Capítulo 23

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Antes que todo, nunca he estado en un juicio, ni sé como estos se llevan a cabo. Todo lo que está escrito en este capítulo fue inventado por mí, de la manera más sencilla que me fue posible, no es así como pasan. SOLO FICCIÓN.

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Louis Tomlinson, Zayn Malik, Oliver Murray y Zack Moore estuvieron exactamente ciento ochenta y cinco días en prisión.

Ciento ochenta y cinco días en espera del juicio que los liberaría (lo que era muy poco probable, y lo sabían) o los condenaría a una larga, larguísima temporada en la cárcel. El tiempo pasó lento. Los meses no pedían permiso para finalizar y empezar el siguiente con gran demora y pesar. Después de la visita de Gemma Styles; esa única vez hace meses; no volvió a verla ni a tener contacto alguno con ella o con su abogado. Su madre permaneció con él a pesar de todo. A pesar de la decepción tan grande que la invadió cuando se enteró por su propio hijo de la barbaridad que había cometido años atrás. Y a pesar de que se dio cuenta que desconoció ese tormento de su hijo por tanto tiempo. Y le dolió. Le dolió muchísimo saber que, incluso si su hijo estaba arrepentido por lo que hizo, ningún tribunal, ni ninguna coartada que Louis pudiera siquiera conseguir, podría liberarlo de esa inminente y larga condena que se avecinaba.

Porque su instinto de madre lo sabía. Pero aun así y sobre todas las cosas permanecía con él.

Clary nunca lo supo. Christina no permitió que su hija manchara la imagen que tenía de su padre con algo tan sucio que ni su mente de niña siquiera lograría entender. No, jamás, ella no lo permitiría. Y aunque la niña preguntaba insistentemente por qué ya no podía viajar a Inglaterra a ver a su papi, Christina siempre rebuscaba en su baúl de excusas y le daba una nueva cada vez. Solo esperaba que Louis resultara ser inocente, porque si no era así, él podía ir olvidando que era el padre de Clary, porque no volvería a verla jamás en su vida. Su hija no pasaría por eso mientras ella estuviera para protegerla.

Y Louis lo entendió. Dolorosamente lo entendió. Clary era tan pequeña todavía para entender por qué su padre pasaría en prisión tantos años, que comprendía perfectamente la postura de Christina. Y por eso sabía que nunca más podría hablar ni reír con su pequeña. Pues él era y sería declarado culpable.

Como lo merecía.

Y luego estaba Edward...

Harry...

No había sabido nada de él en esos seis meses que estuvo dentro. Nada.

Se enteró por Eleanor; quién lo visitaba frecuentemente y le hablaba de sucesos actuales; que apenas él había sido detenido y llevado a prisión, nunca más volvió a verlo. No se presentó en el restaurante; antes de que fuera cerrado, por obvias razones; para presentar su renuncia, pero que había escuchado por ahí, seguramente de Gemma o Mabel, que se había marchado del pueblo sin mencionar nada ni despedirse de nadie en el pueblo. No sabían a donde.

Lo extrañaba. Lo extrañaba tanto que dolía no haberlo sabido antes. Que desearía haber tenido otra oportunidad para tratar de explicarle todo, para decirle que nunca lo había olvidado, que se odiaba día tras día por haberlo dañado de esa forma, por haber roto su corazón y no haber cumplido esa mísera promesa de haber hecho público en el instituto que estaban juntos y se amaban. Que tenía su capsula del tiempo guardada en el armario, después de encontrarla enterrada en el jardín de los Styles. Que cuando miraba su fotografía lloraba toda la noche como un niño sin una madre que lo guie y le dé cariño. Quería decirle tantas cosas. Pero cuando lo supo no alcanzó. Harry no volvería, y menos para escucharlo a él y darle su perdón.

Vendetta - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora