con una enfermera o un guardia afuera a todas horas del día y noche, sería capaz de atarla a la camilla para que se quedara a rezar conmigo.
- Esta bien.- respondió resignada. Sonreí
- Ahora llama a Adam.- dije mirando el teléfono que estaba encima de mi mesa.
- ¿Otra vez?
- Otra vez.- la fulmine con la mirada.
Luego de 57 llamadas y 276 mensajes de parte de Beth y yo hacía Adam, llegó mi almuerzo, hecho a base de quién sabe que.
- Creo que fue suficiente por hoy.-dijo Beth refiriéndose hacia las llamadas y los mensajes.
- Creo que debemos seguir.- y como si una lámpara se hubiera encendido encima de mi cabeza, se me ocurrió la idea que seguramente me iba a traer más de un regaño de parte de mama, papá, Adam y quizás quien más.
- Beth...- dije con una sonrisa malévola en mi cara.- ¿Quieres que te perdone, no?
Beth asintió, frunciendo el ceño, con una mirada preocupada.
- Pues...
Adam.
Estaba en mi gimnasio, descargando toda la ira que tenía.
¿Scott y Alison?
Lo iba a matar cuando saliera del maldito hospital. Aunque pensándolo bien mejor lo mato ahora.
Mi madre entró con un teléfono en la mano y su mirada preocupada que trasmitía preocupación a quien sea que la viera.
-¿Qué pasó?- pregunté preocupado.
Me paso el teléfono y lo tome apresurado.
- ¿Hola?- pregunté para quien sea que estaba al otro lado de la línea.
- Hola, señor, lo llamamos del hospital ya que usted se encuentra en la lista a la que le debemos avisar...- hablo una chica desde el otro lado de la línea, pero la interrumpí. Si era una emergencia no me importaba lo que me estaba explicando.
- ¿Qué pasó?
- Pues la señorita Alison ha sufrido una emergencia y se encuentra...- no escuche más y tire el teléfono al sillón más cercano.
Salí del cuarto dirigiéndome hacia la entrada de la casa.
- Adam se te olvida...- comenzó a decir mi madre.
- Mamá ahora no.
Cuando llegue al hospital entre prácticamente corriendo. Notaba muchas miradas sobre mi, sobre todo de mujeres de toda edad.
¿Qué miraban? Seguramente era porque iba tan apresurado.
Llegue hasta la recepción e iba a hablar con la recepcionista cuando una enfermera se acercó a mí, junto con Beth a su lado, quien tenía los ojos llorosos, eso me alertó aún más.
- ¿Qué pasó?- pregunté dirigiéndome hacia cualquiera que fuera más rápida en decirme que mierda estaba ocurriendo.
Beth se adelantó a la enfermera que parecía resignada y para nada preocupada, ¿Qué no lo preocupaba el estado de su paciente, de mi chica?
- Alison está en esa habitacion.-indicó hacia una puerta con las letras "cuidados intensivos".- No me dejaron entrar.
Camine hacia la puerta y la abrí de par en par, acercándome con rapidez a la camilla de Alison. Quien se encontraba recostada y totalmente despierta, incluso mejor de lo que yo recuerdo cuando me fui.
- Alison...- hable y ella me miró, escuche que detrás de mí la puerta se cerraba y alguien le ponía pestillo.
Oh, ya entendí, todo esto era una trampa. Debí haber visto venir esto después de que las llamadas y los mensajes.
- Adam, tienes que escucharme.- dijo tranquilamente y tratando de sentarse mejor.
- No, tú tienes que escucharme a mí. ¿En serio? ¿Scott?- pregunté y vi cómo su mirada reflejaba disgusto.
- Scott es un buen chicos, salvo mi vida y me mantuvo a salvo todos estos años en los que yo ni siquiera yo me acordaba de su existencia. Además es guapo.- dijo esto último en un tono más bajo, tratando de demostrar que no le gustó para nada lo que yo dije.
- Como sea, no me importa. Tuve que soportar que le dieras un beso, y luego vengo y todas las mujeres me miran como carne fresca. Entiendo que pase pero esta vez hasta la señora anciana del aseo me miró como carne.- me cruce de brazos y la mire mal. Realmente estaba muy enfadado. Scott no me caía nada bien, ya que me había confesado innumerables veces que estaba enamorado de mi Alison, mi chica.
- No es difícil que te miren así cuando solo tienes tus pantalones deportivos.
En ese minuto recordé las palabras de mi mama antes de salir apurado de la casa.
Mire mi pecho y efectivamente estaba sin camisa.Rodee los ojos.
- Como sea, me dejaran salir?- mi miro de forma divertida y se recostó, de forma egocéntrica. Aún recuerdo a la chica que me tiro tomate cuando estaba enojada por lo que había dicho a principio de año. Recuerdo su mirada melancólica, como si solo quisiera cambiar esos recuerdos en vez de olvidarlo.
- Nop, hasta que me perdones.
- Si todo esto es una broma como es que la puerta dice "cuidados intensivos"? - pregunté de pronto, muy intrigado.
Notaba que mi enojo disminuía, es difícil estar enojado con la persona que amas.- Parece que de verdad te asustaste mucho porque es obvio que no van a poner cuidados intensivos en la parte donde todos pueden visitar.- dijo mirando hacia su celular.- Además, es mi habitación, solo le pusimos ese letrero.
- Quiero que me dejes salir.
- Ya te lo dije, estaremos aquí hasta que me perdones.- respondió y cerró los ojos.
- No lo haré de esta forma.
- ¿De qué forma prefieres?- abrió los ojos, interrogante.
- De ninguna.
Suspiró ruidosamente.
- Me temo que nos tomará un largo rato, pero pienso esperar.- encendió la televisión.
Le quite el control, me lo intento quitar de vuelta pero fui más rápido.
El movimiento brusco le dolió, porque cerró los ojos y respiro entrecotadamente por unos segundo.
- Recuerda Adam, solo hago esto porque te amo.- murmuro con los ojos cerrados.- Siento lo del beso, no volverá a suceder.
- Y yo te hago esto para que me lo demuestres.- respondí antes de meter un clip en la cerradura de la puerta y esta se abriera. Antes de cerrar la puerta detrás de mí dije :- Y porque te amo.
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Lo siento mucho, no les voy a decir nada, tratare de terminar la novela esta semana.
Hoy subo de nuevo.
Gracias por todo y a todos.
Mariana.
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¿Mujeriego enamorado?©
Novela JuvenilUn historia fascinante y divertida por fuera no? Una chica bromista y que muesta no tener problemas consigo misma Pero...por dentro que pasa? Una chica con problemas, desconfianza de si misma... "Solo mostramos lo que queremos que el resto sepa, per...