IV

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-¡MALDITO ALÉJATE DE ELLA!

Natalia vio a Damián del otro lado de la calle, con una pistola apuntándole a Piccoro, se escuchó un disparo y antes de que éste pudiera reaccionar ella se puso delante protegiéndolo.

La bala le atravesó el pecho, cayó de rodillas en el suelo, varias gotas de sangre comenzaron a caer de su herida. Damián se había quedado en shock, no era su intensión dispararle a ella. Piccoro sujetó a Natalia en sus brazos, ella lo miró casi perdiendo la conciencia.

-¡No te mueras, por favor!- gritó, casi llorando, ella seguía despierta, trataba de hablar pero no podía, Piccoro le labios con un dedo- Te llevaré con Dende para que te cure- la levantó y empezó a flotar para irse volando, pero Damián le sujetó una pierna para impedirle qué se fuera.

-¿A dónde te la llevas? No permitiré que te vayas con ella.

-¡Suéltame imbécil!- Damián se forzó a su pierna, pero Piccoro la movió con tal fuerza que éste se soltó involuntariamente y se estrelló en una pared.

Piccoro sujetó a Natalia más fuerte, que estaba semiinconsciente y perdiendo mucha sangre. Comenzó a volar, cada vez aumentaba más su velocidad, sentía que se estaba quedando solo. Natalia perdía demasiada sangre, por más que trataba mantener sus ojos abiertos éstos se cerraban, temía morir y no volver a ver a su amado, lo miró vio que varias lágrimas corrían por sus mejillas.

-E-Estas...llo-ra-an-d-do- casi no podía hablar, con mucho esfuerzo levantó su mano y le tocó la cara, él la miró.

-Ya casi llegamos, vas a estar bien te lo prometo- de repente la mano de Natalia se cayó y ella cerró los ojos- ¡RESISTE POR FAVOR!- gritó desesperado. Aumentó aún más su velocidad, el aire le lastimaba sus ojos llenos de lágrimas, pero no le importaba.

Por fin la torre de Kamisama se podía ver a lo lejos, Piccoro estaba comenzando a cansarse, pero si Natalia moría se quedaría sin ganas de seguir viviendo.

Dende sintió llegar a Piccoro, corrió a donde estaba y vio que traía a una mujer moribunda en sus brazos, él estaba muy agitado, casi no podía hablar.

-Ayúdala...por favor...-suplicó aún sin aire.

-Ponla en el suelo- le dijo.

La colocó en el suelo con mucha delicadeza, Dende alzó sus manos y unas pequeñas ondas salieron de ellas, Natalia estaba pálida pero poco a poco comenzó a recuperar el color rosado de su piel y la sangre de su herida se detuvo.

-Ya esta mejor- dijo Dende.

-Gracias- dijo, viendo a Natalia y acariciándole el rostro- Venir contigo fue lo primero que se me ocurrió.

-Si, lo vi todo- sonrió- De verdad la amas ¿cierto?

-Yo...- se sonrojó- pues si- la levantó del suelo.

-¿Y por qué no se lo dices?

-No se si ella sienta lo mismo que yo.

-Si no lo intenta, nunca sabrá si es así- le dio ánimos- Debería llevar a Natalia a una habitación en lo que despierta- le sugirió Dende a Piccoro- También cámbiele la ropa, esa está llena de sangre.

-Ya he brebarados la habitación- dijo Mr. Popo.

-Wow, que rápido- dijeron los dos y Piccoro siguió a Mr. Popo.

La habitación era grande, la cama estaba casi en el centro. Las ventanas estaban tapadas por unas cortinas. Piccoro puso a Nati en la cama lentamente, la contemplo unos segundos y usó sus poderes para cambiarle su ropa ensangrentada por una túnica blanca que le quedaba muy bien.

Piccolo... in love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora