Capítulo 19

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— Venganza... — Louis repitió la palabra como sopesándola entre sus labios, más no continuó haciendo pregunta alguna, pues esa simple palabra lo había descolocado un tanto. Miró al chico frente a él que ya comenzaba a vestirse sin quitar su mirada de él, como si esperara descifrar la expresión y reacción que Louis tuvo sobre su respuesta.

— Es sólo una palabra sin sentido.— Se encogió de hombros restándole importancia al asunto, sólo quería desviar la atención de Louis de ese tatuaje, pero antes era preciso zanjarlo.— Es una estupidez de adolescentes, ya sabes, todos tienen algo de lo que se arrepienten.— dijo algo nervioso mientras abotonaba su camisa.

— ¿Qué edad tenías? ¿Fue el primero? — Louis estaba consciente, no sabía cómo ni por qué pero lo estaba, de que estaba indagando demasiado profundo en la vida personal del hombre frente a él. Pero algo más poderoso que su fuerza de voluntad para quedarse callado estaba completa e irreversiblemente intrigado con la actitud que había tomado Edward cuando él había visto aquella marca en su piel.

— Diecinueve. Y sí, fue el primero.

— ¿Por...

— ¡Acabo de recordar que tenía un proyecto que hacer con Liam! — Exclamó Harry fingiendo sorpresa y preocupación.— por favor llévame a casa, Louis.

Ya era hora de terminar el interrogatorio.





— ¿Qué significa esto, Harry? — preguntó horrorizada la mujer al ver la locura que su hermano había cometido.

— ¡Dios, Gemma! ¿No puedes tocar antes de entrar? — reclamó él, cansado de la actitud algo odiosa que a veces solía tomar su hermana mayor.

— ¡Respóndeme ahora mismo! — gritó enojada.

— Es un tatuaje ¿no lo ves? — respondió casualmente, observándoselo en el espejo como si estuviese muy orgulloso de eso, mientras recorría con sus dedos la caligrafía de aquella palabra grabada en su espalda baja como una suave caricia.

— ¿Cuán-Cuándo demonios te lo hiciste? — preguntó descolocada por lo que Harry hacía. Desde la muerte de Anne, Harry había dejado de pasársela llorando por lo que le había sucedido en ese pueblo maldito. No lloró por la muerte de su madre ni mostró dolor alguno ante ello. Más sin embargo, salía de casa casi todas las noches para luego volver al amanecer y dormir hasta altas horas de la tarde, cortó su cabello y pocas veces le dirigía la palabra a Gemma. Ella, por su parte, le contó toda la preocupación que le causaba aquella situación a Ryan, el psiquiatra de Harry desde que habían llegado a Manchester, el cómo le asustaba que su hermano no volviera a ser el mismo de antes, la falta de sensibilidad que había demostrado cuando Anne murió, y sus tan desajustados horarios para salir de su hogar. Él simplemente respondió "Está tratando de mantener ocupada su cabeza, mientras más tiempo pase sin hacer nada, más tiempo tendrá ésta para asimilar que su madre ya no está con él. Pero tarde o temprano pasará, la realidad lo golpeará tan fuerte que sentirá como el peso de lo que le hicieron años atrás, más la ausencia irrevocable de su madre le caerán encima. Para ese entonces prepárate, Gemma. Porque lo que una vez fueron trastornos nocturnos y una depresión profunda, ahora puede ser algo mucho más dañino."

— Hace un par de días.—respondió bajándose la camiseta hasta cubrirlo de la vista de su hermana.— Si vas a preguntar si me dolió, la respuesta es sí, dolió un poco, pero nada ni remotamente comparable a cuando me la metieron a la fuerza.— dijo, siendo algo brusco.— ¿Si busqué un lugar seguro? Lo hice, aunque pensándolo bien, si me pasara algo malo como una maldita transmisión o cualquier mierda parecida sería mucho mejor para ti, así no tendrías que cargar conmigo nunca más y podrías tener tu propia vida y no meterte en la mía.

Vendetta - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora